Visita a una minifábrica automatizada

Con el objetivo de que los interesados se puedan capacitar sobre nuevas tecnologías, el centro de operación cuenta con diferentes estructuras que en papeleras o metalúrgicas son gigantes. Aquí se “pueden manipular, jugar y probar las diferentes máquinas”, agregó. 

En la minifábrica de ABB se muestra que el mayor consumo energético industrial se debe a los motores que dan vida a las máquinas. “El 30% de la energía mundial se consume en motores, los que transforman la energía eléctrica en mecánica”, explicó Labandera. 

Una planta industrial recibe energía de media tensión, la que llega a las celdas –secciones verticales en donde se ubican los equipos de maniobra y medida– que cumplen la función de recibir y distribuir la energía. El ingeniero explicó que este tipo de celdas funcionan como un sistema de protección y control ante cualquier anomalía. 

Los transformadores son los encargadas de transformar la electricidad en energía utilizable, es decir, a un nivel de tensión manejable. Sin embargo, para que la energía pueda ser utilizada en todos los sectores de la planta industrial debe de atravesar el interruptor. Para el ingeniero, el interruptor es el centro de distribución de la energía de baja tensión. El eslabón final de esta cadena eléctrica es el consumo de la energía. 

Todos los dispositivos tecnológicos que se distribuyen en una planta industrial se integran a un sistema de control donde está un operador. Su labor dentro de la ingeniería eléctrica es mejorar la eficiencia, transformándola en energía utilizable tanto en el hogar como dentro de una industria.  A su vez cuentan con redes de dispositivos inteligentes, que buscan salvaguardar la energía, haciendo que esta recorra el menor tiempo posible y no tenga pérdidas. Todo esto se ve en la fábrica de ABB a escala.