La intención de gravar más a la riqueza avanza a nivel global y recientemente contó con el respaldo del G20. La explicación es que los multimillonarios deben afrontar una carga tributaria extra, más acorde con el patrimonio que poseen. Sin embargo, hay voces que se alzan en contra y entienden que propuestas de ese tipo –por dejar expuesta la riqueza- fomentan aversión a los ricos.
“No corresponde a los ricos decidir cuántos impuestos deben pagar”, dijo a principios de año el economista francés Gabriel Zucman -un impulsor de la idea- en una entrevista con El País de Madrid.
“No es sostenible la manera en la que gravamos a los ricos. Son quienes más se han beneficiado de la globalización, del crecimiento económico de las últimas décadas. Y, sin embargo, pagan cada vez menos impuestos”, añadió.
Zucman afirma que los actuales sistemas tributarios no alcanzan de manera justa a las personas más adineradas del mundo y propone políticas que mitiguen la desigualdad. Su visión, obviamente, despierta amores y odios.
La idea del profesor de economía francés avanza y obtuvo recientemente el apoyo del G20 durante la última reunión que se desarrolló días atrás en Río de Janeiro. Aplicar un impuesto especial a la riqueza de los multimillonarios fue una de las propuestas de Brasil para presidir la cumbre.
“Con total respeto a la soberanía tributaria, nos involucraremos para garantizar que individuos con patrimonio neto ultra alto sean efectivamente gravados”, señala la declaración final del grupo.
En esa línea, aprobó una tributación extra a los superricos o billonarios.
Zucman plantea que ese tributo adicional sea de 2% y según estimaciones del gobierno brasileño podría generar unos US$ 250.000 millones por año. Sin embargo, la declaración final no profundizó sobre el porcentaje de la tasa.
Terminado el encuentro, el economista celebró la decisión. “Ahora es momento de pasar de las palabras a la acción y poner en marcha una negociación internacional inclusiva, que se extienda más allá de los países del G20, sobre la reforma de la tributación de los superricos”, señaló en un comunicado.
Tax the rich. En eso se resume la propuesta.
“Eso pasa cuando dejás a inmaduros e incapaces opinar sobre temas sensibles. Es un mocoso impertinente, no hay ninguna duda. Estamos en manos de este tipo de gente”, dijo el jueves pasado Martín Litwak -experto en conservación de patrimonios- refiriéndose a Zucman (de 38 años), durante un evento que se desarrolló en Montevideo.
20241118 Entrevista Martín Litwak, experto en patrimonios, paraísos fiscales.
Foto: Inés Guimaraens
“El problema es que los impuestos empiezan de manera transitoria con mínimos no imponibles altos y alícuotas bajas y después quedan permanentes y al revés”, afirmó.
El experto argentino explicó que a partir de la década del ´90 se comenzaron políticas de cartelización fiscal y de menor privacidad a nivel mundial. En ese contexto, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) comenzó a referirse a la homogeneización tributaria. “Pero si tengo 20 productores lácteos que homogeneizando el precio de venta del litro de leche van todos presos”, dijo Litwak.
“Hay 20 países de alta tributación diciendo cuál es el Impuesto Mínimo Global y encima el que está mal es el que quiere competir contra eso”, añadió.
Litwak tiene una clara visión contraria a aplicar más impuestos a los ricos. Lo sustenta en que el 1% de las personas más adineradas de Estados Unidos genera el 20% de los ingresos del país. Pero el mismo 1% paga el 40% de los impuestos que se recaudan. “Hay más desigualdad respecto al pago de tributos que respecto a las ganancias”, dijo a El Observador.
Para Litwak avanza una “demonización de la riqueza” donde prevalece la idea de “opinar sobre los activos que tiene el resto y sobre si los utiliza o no”.
“Queremos que los ricos paguen mucho y además exponerlos. Lo privado en materia financiera casi no existe”, resumió.
Un reciente informe del Banco Mundial se refirió a los impuestos a la riqueza para la igualdad y el crecimiento y dedicó un capítulo a la región.
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Expectativa por el valor del dólar bleu
Explica que esos tributos han sido promulgados o considerados por varios países en distintas épocas. En los últimos años, la pandemia del covid-19 impulsó el debate, e incluso, en algunos casos, se crearon impuestos a la riqueza temporarios para contrarrestar los costos del estímulo fiscal. Allí enumeró los ejemplos de Colombia, con la presidencia de Gustavo Petro, y Bolivia que implementó uno sobre fines de 2020.
“Los impuestos a la riqueza no están exentos de críticas, ya que requieren de una capacidad administrativa intensiva, disuaden la inversión y, en ciertas circunstancias, llevan a la fuga de capitales y a un bajo nivel de recaudación”, dice el documento.
El organismo indica que “si bien gravar el patrimonio de los billonarios pasó a ocupar el centro del escenario de los debates sobre política, por lo que tiene el potencial para recaudar los fondos esperados para la transición verde, es poco probable que esto sea una bala de plata para las deficiencias fiscales más amplias de la región”.
Añade que América Latina y el Caribe alberga a pocos billonarios que, además de ser menos ricos que los de otras regiones, son extremadamente móviles.