Opinión > EDITORIAL

Una oportunidad

Tiempo de lectura: -'
20 de diciembre de 2019 a las 05:03

El Fondo Monetario Internacional (FMI) difundió el martes 17 un informe sobre Uruguay que contiene una agenda muy pertinente acerca de las reformas que debería encarar el país en el período de gobierno que comienza el próximo año.

Es un documento realista que plantea en un tono adecuado las fortalezas y las debilidades del país, al que deberíamos prestar una cuidadosa atención para no poner en riesgo nuestras ventajas comparativas en la región.

La “posición envidiable” de Uruguay en la calidad de la democracia, estabilidad política, solidez institucional y de gobernanza, de bajas tasas de pobreza y de desigualdad, que reconoció el equipo técnico de una misión del organismo internacional, no son activos eternos si no cuidamos de ellos. La solidez y permanencia de todas esas preeminencias en el largo plazo dependen de que seamos capaces de resolver problemas estructurales que opacan el brillo del país y que tienen todo el potencial de golpear el edificio del estado de bienestar.

¿Cuáles son esos problemas? 1) Una tasa de crecimiento mediocre (1,5% en promedio desde 2015 cuando en el período 2006-2014 la suba fue de alrededor de 5%). 2) Una baja inversión. 3) Deterioro de la  participación laboral (debido a la tendencia demográfica) y aumento del desempleo, particularmente grave en el grupo de jóvenes (hasta 30%). 4) Un alza de la deuda. 5) Una alta inflación (8,5% anual, según la última medición)

El aumento promedio del nivel de actividad entre 2006 y 2014 ocurrió en gran parte por las excelentes condiciones internacionales de altos precios de las materias primas y una demanda externa en alza. El aumento de las exportaciones, medidas tanto en ingresos en dólares como en volumen físico, explica la excepcionalidad de la suba del PIB en el periodo mencionado.

Pero esos “vientos de cola” hace un tiempo que no existen más. Ahora Uruguay debe desenvolverse en un  contexto internacional adverso de crecimiento lento, bajos precios de las materias primas, mayor incertidumbre  y volatilidad en los flujos de capital, a lo que se agrega en nuestro caso, la delicada situación de Argentina.

La hostilidad económica mundial desnuda nuestros males endémicos, ocultos en el período de bonanza, que ya no podemos ignorar sin el riesgo de poner en juego la fortaleza de nuestra buena cobertura del estado de bienestar y mantener los logros sociales. 

En ese sentido es imperioso un gran acuerdo para bajar la inflación a niveles competitivos; mejorar sustancialmente la política fiscal; enfocarse en medidas que contribuyan a un crecimiento de la productividad; una reforma profunda de la educación; y una reestructura de las empresas públicas con el objetivo de una mayor eficiencia.

El entusiasmo que siempre ocurre al inicio de una nueva administración –mucho más si cambia el signo político– y las mayorías parlamentarias del próximo gobierno multicolor son dos poderosas razones para compartir el punto de vista del FMI que habla de “una oportunidad para revertir los desequilibrios y emprender reformas para proteger logros”. A ello se suma el oxígeno económico que representa la millonaria inversión de la fábrica de pasta de celulosa.

“Una oportunidad” para encarar reformas de largo plazo, con el horizonte puesto en el bienestar de las generaciones futuras.

Comentarios

Registrate gratis y seguí navegando.

¿Ya estás registrado? iniciá sesión aquí.

Pasá de informarte a formar tu opinión.

Suscribite desde US$ 345 / mes

Elegí tu plan

Estás por alcanzar el límite de notas.

Suscribite ahora a

Te quedan 3 notas gratuitas.

Accedé ilimitado desde US$ 345 / mes

Esta es tu última nota gratuita.

Se parte de desde US$ 345 / mes

Alcanzaste el límite de notas gratuitas.

Elegí tu plan y accedé sin límites.

Ver planes

Contenido exclusivo de

Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.

Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá

Cargando...