¿A quién se le ocurrió usar las baldosas de las veredas de Montevideo?

Recomendaciones, destacados y un repaso por diez edificios que cambiaron la cara de Montevideo en lo que va del siglo

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15 de octubre de 2020 a las 09:43

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Esta semana no está Carina Novarese por lo que yo, Felipe Llambías, voy a tomar prestado su lugar para armarte este Pícnic! semanal, porque sé que te gusta y es mejor no saltearnos este miércoles. Mi idea hoy es que Pícnic! sea un mini paseo contigo por Montevideo, esta ciudad que tanto queremos (o al menos yo la quiero) pero a la que muchas veces le prestamos poca atención. Y empiezo por lo del título: ¿a quién se le ocurrió usar las baldosas que tienen las veredas de Montevideo? La respuesta no la sé, capaz que alguno de ustedes tiene el dato y me lo puede contar (este es mi correo), pero es más que nada una pregunta retórica.

Olvidate de las que hay en 18 de Julio o la rambla; no son de las que estoy hablando. Me refiero a esas baldosas chiquitas, de 20x20, en general grises –aunque también las hay de un amarillo espantoso o de rojo carmín gastado–, la mayoría de ellas divididas en nueve cuadrados (googleando un poco me vengo a enterar ahora que se llaman baldosas de nueve panes), y que predominan en la ciudad. Su fragilidad es archiconocida, y la recordamos cada día de lluvia cuando caminamos por cualquier vereda. Pero también la conocen todos aquellos que tienen alguna dificultad de desplazamiento. Pisar en falso una de esas baldosas puede significar terminar en el piso para una persona de edad avanzada.

Cuando los árboles de las veredas crecen es muy frecuente que sus raíces rompan con facilidad esas baldosas. Cuando los autos les pasan por encima en las entradas de garaje, también. Y, hay que decirlo, ¡desde el punto de vista estético, son feas! Ni te digo cuando en una cuadra encontrás un cambalache de baldosas grises, amarillas y rojas... el horror.

Tengo la suerte de haber caminado por otras ciudades en el mundo y la mayoría han resuelto este problema de la forma más sencilla: hormigón. Quedan lisas, uniformes, accesibles para cualquiera con dificultades de movilidad, y se rompen muchísimo menos.

Después está el tema de la responsabilidad por esas veredas, y que algún ¿iluminado? en algún momento decidió que cada propietario tenía que ocuparse de tener la suya en condiciones, probablemente para ahorrarle el gasto a la intendencia. Eso, muchísimas veces, no se cumple. Como parte del espacio público, el gobierno departamental debería hacerse cargo de todo esto, pero ya lo sabemos, la inversión sería demasiado abultada y no hay intendente que lo vaya a cambiar. Tampoco me voy a meter en discusiones políticas, no es lo que me interesa en este momento.

El Top 10 de los edificios del siglo XXI que cambiaron Montevideo

La fisonomía de una ciudad está determinada en buena parte por su arquitectura y, en especial, sus edificios. Es probable que el más emblemático de todo Montevideo sea el Palacio Salvo, por su originalidad y su ubicación. Pero es un sello del siglo pasado, no de este. Por eso me puse a pensar en estos días cuáles son aquellos edificios de las últimas dos décadas, es decir, del siglo XXI, que marcan de alguna manera esa nueva estética de la capital uruguaya y decidí armar un ranking. Los seleccionados y el orden del listado son subjetivos, claro, y podemos diferir en el criterio. Incluso tal vez me olvide de alguno muy relevante. Pero no tengo dudas de que los conocés a todos.

10. Torre Ejecutiva

A mi criterio no es un edificio muy lindo, aunque es mucho mejor que el adefesio que hubo durante 40 años con el esqueleto del que iba a ser el Palacio de Justicia. Abusa del vidrio en la fachada sobre unos cimientos que estaban pensados para una estética completamente distinta, de una época en la que ese material no era pensado como estructura visual sino solamente como vínculo entre el exterior y el interior en las ventanas. La Torre Ejecutiva fue inaugurada en 2008 y, por la relevancia de las funciones que allí se desarrollan, por su ubicación estratégica –plaza Independencia– y el cambio visual que produjo en esa parte de la ciudad, entra en este Top 10.

9. Diamantis Plaza

Era un punto neurálgico de Montevideo, símbolo fabril del país enclavado en un barrio residencial y de clase media como es Buceo, a apenas tres cuadras de la rambla. Pero tras el cierre de Cristalerías del Uruguay, la zona decayó. En 2015, y después de muchísimas idas y vueltas, con problemas de dinero incluidos, en ese terreno se inauguró el Diamantis Plaza, un complejo creado por el estudio Gómez Platero con tres torres idénticas sobre Rivera y Comercio (no me pidan que la llame por su nombre nuevo, que de nuevo ya no tiene nada pero igual) y que por la calle Asamblea mantiene alguno de los rasgos distintivos de la vieja fábrica. Por la historia del lugar, su diseño, su altura y su visibilidad desde diversos puntos de la ciudad, Diamantis Plaza entra en el puesto número 9.

8. Edificio Plaza Alemania

Sobre la rambla de Palermo, al lado del hotel Ibis y muy próximo a la embajada alemana y la sede de Aladi está el Edificio Plaza Alemania, una obra del arquitecto uruguayo Rafael Viñoly que, para bien o para mal, con amantes y detractores, modificó lo que los anglosajones llamarían el skyline montevideano. Es el más nuevito de la lista, inaugurado en agosto de 2019.

7. Nuevocentro

Tanto por el centro comercial como por las torres de viviendas que lo acompañan, Nuevocentro le cambió la cara a una parte de la ciudad que estaba un tanto quieta y le devolvió vida. Solo por eso, se merece estar en este ranking.

6. Forum

Si hablamos de proyectos edilicios controvertidos, este debe ser uno de los que suscitó mayor conflicto en las últimas décadas. El Forum, ubicado en la rambla del puertito del Buceo, se erigió sobre un terreno baldío que permitía una despejada vista de la costa desde el Panamericano y levantó más polvareda por la idea que por su construcción en sí. Pese a los argumentos en contra, ahora ya está ahí, y es innegable que su estilo arquitectónico –diseñado por el estudio Carlos Ott en asociación con Carlos Ponce de León– es innovador y llama la atención frente al común de las construcciones en Montevideo. Si envidiás a quien vive ahí, no lo hagas. Por dentro es como un conventillo, pero de ricos. Y los gastos comunes son carísimos.

5. Antel Arena

Otro que generó discusiones, y las sigue generando, con el agregado de que la política se cuela por detrás. No voy a tocar ese asunto, no es el foco de hoy. Desde el punto de vista arquitectónico, la ciudad cambió con este estadio. Más aún, cambió una zona en la que, tras el derrumbe del techo del Cilindro, no tenía demasiados atractivos (más allá de que alrededor hay hermosas calles y casas). Yendo a lo estético, la verdad es que al principio mucho no me gustaba. Prefería alguno de los otros proyectos de Antel Arena que se presentaron y quedaron por el camino. Pero con el tiempo me fui encariñando, y el edificio tiene su jeito.

4. Auditorio Nacional del Sodre Adela Reta

Otro de los rezagados en la ciudad. La idea de su construcción surgió en 1985 en el sitio donde se ubicaba el viejo Estudio Auditorio del Sodre, incendiado una década antes. En 1989 comenzaron los trabajos en Mercedes entre Andes y Florida, pero recién 20 años después, el 24 de noviembre de 2009, se terminaron. Tanto por fuera como por dentro, el Auditorio Nacional del Sodre Adela Reta es maravilloso. Pero por el aporte a la cultura nacional que significa, se ganó el puesto número 4.

3. CAF

Detrás del Teatro Solís y durante décadas, quien pasara por esa zona de la capital vio el Mercado Central. Y vio cómo, año a año, se iba deteriorando cada vez más. Lo único que seguía realmente vivo allí era el viejo Fun Fun y su uvita. A fines de 2015 comenzó la demolición de aquel mercado semiabandonado y tres años más tarde se inauguró la sede regional de la CAF, un edificio moderno que incluyó a Fun Fun e incorporó a Cinemateca, y que perfectamente podría estar situado en Nueva York. Eso sí, preferiría que no fuera tan gris.

2. WTC Torre 2

No solo cambió la manzana que ocupa, sino todo el barrio. La Torre 2 del World Trade Center Montevideo fue, por lógica, el segundo edificio de este complejo de oficinas internacional en ser inaugurado en la ciudad. Firmadas por los arquitectos Kimelman, Singer y Flom, la primera torre es del siglo pasado –abrió en 1998– pero la segunda, gemela de la primera y finalizada en 2002, le dio la identidad que requería. Como edificio privado, fue todo un cambio para la fisonomía de la ciudad. Tanto que ahora, a veces, cuando alguien elige una imagen icónica de Montevideo muestra toda esa zona desde el puertito del Buceo y no ya la tradicional plaza Independencia.

1. Torre de las Telecomunicaciones

Finalmente, el puesto número 1. Y otra vez Antel, sí. Pero es la realidad, la telefónica estatal ha construido edificios significativos para Montevideo. La Torre de las Telecomunicaciones, diseñada por Carlos Ott e inaugurada entre el año 2000 y el 2003, según qué parte fuera, es desde ese entonces el rascacielos más alto de la capital uruguaya, con 35 pisos y 158 metros de altura. Supera incluso a la Torre 4 de WTC, que tiene más pisos (42) pero mide 140 metros. Probablemente, la Torre de las Telecomunicaciones fue la que le dijo a Montevideo "entraste en el siglo XXI", y por todo esto se ganó el primer lugar en este ranking.

De paso, un comentario relacionado. El sábado veía por televisión el partido entre Fénix y Peñarol en el Parque Capurro y el plano abierto del estadio permitía ver el horizonte con toda la bahía, rodeada en una punta por el Cerro de Montevideo y en la otra por la Ciudad Vieja. Y pensé: "¿Cómo esa rambla no está llena de edificios carísimos?". Lo sé, hay algunas razones históricas para que la ciudad le haya dado la espalda a esa zona, pero, de verdad, la vista es increíble y se la dejamos, mayormente, a grandes galpones y fábricas. ¿Coincidís conmigo?

Y siguiendo este recorrido por la ciudad, tres advertencias. Tratá de no tener que cruzar avenida Italia a la altura del estadio Centenario. Las obras por el túnel te van a dar dolor de cabeza, incluso como peatón. La segunda, tratá de no agarrar Rivera, sobre todo en dirección al Centro entre Luis Alberto de Herrera y bulevar Artigas. Está todo levantado, es imposible de transitar. Y unido a eso, abrí bien los ojos si vas a tomar la calle Palmar; está flechada, ¡pero para el otro lado! Terminar a mitad de cuadra, a contramano y viendo los autos venir de frente no es un escenario que quieras experimentar. Tranquilos todos, es temporal, hasta que terminen de arreglar Rivera.

De afuera hacia adentro

Cambio el exterior, lo que vemos por las calles, por el interior de nuestras casas. Cuando esta semana vi el video del especialista de la OMS en el que decía que no recomendaban los confinamientos por largos períodos (contradiciendo todo lo que venían asegurando en los últimos seis meses) sentí ese placer de haber tenido la razón. Pero no por lo que pueda pensar que deben hacer los demás, sino por lo vivido en carne propia. Cuando el 13 de marzo nos guardamos todos en nuestras casas lo interioricé como una obligación, sobre todo hacia los demás. Pero un mes y medio más tarde, el encierro en mi monoambiente de 27 metros cuadrados me había superado, y decidí volver paulatinamente a la redacción del diario a trabajar. No era una orden gerencial, ni una recomendación de ningún experto. Era pura necesidad. Y eso que, al vivir solo, no sufría los conflictos domésticos de la convivencia 24/7. Pensaba en cómo me sentiría si viviera en Buenos Aires, meses y meses sin salir salvo para lo estrictamente necesario, y creo que me hubiera vuelto loco. Con el tiempo empezaron a quedar expuestos los argumentos en contra de esa práctica por parte de científicos, aunque la recomendación del organismo madre en el mundo no cambiaba. Finalmente, esta semana se sinceraron, y ¡gracias a Dios!

Volví a pensar en todo esto al leer este artículo de Emanuel Bremermann sobre diseño, muebles y las cuestiones hogareñas que aprendimos en esta pandemia (y pienso en la pared blanca con apenas algún cuadro que utilizo de fondo en cada Zoom que tuve o todavía tengo que hacer cuando estoy en casa). Él habla de cómo el coronavirus redefinió nuestra relación con el hogar y la importancia del diseño de los espacios, desde las superficies, sus texturas y colores, hasta los muebles con los que vestimos nuestras casas. Para eso habló con expertos que le dejaron algunas definiciones a las que no está de más prestar atención. En mi caso, un cambio dentro de mi apto no va a ser suficiente. Creo que es hora de mudarme.

Recreo

Debo reconocer que todavía no fui a probar esto, pero lo tengo en mi lista de pendientes. Mi compañero de banco acá en el diario, Leo Pereyra, dice que valen la pena. Son los ahumados; carnes, pescados, panes y mermeladas que se cocinan con el sabor característico que les da el humo y que, al parecer, son muy ricos. Alva Sueiras estuvo recorriendo algunas cocinas locales que utilizan esta técnica, que se ha vuelto una especie de tendencia culinaria, y si querés más detalles –incluido dónde comerlos– podés leer la nota que publicó en la edición pasada de Luces.

La picada

Una serie. La encontré entre las novedades en streaming del último Luces y el fin de semana la vi. La serie que te voy a recomendar es Quiz, y por varias razones. La primera, porque trata sobre los entretelones de un programa de entretenimientos conocido en todo el mundo: ¿Quién quiere ser millonario? La segunda, porque habla de un supuesto fraude hecho por concursantes para llevarse el millón. La tercera, porque está basada en hechos reales. La cuarta, porque es británica, y la quinta, porque son solo tres capítulos de poco más de 45 minutos. No tenés excusas. Además, me hizo acordar a un filme que me gustó mucho: Quiz show, el dilema. Trata de algo similar. Quiz está para ver en Cablevisión Flow, TCC Vivo, NS Now y MC Go Live, así que si tenés alguno de esos servicios, agregala a tu lista.

Hablando de streaming, hago un paréntesis en esta Picada para preguntarte algo. ¿Conocés todos los servicios de televisión por internet? ¿Sabés cómo usar el del cable, o ni siquiera sabías que existía? Hay un mundo de opciones por fuera de Netflix, y si te interesa que te cuente cómo sacarle el máximo jugo al streaming, con servicios pagos y otros gratuitos, escribime y decime cuáles son tus dudas. Si son varios los que lo desconocen, puedo escribir una nota en las próximas semanas sobre el tema.

Una canción. Peyote Asesino es una banda uruguaya que marcó a esa generación que estaba entre su adolescencia y juventud en los noventa. No es mi caso, pero les reconozco sus virtudes. Ahora decidieron volver a la música y estrenaron un tema: Vos no me llamaste. Escuchalo y decime qué te pareció.

Un podcast. La semana pasada, mi querido Pablo Staricco, que supo trabajar en el diario y ahora anda escribiendo en Búsqueda, estuvo en Desayunos informales para hablar sobre el fenómeno de los podcasts. Entonces pensé, ¿por qué no incluir un podcast en Pícnic!? Y justo esta semana, el que quiero recomendarte ganó un premio en los Latin Podcast Awards. Se llama El Washington Post, está conducido por los periodistas Juan Carlos Iragorri, Dori Toribio y Jorge Espinosa, y repasa los hechos más destacados de la agenda informativa diaria mundial, aunque focalizado en el continente americano. Es muy bueno y a la vez entretenido, ideal para el viaje en auto u ómnibus, el desayuno o mientras estás cocinando en tu casa.

Un video. Es imperdible. En serio. Si no lo viste, hacé clic acá y miralo. Muestra cómo Robert Wilson le toca timbre a Paul Milgrom en la madrugada del lunes para contarle que lo estaban buscando desde Suecia y que no atendía el teléfono. Que se habían ganado el Nobel de Economía, y que tal vez quisiera contestar. Una genialidad.

Un evento solidario. Faltan diez días todavía, pero te aviso con tiempo. El domingo 25 de octubre es la edición 2020 del Mega Strogonoff de la Fundación Corazoncitos, una organización que trabaja con niños que sufren cardiopatías congénitas. A diferencia de años anteriores, en esta oportunidad no va a haber un evento multitudinario sino que, quienes así lo deseen, pueden comprar un tique (o más de uno) que vale $ 200 en su web, y las porciones de strogonoff van a ser donadas a instituciones u ollas populares que atienden niños y familias afectadas por la pandemia. Quieren llegar a 7.000 porciones, pero recién van 1.086, así que... ¡a meterle!

Un viaje. Ya sé, no se puede viajar todavía. Pero aunque sea hagámoslo con la imaginación, con el sueño de volver a viajar alguna vez. La revista Lonely Planet anunció los diez destinos turísticos imprescindibles en el mundo. ¿Conocés alguno? Yo ya tengo dos tachados de mi lista.

The end

Se va terminando este Pícnic! de hoy, y también casi que se va terminando el año. Ayer vi un tuit que hablaba de agendas 2021, y días antes vi fotos en redes sociales de comercios que ya están vendiendo adornos navideños. Son señales. Probablemente tanto vos como yo queremos que el 2020 quede atrás de una buena vez. Pero te quiero comentar algo. No lo tomes como consejo, no soy quién para aconsejar a nadie. Tomalo como mi propia experiencia, que tal vez te puede servir a vos. Proponete que este año no haya sido del todo perdido. Proponete hacer algo que hace tiempo estás por concretar y no lo hiciste todavía. Puede ser un proyecto inconcluso, puede ser un cambio personal, no sé, lo que quieras. Pero hacelo. Para que todo esto haya valido la pena, para que no sea un año con todo malo. Te quedan dos meses y medio. Es tiempo suficiente.

¡Hasta la próxima!

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