Jornales solidarios en Salto: una ayuda para enfrentar un invierno que “será muy duro”

Eso se traduce en casi 25 aspirantes para cada empleo, el mayor promedio del país. Las cifras reflejan la necesidad de trabajo que existe en este departamento, en el que el 6%  de la población está bajo la línea de pobreza, el 14% de los económicamente activos están desempleados y el 40% de los que trabajan lo hacen en la informalidad, según un reciente estudio de la Universidad de la República. 

La ciudad capital tendrá 500 de los cupos asignados al departamento, para los que se presentaron 12.769 personas. Hubo 521 inscriptos en Constitución que, con una población de 2.700 personas, tendrá 20 cupos. 

La misma cantidad de empleos tendrá Belén. Allí hubo 372 aspirantes sobre un total de 1.900 pobladores. 

El resto de los municipios salteños tendrán 15 cupos cada uno. En Colonia Lavalleja hubo 306 inscripciones entre sus 1.600 habitantes, en San Antonio hubo 250 aspirantes en 3.800 pobladores, en Rincón de Valentín se anotaron 241 en un total de 1.200 y en Mataojo se registraron 89 inscripciones en 1.000 habitantes. 

Los beneficiados, al igual que en el resto del país, desempeñarán tareas de “valor público”. Trabajarán una quincena al mes, entre junio y noviembre, por $12.500 mensuales. 

En diálogo con El Observador el intendente de Salto, Andrés Lima, valoró que la cifra de inscriptos revela la realidad que vive el departamento. Pese al magro salario que ofrece el plan, el jefe comunal destacó que “es una ayuda inmediata en lo inmediato” para  “enfrentar un invierno que será muy duro”. 

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En Salto, apuntó, hay dos características claras que acrecientan las dificultades laborales y pueden explicar el alto número de inscriptos al programa.  Una que es gran parte de los empleos son zafrales. Así pasa en el sector citrícola, en los arándanos y también en la carne, donde la industria puede pasar meses “parada”. 

La otra es el trabajo jornalero y a destajo. A eso se le suma la citada informalidad. Un fenómeno que, señaló, viene siendo denunciado desde hace años. 

La ley que implementó los jornales solidarios habilita a cada intendencia a crear un número mayor de cupos al asignado. La diferencia deberá ser asumida por las arcas comunales. 

Lima aún no sabe si lo hará en Salto. Por lo menos hasta setiembre, cuando la Junta Departamental defina el nuevo Presupuesto. 

Por lo pronto, para colaborar en la ayuda para superar ese invierno que se adivina difícil, la Intendencia implementará a partir de junio cuatro comedores municipales. 

Será en colaboración con el Ministerio de Desarrollo Social y el Instituto Nacional de Alimentación (INDA). Comenzará con 1.000 platos al día, aunque Lima adelanta que la demanda será mayor y que no serán suficientes. 

Para los que no puedan acceder a los comedores, la Intendencia comenzará a apoyar con insumos a las diversas organizaciones que llevan adelante las 26 ollas y los 20 merenderos que funcionan en el departamento. 

Contarán con el respaldo técnico de la Universidad de la República y se proponen servir 6.000 platos por semana. 

Cupos reservados

La ley que creó el programa de jornales solidarios no lo dice taxativamente, pero Lima está dispuesto a cumplir en Salto con la reserva de cupos a determinados colectivos. 

Siguiendo la normativa vigente, el 8% de los 600 empleos que le tocarán al departamento serán sorteados entre personas afrodescendientes, el 4% irá para los que sufran algún tipo de discapacidad y otro 1% será destinado a personas trans. 

A partir del lunes la Oficina de Planeamiento y Presupuesto le dará a cada intendencia la información desglosada de cada persona que se inscribió. Con esos datos, Lima piensa definir más segmentos para reservar cupos. 

Así, piensa asignar porcentajes a mujeres jefas de hogar, jóvenes, y personas mayores de 50 años.