La otra cara del tironeo del gobierno con Cardama por las patrullas oceánicas: alertas por el control de soldaduras y los "hitos" en tela de juicio
El Ministerio de Defensa reprocha que Cardama no ha entregado ningún cronograma para el control de soldaduras y que hasta ahora solo se vigilan por inspección visual
El Ministerio de Defensa recibe de forma periódica los reportes que desde Vigo le envían los capitanes de navío Ismael González y Héctor Cardozo sobre el avance de la construcción de la primera patrulla oceánica en el astillero Cardama. Hasta que el presidente Yamandú Orsi anunció el inicio de las acciones para rescindir el contrato, la empresa y el equipo de la ministra Sandra Lazo mantenían un intercambio frecuente de correos electrónicos con preguntas y respuestas de un lado y del otro.
Por fuera de la denuncia penal por una garantía de fiel cumplimiento aparentemente falsa, el gobierno del Frente Amplio ha tenido varias reservas respecto al proceso de construcción y el cumplimiento de los hitos por parte de Cardama. La última de ellas quedó plasmada en los planos fechados el 15 de octubre en que se veían 11 módulos ensamblados sobre la vía en lugar de los 19 que para esa altura deberían estar completos, de acuerdo al cronograma entregado por el astillero en mayo.
Defensa, en su calidad de contratante, ha requerido que Cardama le proporcione un cronograma con el control de soldaduras por parte de Lloyd’s Register, la empresa encargada de certificar la calidad de la obra y el cumplimiento de los hitos que activan las transferencias desde el Banco República al Deutsche Bank en favor del contratado.
Esa faltante, de la que los inspectores de la Armada habían dejado constancia en junio, continúa siendo hoy una de las principales preocupaciones que el gobierno entiende no han sido resueltas por parte de Cardama, según pudo reconstruir El Observador.
Fuentes del Poder Ejecutivo remarcaron que mientras el astillero no ha proporcionado un cronograma, los controles se han limitado a inspecciones visuales por parte de la perito de Lloyd’s Register. De este modo, aún no se han realizado los llamados “ensayos no destructivos”, definidos por la Armada como las inspecciones mediante radiografía para detectar grietas en los cordones de soldaduras que no se pueden captar solo con la mirada.
En base a los informes desde Vigo, una de las dudas de Defensa es que, dados los costos de esas radiografías, el astillero terminaría contratando el “mínimo” necesario.
Astillero español Cardama
Instagram Cardama
El argumento de Cardama hasta ahora ha sido que es la propia Lloyd’s Register la responsable de aprobar esos ensayos y acordar con el astillero cuándo y en qué partes realizarlos. Para eso, ha aducido la empresa, la perito de la certificadora va marcando con tiza los bloques a inspeccionar para hacerlos una vez que la obra está bastante avanzada, en especial porque las soldaduras más complicadas son las que se hacen a la intemperie y no bajo techo. De acuerdo a Cardama, eso se debe a que a la hora de hacer las radiografías tiene que cerrarse el astillero.
El gobierno también ha tenido reparos respecto a que la compañía haya cumplido con el segundo hito del contrato: la entrega del plano de cuaderna maestra, lo que activó la transferencia de un 10% del monto del primer buque. El informe de los inspectores de la Dirección Registral y de Marina Mercante, conocido tras una primera misión a Vigo entre el 28 de mayo y el 6 de junio, exponía que dicho plano solo tenía una aprobación “preliminar” por parte de Lloyd’s Register y no definitiva. La versión del astillero ha sido que eso es común en todas las construcciones de este tipo.
El informe de la Armada citaba en este sentido un mail de la perito de Lloyd’s Register, Estefanía Batan, en respuesta a la Comisión Técnica (Cotec) sobre la aprobación preliminar: “Es un riesgo que asume el astillero, construir con planos en proceso de aprobación ya que esto le puede suponer algún problema o sobrecoste. Son conocedores y en las actas de inspección queda reflejado que el bloque está pendiente de ser inspeccionado si fuera necesario para comprobar la aprobación”.
La Armada consignaba también que el registro de solicitud por parte del Cardama para su permiso de construcción ante el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana de España recién había entrado el 27 de mayo y que aún no estaba concedido. El informe de los oficiales enumeraba otra serie de observaciones, como la adquisición de los motores a la compañía Caterpillar sin intervención de Lloyd’s y que había “información técnica no entregada”.
La presentación de la Marina agregaba que el astillero tenía “infraestructura limitada” para la construcción y culminaba con la recomendación de “plantear una renegociación del contrato” en “las etapas de los pagos” a partir del tercer hito de cada buque –la puesta de quilla– “a los efectos de tener el Ministerio de Defensa capacidad de control y autorización”.
Tampoco la puesta de quilla escapó a la polémica: las autoridades de Defensa se negaron a concurrir a la ceremonia del 28 de mayo en el astillero y manejaron incluso interpretaciones respecto a que el módulo colocado era solo un fragmento de lo que supone una estructura vertebral para el buque. Los inspectores de la Armada agregaron además que no tenía controles de soldadura.
Sandra Lazo
Foto: Gastón Britos / FocoUy
Hasta la presencia de los dos capitanes de navío en Vigo, en calidad de "representantes del comprador", fue un tema sensible para la nueva administración. Mientras Cardama insistía para que instalaran de una vez, el gobierno dilató su envío, primero por el costo de su estadía, pero también bajo la premisa subyacente de que concretar ese paso no supusiera la "legitimación" de un contrato con el que nunca estuvieron de acuerdo.
Acusaciones cruzadas
La ministra Lazo ha dicho en varias ocasiones que entiende que el contrato es “absolutamente flexible” para el proveedor y no “para beneficio del Estado uruguayo”, y reprochó que Cardama incluso esté subcontratando varias de las tareas de la obra.
Con una cláusula de reserva que restringe el acceso completo a la información, gobierno y astillero han cruzado acusaciones sobre presuntos incumplimientos de uno y otro lado. Cardama, por ejemplo, afirmó la semana pasada en En Perspectiva que tiene “decenas y decenas de correos” que el ministerio no le ha contestado, lo que para él constituyen “incumplimientos”. Tras el anuncio de la denuncia y la futura rescisión del contrato, el astillero también emitió una declaración en que acusó al Estado uruguayo de no actuar con “buena fe”.
El empresario también ha defendido que la obra está en plazo y que en enero recibirá los motores de Caterpillar, más allá de una demora ya prevista de tres semanas por dificultades en los fletes a raíz de la guerra comercial entre Estados Unidos y China. Contrario a los señalamientos de los inspectores de la Armada en base al cronograma que el propio astillero presentó en mayo, Cardama ha afirmado que ya tiene casi un 60% de avance en la estructura de acero del primer buque.
Una vez que se desató el pandemónium por la garantía de EuroCommerce, el Ministerio de Defensa notificó el lunes por la tarde a Cardama sobre la resolución del Poder Ejecutivo. Se abre a partir de ahora la posibilidad de un intercambio institucional entre las dos partes, con el gobierno decidido a rescindir el contrato, más allá de que de momento mantendrá a los inspectores de la Armada.
Al cierre de esta edición, el astillero aún no había dado respuesta al correo de la cartera.