La hidrovía Paraguay – Paraná registra una bajante histórica desde hace meses por la escasez de lluvias y la previsión es que las condiciones negativas se extiendan hasta el primer trimestre de 2025. La menor profundidad provoca distorsiones en el comercio regional y el tema es seguido con atención por las autoridades portuarias ya que afecta carga paraguaya y brasileña que llega en tránsito a puertos uruguayos.
Una situación extrema. Así definen los operadores fluviales a la bajante que sufre el río Paraguay. “Se rompen récords de niveles bajos día tras día y no se avizora cuándo se tocara fondo”, dijo a El Observador el presidente del Centro de Armadores Fluviales y Marítimos de Paraguay (CAFyM), Raúl Valdez.
Hay pronósticos de lluvias puntuales para dentro de un mes, pero igualmente los niveles seguirán muy por debajo de lo normal. Para el verano el panorama no es más alentador. Se esperan precipitaciones escasas que no contribuirán a mejorar la situación de las deterioradas cuencas de los ríos Paraguay y Paraná.
“Este año se ha cargado por debajo de los promedios; se observaban desde finales de 2023 los patrones que indicaban estas complicaciones. Eso se confirmó ahora que se entró en el período más crítico”, expresó.
Los armadores aguardan que las condiciones hídricas comiencen a mejorar a partir de marzo.
La navegación desde Asunción hacia el norte de Paraguay está prácticamente paralizada. Desde la capital hacia el sur -donde se concentra la mayor actividad de exportaciones e importaciones del país- se ajusta semanalmente el calado de las barcazas. La previsión es que en las próximas semanas haya una buena cantidad con serias dificultades para transitar la hidrovía.
Valdez señaló que se navega con un máximo de entre 50% y 60%de capacidad de carga, lo que genera una importante capacidad ociosa y también limitaciones en los tiempos de los tránsitos de mercadería. “La navegación se vuelve difícil y la rotación de las embarcaciones se hace mucho más lenta”, explicó.
El resultado fue un aumento de los costos que se refleja en el precio de los fletes. Para la carga en contenedores ya se aplica una suba del 30%, mientras que para la mercadería a granel el incremento oscila entre 20% y 30%.
Distorsión del comercio regional
La bajante en la hidrovía se observa con atención en Uruguay. Una buena parte de las exportaciones paraguayas llegan por esa vía en tránsito hasta el puerto de Montevideo para ser embarcadas hasta su destino final.
Pero además, la Administración Nacional de Puertos (ANP) cerró el año pasado un acuerdo para manejar mineral de hierro de Brasil. En principio fue por hasta 300 mil toneladas. Luego se extendió hasta 3 millones de toneladas. El mineral, que llega por la hidrovía, se opera en una zona de transferencia ubicada en Puntas del Arenal en Soriano. Después se traslada hasta el puerto de Montevideo.
El presidente de la ANP, Juan Curbelo, informó a El Observador que se estuvieron manejando alternativas con los operadores brasileños para que esa operativa no se resienta. Pero la bajante no solamente se sigue de cerca por ese negocio puntual. “Es una distorsión importante. Se trata de una baja histórica y que tiene un impacto negativo para todo el comercio exterior y la logística de nuestros puertos”, dijo.
Además de la carga paraguaya y brasileña, la profundidad en la hidrovía también complica al sector agroindustrial argentino. Valdez explicó que el puerto de Rosario y otros cercanos tienen restricciones importantes para el calado de los barcos oceánicos.
“Eso representa un sobrecosto importante. Afecta a los operadores fluviales y también al trasbordo y tránsito de productos en embarcaciones oceánicas”, mencionó el empresario.
La falta de agua produjo que los armadores busquen otras opciones para manejar la carga. Una es completar algunos trayectos mediante transporte terrestre. En ese caso la mercadería transitaría por vía fluvial hasta algún punto de la hidrovía y luego continuaría en camiones. Esa operativa ya se ha realizado pero también genera sobrecostos y complica la logística.
La percepción, tanto a nivel oficial como privado, es que no hay otras alternativas para desarrollar. Se trata de establecer planes de contingencia a la espera de que la hidrovía recupere sus niveles habituales.