En 2021Itaú Unibanco adhirió a Net Zero Banking Alliance (NZBA), un acuerdo liderado por Naciones Unidas (ONU) para movilizar los recursos necesarios para construir una economía global con emisiones cero netas, en línea con el Acuerdo de París. El compromiso internacional contempla la agenda de todas las unidades de Itaú.
Este es un objetivo planificado para 2050, pero con acciones concretas para lograr alcanzar ciertos hitos relevantes para 2030: “Este proceso es una maratón, pero tenemos que ir dando pequeños pasos para generar consciencia y cambiar hábitos. Es importante que tengamos en cuenta que lo ambiental va de la mano de lo social” dijo Florencia Lecueder, directora de Transformación de Itaú.
El banco, con sede central en Brasil y presencia en 18 países de todo el mundo, no quiere ser indiferente a este tema, que necesita el compromiso de toda la sociedad para reducir los impactos de las emisiones de carbono. Lograr la neutralidad de emisiones en el caso de un banco no solo requiere de compromisos propios, sino también de sus clientes a quienes financian (emisiones de alcance 3)
El banco, desde su financiamiento, acelera y ayuda a las empresas que están haciendo la transición a una nueva economía. De esta manera acompaña a que puedan profundizar la mirada de economía sustentable para alcanzar el cero neto en 2050. “Entendemos que somos socios de nuestros clientes en la transición hacia una economía baja en carbono y en este sentido, trabajamos para involucrarlos y acercarles oportunidades liderando desde el ejemplo, tanto como Banco como de cada colaborador” explicó Fernando Barrán, director de Riesgos de Itaú.
Un aporte fundamental en este proceso es la capacitación del personal, no solamente para tener prácticas más sustentables en el día a día en el banco, sino para poder asesorar mejor a los clientes desde una mirada consciente y sensibilizadora. “Estamos en un camino de profundizar la mirada de la rentabilidad de los negocios y acompañar a nuestros clientes para incorporar la mirada de la rentabilidad a nivel económico, social y ambiental” agregó Barrán. Conscientes de que la transición climática requiere financiamiento en mitigación y adaptación, así como inversión en el desarrollo de nuevas tecnologías e infraestructura sostenible, Itaú ve en este contexto una ventana de oportunidad.
En ese sentido, a modo de ejemplo, hace unas semanas se lanzó el Bono de Impacto Social en el que el banco participó en su estructuración y como el mayor inversor. “Es una gran innovación, una herramienta basada en resultados -verificables y medibles- que incorporan el uso de financiamiento privado de inversores a efectos de anticipar los recursos requeridos para que un proveedor implemente un servicio social” explicó Lecueder.
En Itaú somos conscientes de que el camino hacia la descarbonización implica cambiar los esquemas de negocios para no trasladar estos costos a los usuarios finales: “este es el camino que estamos transitando para atender las necesidades de nuestros clientes, ser aliados/socios y no generar desigualdad para poder avanzar hacia el objetivo NZ” agregó Barrán.
A nivel local Itaú visualiza un gran interés de parte de los clientes locales por saber más sobre este tema y recibimos una gran cantidad de consultas sobre cómo el banco puede ayudar en esta transición explicó Lecueder y concluyó estamos “comprometidos con alcanzar el objetivo Net Zero para 2050, aspiramos a ser el banco de la transición climática para nuestros clientes y colaboradores”.
Un compromiso que empieza por casa
Hace tres años que Itaú mide su huella de carbono en los 3 alcances y año a año diseña un plan de reducción y compensación. Tenemos metas de reducción de la generación de residuos, el consumo de agua y energía, así como también en relación con la movilidad de sus colaboradores desde sus casas a las oficinas. “Bajamos nuestras emisiones un 12% entre 2022 y 2023” aseguró Lecueder.
En 2024 Itaú implementó un programa que tiene como objetivo concientizar y fortalecer el compromiso de los colaboradores para alcanzar la meta Net Zero.