El último cuarto de siglo fue la era más prolífica del cine uruguayo. Si bien en estas tierras se hacen películas desde fines del siglo XIX, el punto de quiebre llegó a partir del 2000: la industria comenzó a profesionalizarse, los proyectos generaron su nicho de público y se logró establecer una producción con altibajos, pero constante.
En un país donde el cine parecía refundarse periódicamente, la aparición de academias y universidades que permitieron la formación de nuevas generaciones de talentos, el establecimiento de políticas públicas de apoyo más concretas, y una mejora en el acceso a las condiciones de realización ayudaron a que el sector se consolide, alcance proyección internacional y hasta permitió a Uruguay servir como locación recurrente para producciones extranjeras.
El año 2001, con el estreno de 25 Watts y En la puta vida, dos películas de buena recepción de público —la segunda, sobre todo, fue un fenómeno de taquilla—, marcó que algo había cambiado. Y con sus idas y vueltas, dilemas y retrocesos, el cine uruguayo logró generar un canon propio.
Ahora, con los primeros 25 años de los 2000 transcurridos, El Observador consultó a cien figuras vinculadas al rubro —directores, guionistas, productores, actores y otros profesionales de la industria, además de periodistas especializados y críticos, responsables de festivales y de instituciones vinculadas al cine— para elaborar una lista de las mejores películas criollas del siglo XXI.
Si bien la lista original estaba planeada para ser de diez películas, algunos empates llevaron la cifra a quince títulos; en ese sentido, las películas que comparten puesto en el ranking fueron las que recibieron la misma cantidad de votos. Cada uno de los 100 votantes eligió cinco películas, sin orden de preferencia, y sin ningún tipo de limite en cuanto a formato y género de las películas, más allá de que debía haber sido estrenada luego del 1° de enero del 2000 y que en caso de coproducción debía ser mayoritariamente uruguaya.
De esta forma, El Observador comienza con esta lista sobre cine uruguayo una iniciativa vinculada a las obras culturales mejor consideradas de este primer cuarto del siglo XXI, que se completará con otras dos encuestas: la de los mejores discos de la música nacional y los mejores libros editados por autores uruguayos, también en el período que va del 2000 a este 2025, que se publicarán en las próximas semanas.
Las quince mejores películas del cine uruguayo del siglo XXI
Un vistazo en profundidad a las cinco películas más votadas
Directores más votados
Entre los directores más votados hay un sesgo de género considerable: de los ocho que más preferencias lograron —cada película mencionada equivalía a un voto— solo una es mujer. Se trata de Alicia Cano, directora de Bosco, que aparece en el quinto lugar con 22 votos y empatada en cantidad con Manuel Nieto y Álvaro Brechner.
Sobre ellos están Pablo Stoll, que ocupa el primer lugar con 137 votos, lo sigue Juan Pablo Rebella con 126, luego Federico Veiroj con 42 votos y en cuarta posición Aldo Garay, con 31 votos. La lista la cierran César Charlone y Enrique Fernández con 20 votos.
El autovoto
De los cien participantes de la encuesta, 62 están vinculados estrictamente con el trabajo cinematográfico, o sea: son directores, guionistas, sonidistas, directores de fotografía, montajistas, productores y más.
De esos 62 participantes, 33 votaron por al menos una película en la que trabajaron, y en algunos casos por más de una —algo que en los rubros técnicos es más esperable dado que las producciones nacionales suelen compartir muchos nombres de referencias en dichas áreas—.
Ficciones y documentales
De las 110 películas que fueron votadas al menos una vez en la consulta, 69 fueron ficciones y 41 documentales.
Si bien la mayoría es clara, la no ficción tiene un peso importante en la configuración del cine uruguayo de este siglo, y de hecho su presencia es destacable en la lista de las 15 principales. Cinco lograron ingresar a la selección y uno de esos títulos, Bosco, se metió en el top 5.