Economía y Empresas > Juan Martínez Escrich

"El turismo se va a reactivar con mucha lentitud"

El presidente de la Cámara de Turismo cree que así como el sector fue uno de los primeros en sentir el golpe, será uno de los últimos en recuperarse
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10 de abril de 2020 a las 05:00

El presidente de la Cámara de Turismo, Juan Martínez Escrich está recluído en su casa, en Montevideo, y es la primera vez en sus 40 años de actividad en el sector que solicita y espera que todos los uruguayos hagan lo mismo. 

El golpe del Covid-19 en el sector turístico fue repentino y violento, según Martínez. A casi un mes de la confirmación de los primeros casos en el país, entre un 90% y un 95% de estas empresas están cerradas por tiempo indefinido, incluído el hotel Genovés de Piriápolis, que Martínez dirige desde 1984, y donde hoy tiene un rol administrativo. Por el momento, los trabajadores de este hotel están tomando sus días de licencia. 

Aunque desde la cámara que preside desde 2015 representa a uno de los sectores actualmente más afectados por la crisis sanitaria, Martínez transmite optimismo. "De acá vamos a salir pronto y vamos a tener un nuevo desafío. Así como hay eventos que son disruptivos, esta pandemia es más que disruptiva y nos está mostrando que somos más solidarios de lo que pensábamos, y que vamos a tener grandes cambios y nuevos desafíos que nos van a retar a ser dinámicos y proactivos", señaló.

Preside una cámara que agrupa gremiales sectoriales, asociaciones, cámaras regionales. ¿Cómo atraviesa esta crisis y cómo logra abarcar la situación de las distintas áreas de la actividad turística?
Por suerte tenemos muchos medios de comunicación virtual que nos permiten mantener todos los temas al día. Hacemos entre tres y cuatro videoconferencias diarias de los distintos ámbitos; laborales, gremiales, y sociales también porque hay que jugar ese rol como padre y como abuelo.

A nivel gremial es donde estamos poniendo más foco. El turismo es un sector al que le pegó muy duro y temprano todo esto, porque fuimos de los primeros en sentir el golpe y de la forma más violenta. Fue un parate repentino que nos obligó a cerrar en un momento en que el turismo ya venía paleado hace un par de años. 

¿Cuál era la situación del sector cuando llegó la crisis?

El 2 de mayo de 2018 Argentina tuvo una gran devaluación que nos revolcó, nos sacó de competitividad total. El 19 de agosto, las famosas PASO, con otra ley que nos mató. Tuvimos varios temas que pegaron en todo lo que es zafra de verano y de invierno, en termas y en Montevideo, con el producto de congresos y eventos. A todos los sectores les ha pegado y justo esta crisis nos agarra en un momento que veníamos bastante endebles. Esto toma a muchos operadores de todos los sectores de turismo con pocos fondos, poca reserva y la preocupación nuestra es que se mantengan en pie para que no se caigan del todo, porque sino va a haber cierres que van a repercutir fuertemente a la hora de levantarnos y salir caminado. Hoy la apuesta es esta y estamos trabajando con las autoridades para proteger al sector, para que no se desintegre.

¿Hay empresas que estén evaluando su cierre definitivo?
Hay muchos planteos, porque uno piensa a veces en turismo y la imagen popular es que son las grandes cadenas internacionales de hoteles o grandes líneas aéreas, y se olvida que como todo el resto de la economía del país, más del 80% de las empresas son pequeñas y familiares, donde una familia es la que desempeña los roles de empleador y empleado. Ahí es donde tenemos que focalizar porque esas pequeñas unidades productivas son las que en la cadena hacen la totalidad del producto. Ahí tenemos que meter foco y son las que más nos precoupan, no solo porque depende la familia de eso sino porque es más difícil sostenerse.

Las internacionales también se enfrentan a una crisis que es global y además son generadoras de empleo.
También hay que ayudarlas por la mano de obra que emplean que es nuestro principal capital, y esa inversión en capital humano hay que protegerla para que siga dando empleo y generación de divisas. Es un doble aspecto que hay que proteger. La crisis le pega a todos por igual y en todos lados, hoy no hay de dónde agarrarse y eso repercute desde el vamos en las líneas aéreas. Tenemos todos los aviones en tierra y algunas líneas ya se están planteando la opción de si pueden volver a abrir en 4 o 5 meses. Se van a caer algunas líneas aéreas, cadenas intenracionales de hoteles, eventos internacionales y congresos.

A veces uno no piensa en la trazabilidad que tiene el turismo. Uno piensa en el hotel y la rentadora de autos pero se olvida que hay productos como los congresos y eventos, que hay actores que a veces pasan en el olvido, como una florería, una imprenta, el audiovisual, la manteleria, el catering. Hay toda una serie de conexos a la actividad que se sienten también afectados y ni que hablar algunos destinos que tienen una alta concentración en el turismo, que dependen de ello y ya no es solo el que trabaja directamente.

Si pensamos en el este o Rocha, no es solo el hotelero o transportista. Ahí va a tener problemas el vecino que trabaja en la construcción, porque no va a haber obras; las inmobiliarias, porque no va a haber alquileres. Repercute en toda la economía de los destinos y los paraliza. Hay sectores como las termas, que hoy de haber estado en situación normal estaríamos hablando de su temporada alta, de zafra de termas, y justo en su temporada alta, se cae. El turismo es muy transversal. Uno pierde la idea de hasta dónde llega la cadena que puede arrastrar dificultades a mucha gente.

¿Se ve como un punto positivo para el sector que el virus no haya llegado al comienzo del verano?
Prácticamente un 35% de los ingresos por turismo se generan en los meses de verano. Por lo tanto es bueno que no hayamos perdido ese 35%. Sin embargo, sabemos que vamos a perder más de un 40% en estos meses por las zafras de Semana Santa, vacaciones de julio y de setiembre, que entiendo que siguen corriendo cierto riesgo, porque así como fuimos de los primeros sectores en recibir impacto, sin dudas vamos a ser de los útimos en recuperarse. El turismo se va a reactivar con mucha lentitud, ojalá en primavera se asome.

¿Se planifica el día después? ¿Cómo empezará a recuperarse el turismo?
Como Cámara de Turismo, hicimos una planificación y nos planteamos tres etapas: una inicial, que fue la de ser todos solidarios y anteponer la responsabilidad social y solidaridad a cualquier tema de rentabilidad, económico y empresarial. Ahí se puso en marcha toda una serie de apoyo solidario tendiente a lograr la repatriación de nuestros queridos compatriotas que están en exterior, con Cancillería, a través de las agencias de viajes, y que la hotelería se haya puesto a la orden con el Ministerio de Salud Pública para generar dispensarios sanitarios en caso de necesitarlos. La gastronomía se ha organizado para brindar menú solidario tanto a médicos como a quien lo requiera.

La segunda etapa la estamos encaminando a partir de ahora, tratando de sostener al sector, que no se nos caiga, y buscando algún tipo de apoyo como créditos blandos para subsistir, bajar costos internos país de tarifas eléctricas, de agua; dilatación de la parte impositiva de seguridad social, ampliar el amparo de seguro de desempleo, que algunos no lo pueden hacer por no tener la antigüedad generada para ingresar al seguro. Esos son los temas que estamos trabajando ahora para poder mantener la estructura empresarial.

Próximamente empezaremos a ir poniendo en la mente de todos el tema de recorrer el país, de visualizarlo con algún juego virtual que pueda hacer tener en mente lo lindo que es viajar y qué lindo es el Uruguay. Después de eso, salir con una campaña promocional en la región. Ahí vamos a tener dificultades. La región va a estar muy convulsionada y va a pretender que su gente se quede en su país y no salga. Por lo tanto vamos a ver cómo hacemos para captar al turista del sur brasileño y el argentino, que empiecen a volver. Esto va a arrancar por movilizar al turismo interno, que empiece la gente a salir de a poco, a agarrar confianza, agarrar el valor de poder viajar tranquilo y sin ninguna incertidumbre. Después tenemos que hacer una segunda etapa de extendernos a la región, y por útimo recién pensar en los viajes internacionales, que va a costar un poco más. Ahí estamos viendo un horizonte que puede alcanzar al año 2021. 

¿Se reprogramaron las reservas de quienes pensaban venir al país en estos meses? 
La tarea más grande que hemos tenido en estos días es la reprogramación de todas las reservas, a nivel de hotelería y alojamiento en general, de reservas inmobiliarias, paquetes y excursiones. Esa reprogramación es lo que más cuesta y es lo que estamos trabajando ahora para decirle a quien venía en marzo o abril, lo lindo que es Uruguay en setiembre u octubre. No lo puedo trasladar a julio porque no es la misma situación.

No todos aceptan reprogrmación de viaje porque las condiciones personales son distintas, pero en general hubo una gran aceptación para diferirlo para esa fecha, cuando arranque primavera, y poder recuperar buena parte de lo que estaba programado para hora. Hay zafras que se pierden, como campamentos, termas. Eso es ahora, no en verano. Pero algo se va a reprogramar y somos optimistas en que puede andar bien. El tema más grande al hacer reprogramaciones internacionales es la incertidumbre de qué va a pasar con los vuelos, porque no están aceptando hoy programaciones para setiembre, ya que no saben en qué condiciones van a estar.

¿Cree que el sector volverá a ser el mismo tras la crisis? Si no, ¿qué cambiará?
El que piense que vamos a ser los mismos está equivocado. En cualquier orden. Humanamente no vamos a volver a ser los mismos, los hábitos van a cambiar, las propuestas van a tener que ser otras, los controles sanitarios, higiénicos y cuidado del medioambiente sin duda va a ser otro. Acá hubo un beneficiado, por suerte, que es el medioambiente. Ahí va a haber un cambio muy profundo a que la gente apunte a valorar más esas cosas, a priorizarlas.

La oferta va tener que acomodarse a esas nuevas necesidades. Uno se plantea, ¿la gente va a querer seguir viajando en excursiones en ómnibus, o va a preferir viajar en su auto, más aislado? ¿va a querer hacer campamentos o se inclinará más hacia un hotel, un lugar más vigilado? Uno se va a tener que ir adaptando como empresario y como consumidor también.

¿Qué opina de las medidas adoptadas por el gobierno?
Creo que el gobierno actual no llegó a acomodarse en la silla y sin embargo recibió este golpe y viene tomando una postura muy firme, clara, transparente. Muchos entienden que hay que hacer este aislamiento porque el freno de la economia implica cerrarla. Uno a veces piensa en la actividad individual, pero cuando pensás en la actividad colectiva, paralizar un país implica que va a haber muchos problemas en muchos sentidos. 

Entendemos que parar la economía no le hace bien al país, y que lo mejor que puede hacerse es lo que están haciendo tanto el gobierno como los empresarios; un llamado a la responsabilidad social, para que cada uno asuma el compromiso que debe tener. Hoy para ser patriotas y uruguayos tenemos que hacer esto. El que no lo hace no merece llamarse uruguayo.

 

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