Juan Samuelle

Zambrano: “Se puede hacer que la curva se parezca mucho más a una V que a una U"

Este año no comenzó bien para las exportaciones de bienes nacionales, conjunto de colocaciones externas en el que hay presencia mayoritaria producciones de los sectores ganadero, agrícola y forestal, principalmente

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11 de septiembre de 2020 a las 15:08

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La capacidad del sector agropecuario para no detener sus motores aún en un momento complejo, la capacidad del gobierno para tomar decisiones adecuadas con base en los consejos de un equipo de profesionales expertos, la actitud de la gente de acatar lo solicitado y los gestos de solidaridad de la sociedad uruguaya en un momento adverso son algunas de las enseñanzas derivadas del impacto local por la pandemia de covid-19, según Gerardo Zambrano, empresario con múltiples emprendimientos en el sector de los agronegocios.

“El gobierno hizo lo que debía hacer y la gente se comportó del modo adecuado”, reflexionó. Y eso, que para el rematador y productor agropecuario no se ha dado en muchos países, queda como “gran enseñanza”.

Zambrano detalló que de un día para el otro, hace seis meses, hubo que adaptarse a un escenario “extraño y difícil”, que generó responsabilidades no esperadas para el gobierno y la gente. “Y en las dos partes hubo un comportamiento muy bueno”, añadió.

Un aprendizaje, puntualizó, es que el gobierno no tomó decisiones a la ligera, lo hizo respetando los consejos de un equipo profesional, lo que derivó en decisiones que no eran fáciles de tomar ni de digerir.

Tras admitir que hubo y hay sectores muy perjudicados, “sin herramientas para salir del pozo”, el sector agroproductivo “no paró y siguió haciendo lo que sabe y debe, producir para generar alimentos y otros productos, abastecer al mercado interno y a la vez exportar y generar empleos y divisas”. El potencial del sector, conocido por quienes lo integran y respetan, quedó más expuesto ante el resto de la sociedad y esa es otra enseñanza que queda: “La importancia del motor que es el agro para la economía, para todo el país”.

“Aprendimos que haciendo bien las cosas, aún en un momento muy desafiante, se pueden hacer las cosas para que la curva se parezca mucho más a una V que a una U”, complementó.

Considerando uno de sus ámbitos de trabajo, el de las ventas de haciendas, eslabón clave en la cadena agroindustrial de la carne, señaló que a inicios de este siglo la inmovilidad de los ganados derivada de la aparición de la fiebre aftosa instauró el sistema de ventas virtuales, a distancia, algo que estaba totalmente impuesto pero que ahora potenció su valor cuando surgió la necesidad de otra inmovilidad, la de las personas.

“Los remates virtuales, no solo de vacunos u ovinos, también de yeguarizos, fueron en estos meses una herramienta fundamental para ayudar a no parar”, reflexionó.

En tanto, tras mencionar que Uruguay ha sido en este período un ejemplo en el mundo, destacó que el comportamiento del gobierno y de la gente permite que se pueda hacer la Expo Prado, cuando en toda la región y probablemente en casi todo el mundo este tipo de exposiciones no están realizándose.

Zambrano mencionó la que para él es una de las mayores enseñanzas, aunque no lo sorprendió: “El compañerismo, la solidaridad traducida en donaciones de alimentos y de dinero para ayudar al necesitado". "Colaboro en tres fundaciones y tengo claro que nuestra gente es así, pero para muchos en ese sentido eso fue un verdadero aprendizaje durante todo este tiempo”, detalló.

Este año no comenzó bien para las exportaciones de bienes nacionales, conjunto de colocaciones externas en el que hay presencia mayoritaria producciones de los sectores ganadero, agrícola y forestal, principalmente. En enero-febrero de 2020 se detectó una caída de 12,5% en los ingresos, incluyendo la actividad generada desde zonas francas, comparado con igual período de 2019.
El motivo clave fue que China, principal mercado para carnes, soja y celulosa, ya estaba sintiendo los impactos adversos por la pandemia de covid-19, ajustando sus demandas básicamente por mermas en el consumo interno y dificultades logísticas. Esa realidad se acentuó, tanto que al cierre de agosto las exportaciones totalizaron US$ 5.140 millones, 17% menos respecto a lo exportado en los primeros ocho meses de 2019.
Celulosa, carne y soja fueron los productos de mayor incidencia negativa, al tiempo que el arroz fue el producto de mayor incidencia positiva: en lo local hubo una campaña productiva muy buena, con esa agroindustria sacando provecho de un mercado internacional ávido del cereal (es un producto que se consume mucho más cuando hay crisis), lo que afirmó los precios.

 

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