En la apertura de la "Primera conferencia anual sobre crimen organizado", el presidente de la República, Yamandú Orsi, reflexionó sobre los desafíos del narcotráfico y la seguridad en Uruguay. Comenzó mencionando que "hace unos 50 años, más de 50 años, que todo Occidente lanzó lo que hoy se conoce como guerra a las drogas", destacando que este medio siglo permite mirar atrás para evaluar lo sucedido.
"Puede ser interesante tomar esta referencia temporal, no para debatir si la guerra se perdió o se ganó, y sumirnos así en una nueva diferencia y una nueva excusa para la confrontación. Sino porque medio siglo es un tiempo prudencial para que el país pueda mirar hacia atrás y ver lo que ocurrió en ese lapso donde pasaron por el gobierno no sólo los partidos, los principales partidos políticos, sino también 12 años de dictadura", afirmó Orsi.
El presidente hizo hincapié en la importancia de reflexionar sobre los aciertos y fracasos del pasado: "Mirar hacia atrás es necesario para asumir nuestros fracasos, pero también, ¿por qué no?, nuestros éxitos, y con ellos las fortalezas que por suerte aún tenemos y que no deberíamos perder". En ese sentido, destacó que "nos permite enorgullecernos de nunca haber cometido el error de encarcelar a los adictos y haberlos tratado de legalmente como tal y no como delincuentes, algo que hay naciones que aún hoy no han asumido y otras que lo asumieron un poco tarde, cuando sus sistemas penales y carcelarios se llenaron de inocentes".
Orsi también destacó que la solidez institucional de Uruguay ha sido una fortaleza: "Nos da aún hoy las armas de ser un país donde los niveles de corrupción parecen estar lejanos a los de otros países." Sin embargo, también reconoció los problemas que enfrenta el país: "Mirar para atrás también nos permite ver cómo esa misma sociedad y ese mismo sistema político que construyó estas fortalezas, no pudo evitar, porque nadie pudo hasta ahora, que el narcotráfico se insertara muy profundamente en el país".
El presidente subrayó cómo Uruguay pasó de ser un país de tránsito a un país de acopio de drogas: "Y con el acopio empezaron a aparecer las armas de guerra en manos de muchachos cada vez más jóvenes". También mencionó el aumento de la población carcelaria y el consumo de cocaína en el país: "Y nos convertimos en uno de los países cuyo consumo de cocaína per cápita nos pone entre los más altos del mundo".
En cuanto a las causas del fenómeno, Orsi apuntó a las complejidades del narcotráfico, que afecta tanto a la pobreza como a la riqueza: "Tanto la pobreza como la riqueza pueden ser terrenos fértiles para que el narco florezca. Y una sociedad donde el narco florece, lo que se marchitan son sus instituciones".
Finalmente, Orsi hizo un llamado a la unidad para enfrentar este desafío: "No será tarea de un solo gobierno, sino del Estado todo. Y no será una acción circunstancial, sino institucional". Concluyó: "El enemigo que hoy acecha a nuestras sociedades y a nuestras instituciones es demasiado poderoso para enfrentarlo divididos. Y por eso, habrá que superar las diferencias transitorias y asumir que de este desafío o salimos todos juntos o todos juntos nos hundiremos".