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23 de diciembre 2025 - 5:00hs

Germán Cortes se inició en el mundo laboral a sus 16 años. Ya desde ese entonces la imprenta era parte de su día a día. "Empecé a trabajar en una imprenta muy chiquita que tenía un tío y mi padre era empleado en otra", recuerda. Con la gráfica en su ADN, Cortés empezó la Facultad de Arquitectura y, para solventar sus estudios, decidió crear su propia empresa a los 19 años. Así nació Calco Industria Gráfica.

Dos años después, abandonó la facultad, pero la imprenta que funcionaba en la casa de sus padres en Solymar empezó a crecer cada vez más, al igual que su pasión por este negocio.

"Siempre fui muy obsesivo de la presentación de las cotizaciones y de poder documentar la realidad de la forma más fiel posible", cuenta Cortés en un contexto como el de la industria gráfica en el que abundan los componentes difíciles de estimar.

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"El principal problema es que las empresas no escalan porque sus presupuestos dependen de los dueños. Si el dueño no está, no se cotiza", precisa Cortés.

De este dolor surgió la idea de encontrar una solución y para eso decidió sumar a su hermano, dedicado a la tecnología, y crear lo que sería un spin-off de su imprenta.

Así fue como ocho años después de su apertura, decidieron empezar a desarrollar algoritmos relacionados a la industria gráfica. De esta forma se desarrolló el software que Cortés soñaba con que pudieran implementar no solo en su firma, sino también en otras compañías.

"Fundamos Smartier Software a finales de 2021", recuerda y su primer cliente, más allá de Calco, llegó al año siguiente con una imprenta digital en Guayaquil, Ecuador.

Ahora, después de casi cuatro años de esa primera experiencia internacional se consideran unas de las mejores soluciones del mundo. "Nos lo dicen los clientes que se cambiaron luego de años de trabajar con otros software tope de gama", apunta el fundador.

El crecimiento exponencial no tardó en llegar. Smartier escaló hasta alcanzar imprentas de 21 países en tres años.

Superar la barrera idiomática: el objetivo para 2026

La startup de soluciones para gráficas está presente en todos los países hispanohablantes y tiene entre sus principales mercados a Ecuador, Argentina y México. De cara al nuevo año puso su objetivo en romper la barrera idiomática para llegar a clientes de Brasil y también de Estados Unidos. "Tenemos que conformar un equipo de soporte que nos permita lanzar en esos idiomas", señala el fundador de Calco y Smartier y aseveró que ese es el proyecto que tiene en la mira para 2026.

"El problema que resolvemos existe en todo el mundo y la solución está muy probada, sabemos que funciona y que también resulta para otras industrias", reconoce el empresario gráfico sobre la tecnológica que tiene más de 2.000 clientes registrados.

En la actualidad, Smartier Software también se utiliza en la industria metalúrgica uruguaya, pero van por más. "Decimos que somos como un mini Genexus porque podés programar dentro de nuestro software, ahora también con inteligencia artificial", detalla.

A futuro, su fundador adelanta aún más innovación con el objetivo de escalar mediante automatizaciones para el cliente. Por ejemplo, "va a ser capaz de coordinar un envío cuando detecta que un trabajo salió de producción, agendar la fecha y asignar el repartidor".

El empresario se reparte, hoy en día, entre tres empresas: la gráfica Calco, Label Print (dedicada a la venta de bovinas y etiquetas en rollo) y la tecnológica Smartier. "Pasamos de tres personas a 15 en dos o tres años y esto nos muestra que hay una oportunidad inmensa", finaliza Cortés.

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