Entre las giras y las idas y vueltas a Córdoba, Martínez afirmó que tres décadas después, a Las Pelotas la mantiene viva subir al escenario y “seguir teniendo cosas para decir”.
¿Cómo es la relación de Las Pelotas con Uruguay?
Montevideo es una ciudad a la que vamos todos los años, a veces hasta dos veces por año, yo creo que es una ciudad que nos sienta muy bien. Los shows ahí son realmente hermosos, muy intensos, el ida y vuelta que se genera con la gente es increíble. Es un público súper respetuoso, que te escucha muy atentamente, y siempre la verdad que volvemos con muy lindas sensaciones.
¿Eso del respeto es la principal diferencia que ven con el público argentino? El respeto a la escucha.
Exactamente, el respeto y la atención a lo que estás haciendo. Siempre recuerdo la vez que fuimos a tocar para el Bicentenario (en 2011), que fue algo tan fuerte para nosotros. Por más que íbamos todos los años a tocar, nosotros abríamos un escenario a las cinco, seis de la tarde, y cuando llegamos al lugar estaba vallada la calle, estaba vacío. Fue una sensación de “uuuh, qué lástima vamos a tocar temprano y no haber gente”. Pero nos metimos en unos camarines, en unas carpas que había atrás, y cuando salimos a tocar era increíble la cantidad de gente. Y en los balcones de las casas alrededor de ese escenario había muchísima gente grande escuchando muy atenta, bailando y festejando. Fue algo que nos llamó mucho la atención, la verdad. La cantidad de gente que se acercó a vernos, la cantidad de gente que sabía las canciones, la gente en los balcones. Bailaba gente grande, grande de verdad (risas).
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Gabriela Martínez, bajista de Las Pelotas
Foto: Malú Campello, cedida a El Observador
Vienen girando desde mayo, con una vuelta que incluyó conciertos en España. ¿Hay un cansancio? ¿Cómo se maneja?
La realimentación en los shows es una pila y una energía nueva que te da, aunque hayas tocado el día anterior, ¿viste? El fin de semana pasado teníamos show, y el domingo había un cansancio general, te dabas cuenta. Habíamos tocado el día anterior, nos habíamos acostado tarde, había que arrancar otra vez… Pero el show fue increíble. Creo que el momento en el que te subís a un escenario ese cansancio desaparece totalmente. Después por ahí quedas más cansado, ¿no? pero bueno, eso será al otro día (risas).
En una entrevista mencionaste que la banda está en un momento compositivo. ¿Cómo se trabaja el proceso creativo en medio de estos meses de conciertos?
Tenemos una forma de componer que creo que tiene mucho que ver con el sonido del grupo. Por ahí hay grupos donde hay temas que trae uno de los músicos, otro que lo lleva otro, y son muy diferentes. Nosotros componemos mucho juntos, y eso creo que le da un un sonido especial a la banda. Obviamente nos lleva tiempo, porque bueno, tenemos que ponernos todos de acuerdo, pero eso lo hace mucho más rico. Y también creo que eso es lo que le da una sonoridad a las canciones que decís “esto es Las Pelotas”. Podemos estar haciendo un reggae o un tema más rockero, pero siempre va a sonar a Las Pelotas. Y yo creo que eso tiene que ver con esto de componer juntos, con esto de que cada uno pone su granito de arena en cada canción. Componemos mucho en Traslasierra, donde está el estudio, donde parte de la banda vive, y yo también. Tenemos un lugar bastante retirado, porque estás en contacto con la naturaleza, pero a la vez estás en un grupo solo. Es mucho más relajado y también eso hace que nos enfoquemos mucho, y bueno, se van buscando esos huecos entre shows, viajamos hasta allá y vamos grabando.
Este tema, ¿es parte de algo que puede llegar a surgir próximamente un disco o un EP, o sale sola?
Todos sabemos que cambió mucho la industria, ¿no? Hacer un disco primero que te insume muchísimo tiempo, muchísimo dinero, y la gente se aburre muy fácilmente. Cuando íbamos sacando discos últimamente, a los dos meses decían “¿y cuándo sale material nuevo?” ¡Pero si recién terminamos uno! (risas). Han cambiado mucho las formas, los tiempos y la inmediatez de las cosas y también por ende la atención que te prestan. Te prestan atención en un momento y a los diez minutos están mirando otra cosa. La idea es ir sacando temas y en el momento que veamos que eso puede formar parte de un disco, saldrá el disco. Ya tenemos un montón de cosas avanzadas para ir sacando.
¿Cuándo vieron este cambio y entendieron que tenían que cambiar también el proceso?
En los últimos cinco, siete años, pero también me parece que es lo que están haciendo casi todas las bandas o solistas. También en este momento uno si no toca… Los ingresos de los músicos son los shows. Antes por ahí, no sé, hace 25 años, uno decía “bueno, paramos unos meses y hacemos un disco y después saldremos a tocar”. Eso hoy es imposible. Todo fue cambiando de a poco, y de repente nos encontramos en esta situación, que no podes parar dos o tres meses de tocar para hacer un disco. Se sigue y se van buscando los huecos, y esos huecos te permiten hacer. Grabo este tema, y mientras voy produciendo otras cosas para adelante, pero ahora sale este tema.
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Germán Daffunchio y Gabriela Martínez juntos en el escenario, en medio de un concierto de Las Pelotas
Foto: Malú Campello, cedida a El Observador
En una entrevista de meses atrás comentaste que los miembros de Las Pelotas eran unos “bichos raros”, en parte porque cuando llegaste “probaron a una mujer en el bajo en el año 93”. ¿Vos sentís que hoy la mujer tiene un mayor lugar en el rock?
Creo que está a la vista que sí. Por suerte hay montones de bandas donde participan músicas mujeres, y montones de bandas de mujeres específicamente. Obviamente falta un camino más para seguir recorriendo, pero sí, siento que hay una gran diferencia. Y seguimos siendo unos bichos raros, eh (risas).
¿Qué crees que cambió en la escena con respecto al rol de la mujer en la música y en las bandas para que se genere este aumento de espacio?
Bueno, creo que todo va acompañado de un gran cambio social, ¿no? Yo siempre digo que fuimos bichos raros en el año 93, mis compañeros por probar una mujer y yo por no pensar que por ser mujer no iba a poder tocar en una banda. Creo que ese cambio también va acompañado de un montón de cambios y de un lugar de la mujer mucho mejor parada frente a un montón de situaciones.
¿Te sorprendió alguna mujer en especial de la escena en los últimos años, argentina o uruguaya?
Por ejemplo Eruca Sativa, donde toca Brenda Martín, con quien tengo muy buena onda y es tremenda música, bajista, persona. Acá también está Lucy Patané, una tremenda guitarrista. Yo ahora estoy tocando con Marian Pellegrino, también muy buena cantautora, con hermosas canciones. Igual no soy una referente de escuchar mucha música nueva, así que por ahí te debo toda la gente más nueva, pero la verdad que hay un montón de músicas increíbles, por suerte.
Con una trayectoria de más de 30 años, ¿qué es lo principal que los motiva como banda a seguir tocando?
Nosotros disfrutamos muchísimo de lo que hacemos, tanto el momento de componer como el momento de salir de gira. Es una energía y un plus que se nos da a diario por esto, por lo que hacemos, que nos mantiene vivos. Y disfrutar de cada vez que te subes a un escenario, después de 30 años, es algo mágico, ¿no? La verdad que eso es lo que nos mantiene vivos, subirnos a un escenario y seguir teniendo canciones, y seguir teniendo música, y seguir teniendo cosas para decir.
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Foto: Malú Campello, cedida a El Observador