Según cuenta la tradición éste legendario postre, el Baklava o la Baklawá, como le dicen algunos, estuvo presente en todos los acontecimientos y momentos históricos de medio oriente y fue testigo del comienzo de las primeras civilizaciones, los grandes imperios y partícipe de intrigas palaciegas. No hay certezas de cuándo comenzó, pero los historiadores han encontrado registros hasta 5000 años atrás.
Con algunas pequeñas variaciones se lo puede encontrar en la gastronomía Armenia, Árabe, Turca, Griega, Siria, Libanesa, Iraní, en la India y también en los Balcanes.
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Omar Nakle, bisnieto de libaneses católicos, que llegaron a nuestro país huyendo de las persecuciones otomanas, que junto a su esposa Belén Rodríguez, llevan adelante un pequeño rincón libanés en La Barra de Maldonado, nos cuentan en diálogo con el Observador, algunos secretos del Baklava, un clásico de su cultura.
"Al igual que otros platos de la gastronomía árabe-libanesa, como el hummus, tabule, falafel, lehmeyun, babaganuch, el baklava, que es un postre clásico de nuestra gastronomía, los realizamos con las recetas que trajo mi bisabuela desde Líbano y han pasado de generación en generación. Cada familia tiene su secreto, nuestra receta se hace en una fina capa de masa filo con relleno de frutos secos, almendras, nueces, pistachos, bañados con un almíbar perfumado el agua de rosas, y por encima una lluvia de pistachos.
La tradición cuenta que se sirve con un café árabe amargo con borra, que se deja decantar unos segundos, y ese contraste entre el dulce del baklava y el café, hacen de este ritual, una experiencia única. Este fin de semana que se festeja el día internacional del baklava, es una oportunidad para probar los sabores de mis ancestros, con recetas que vienen desde los inicios de las culturas y que han pasado de generación en generación".