El gobierno había comprado 1.500.000 de dosis para vacunar a 750.000 personas (porque cada vacuna debe aplicarse en dos dosis por persona) y la compra se hizo mediante el mecanismo Covax, una especie de portafolio de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) que incluye las vacunas de diversos laboratorios.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), que trabaja sobre el tema con la Alianza para las Vacunas (Gavi) tiene como objetivo suministrar unas 2.000 millones de dosis para finales de 2021. Por el momento, ya aseguró unos cientos de millones de dosis de las vacunas candidatas desarrolladas por AstraZeneca, Novavax y Sanofi-GSK, que aún no fueron autorizadas por las autoridades nacionales.
Sin embargo, hace dos días y ante el aumento de casos en el país, el Poder Ejecutivo optó por buscar otras alternativas en paralelo que hagan llegar la vacuna contra el covid-19 en un plazo de tiempo más corto que las del Covax. "Hace dos días que estamos hablando al más alto nivel para saber cuándo se nos puede suministrar, la cantidad de dosis y la efectividad", dijo el presidente, Luis Lacalle Pou en la conferencia de prensa de este miércoles.
El presidente explicó que algunas vacunas tienen más eficacia que otras y, por lo tanto, eso incide directamente en la alta demanda de las más eficaces. En ese sentido, el presidente señaló que "el gobierno está calibrando que sea la mejor vacuna en el menor tiempo posible".
Las vacunas que están por fuera del Covax y con las que podría cerrar un acuerdo Uruguay son la del laboratorio Pfizer, que ya se está utilizando en Reino Unido y Estados Unidos, la vacuna Rusa Sputnik V (que el canciller, Francisco Bustillo, dijo que durante su visita a ese país que Uruguay estudiaría comprar) y la vacuna china Sinovac. El ministro de Salud Pública, Daniel Salinas, dijo a El Observador que el gobierno está estudiando todas esas opciones. Sobre el avance en las negociaciones Lacalle Pou concluyó: "Las novedades son medianamente positivas".
El país está preparado para recibir vacunas como las de Oxford, que está incluida en el Covax apenas necesitan ser conservadas en un lugar que tenga entre 2 y 8 grados centígrados. Sin embargo, la situación es más compleja con la inyección de Pfizer porque requiere temperaturas ultra frías, de unos 70 grados bajo cero. Consultado el respecto, el ministro Salinas dijo a El Observador que es posible armar la infraestructura para recibirlo y que la vía podría ser el Banco Mundial en caso de que sea necesario adquirir congeladores especiales, pero la decisión dependerá del Ministerio de Economía y Finanzas.
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