“El puntapié inicial fue la barra”, dice Barreiro. La carta de tragos fue ideada por el bartender Matías del Río, que después fue creciendo y modificándose con tragos como Safari (ron dorado, cordial de frutos rojos, jarabe, limón, naranja y bitter de hibisco), Jungla Bruta (whisky escocés, triple sec, shrub de durazno, jugo de limón, sidra, bitter de café y especias) o Honey Jaguar (grapamiel, ron, licor de marrasquino, jarabe de banana, limón y bitter peychaud).
Después de comprar la cocina, el chef Francisco Mateos fue el encargado de hacer una nueva carta para el restaurante. Una selección de platos que incluye desde un provolone con berenjenas en escabeche y peras asadas hasta falafel con pan naan, hummus de porotos y remolachas, salsa de yogurt y picante, o clásicos con su carácter como milanesa napolitana o un chivito de la casa.
De todas formas, la oferta es dinámica. "La idea es que también sea como la jungla, que todo el tiempo está cambiando. Que no sea algo estático, sino que se vaya modificando. Que no sea que vas a Jungla y siempre vas a encontrar lo mismo, siempre vas a encontrar cosas diferentes”, comenta Berreiro.
De la carta se desprende el espíritu de una experiencia compartida: platos pequeños, porciones para comer entre varios, preparaciones vegetarianas, opciones sin gluten o platos con influencias de medio oriente y latinoamérica. Una propuesta que a su vez pueda adaptarse con facilidad a eventos y cumpleaños, donde una mesa larga y contundente sea el centro de la conversación.
Jungla se ubica en Durazno 1784. Abre sus puertas los martes y miércoles de 19:00 a 1:00 y de jueves a sábado hasta las 3:00. Los sábadiso y domingos abren también a mediodía.
Lucas Barreiro y Victoria González son, además, una pareja de actores que tienen interés de convertir ese pedazo de jungla también en un lugar de puertas abiertas a otros artistas que encuentren allí un sitio en el que mostrar su talento.
Funk, disco, indie: la casa de Brooklyn
Lucas Barreiro también es uno de los fundadores de Brooklyn, una de las fiestas más convocantes de Montevideo. Todo comenzó como el festejo de su cumpleaños –17 años atrás– en una casona alquilada en Punta Carretas. Pero la celebración fue tan multitudinaria que se convirtió en una oportunidad.
"Fue un punto de inicial para mi carrera como productor, que no era algo que tenia pensado. Yo soy actor y las circunstancias se dieron como para que empezara a curtir el ámbito de la producción", recuerda.
Brooklyn fue una explosión en la noche de la ciudad. Una fiesta con una personalidad definida que abrió un espacio al funk, el disco, el soul y el house para convertirse en la fiesta alternativa más importante del país.
Con Paradise Garage como referencia, la legendaria discoteca de los años 70 y 80 en Nueva York donde Larry Levan era el DJ residente, decidieron armar su propia fiesta en Montevideo. La intención era la de ser el espacio contracultural de la ciudad, así como lo era el paraíso de Levan en oposición a Studio 54, y lo llamaron Brooklyn en su honor.
"La música que nos gustaba el funk y el disco, que en Uruguay no se escuchaba. Nadie escuchaba esa onda, era más rock, cumbia y había una incipiente electrónica con Milenio, pero la escena montevideana todavía no era la electrónica. Era algo muy chiquito, estaba considerado algo más under", dice Barreiro.
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Foto: Inés Guimaraens
De la casa pasaron al sótano del viejo Paullier y Guaná con ciclos de música donde llegaron a convocar a más de 700 personas – excediendo ampliamente la capacidad de la sala e incluso de la esquina del bar– antes de instalarse en el Hotel Radisson para convocar a unas 1500 personas en cada edición.
En los últimos meses tocaron algunos de los artistas más exponenciales de la escena alternativa Argentina como Nafta, Bandalos Chinos, Gauchito Club o Silvestre y la Naranja. El próximo 24 de agosto, adelanta, volverá la Brooklyn con 1915 en la Sala del Museo.
Ahora Jungla es -musicalmente- la casa de Brooklyn.
La curaduría de la música que acompaña la cena o los tragos la hace Barreiro y es muy similar a la de la fiesta. Lo resume así: "Oscila dentro de la música de los 70s y 80s. Ahora hay una escena en Europa que a mí me encanta, como el French House y el Ítalo Disco. Actualmente hay muchas bandas contemporáneas que emulan de alguna forma esos estilos y también le dan su toque moderno. Ese es el rango musical. También, obviamente, las bandas argentinas de indie".
Además de la propuesta gastronómica y las opciones de coctelería, Barreiro explica que la música es uno de los puntos fuertes de Jungla. La idea, explica, es tener propuestas artísticas con bandas de renombre, con sets pequeños y contenidos, que dialoguen con artistas en crecimiento.
“La identidad de Jungla es esa, triangular entre gente que ya tiene su carrera más hecha y gente que está empezando a desarrollarse como artista. Darle oportunidades a quienes se están desarrollando, eso es fundamental para la escena", enfatiza.
Además de la música, Jungla será un lugar donde proyectar audiovisuales, exponer proyectos pictóricos y artes gráficas. "Esa es la idea del bar".
Pincha un amigo, canta una amiga
Todos los viernes un DJ se encarga de musicalizar la noche pinchando en vivo. “En general son amigos, algunos son DJs profesionales y otros son melómanos que les encanta pasar música y no tienen un espacio donde puedan desarrollarse. No es una cuestión meramente profesional, donde lo que importa es la mezcla, sino lo que importa es escuchar la música la selección musical que hacen ellos".
Los sábados es el momento de los cantantes. Algunos reconocidos, y otros que cantan "por amor al arte". Un espacio para conocer artistas nuevos, volver a escuchar a algunos, y cerrar la noche con un micrófono abierto en el que cualquiera puede participar.
La primera en inaugurar el espacio será Sole Ramírez, exintegrante de Mala Tuya que en 2021 lanzó su carrera solista con canciones como Obsesionada o la reciente colaboración con Agus Mor, No importa qué pase después. Esta vez será el próximo viernes 9 de agosto desde las 22:00, para continuar luego todos los sábados a la noche con nuevos artistas de la escena.
Exuberante, diversa y viva. Jungla se proyecta como un lugar de encuentro en Palermo. Un retazo verde en la ciudad. Un espacio en crecimiento para el desarrollo para la escena cultural.