Hace ahora cuatro años, Dan Schawbel, conocido por su bestseller Promote Yourself: The New Rules For Career Success, se subía al carro de los empleados búmeran -profesionales de ida y vuelta que deciden regresar a sus compañías- para anunciar la preminencia de esta tribu laboral, y las ventajas que éstos tenían frente a quienes no habían pasado por esta experiencia laboral de entrada y salida.
Ya entonces quedaba claro que las empresas comenzaban a olvidar sus reticencias sobre la posibilidad de volver a contratar a aquellos que se habían marchado de una organización.
El hecho de que los profesionales cambien de empleo resultaba ya una situación de lo más común, y a esto se unía la evidencia de que cada vez más organizaciones se deciden a crear grupos en las redes sociales y profesionales para que los antiguos empleados se mantengan en contacto e interactúen con la propia compañía. Este era un incentivo perfecto para impulsar la reincorporación de los empleados búmeran que, entre otras ventajas, están familiarizados con la cultura de la organización a la que pertenecieron y no requieren de tanta capacitación como los nuevos candidatos que llegan, y que además no están plenamente adaptados al puesto.
Los búmeran han pasado de rechazados a tolerados, y ahora podría decirse que son cada vez más apreciados, hasta el punto de que este viaje laboral que lleva a regresar a la compañía que se abandonó se considera como un nuevo valor profesional.
Brendan Browne, vicepresidente de adquisición de talentos de LinkedIn, sostenía recientemente que “el fenómeno de los empleados búmeran ha crecido en los últimos dos años”, aunque no está muy seguro de por qué se ha incrementado en poco tiempo.
Podría ser porque las compañías de los que se han ido tienden a ofrecer ahora mejores salarios o beneficios en una economía más ajustada.
Algunas veces, las empresas anteriores presentan realmente una nueva oportunidad que debe ser tenida en cuenta si se compara con lo que hacen actualmente aquellos que se fueron.
Pero lo que influye en mayor medida es ese cambio de actitud y de opinión ante aquellos que deciden marcharse de su compañía y en algún momento piensan en la posibilidad de regresar.
Juan San Andrés, consultor de dirección en organización y recursos humanos, opina que recuperar a estos empleados es ahora mucho más aceptado. “En realidad, reintegrar a empleados brillantes que se fueron a otras empresas y desean volver se ha hecho siempre, con excepción de algunas compañías que, por cuestión de principios, creían que una ‘deslealtad’ no debía ser olvidada. Claramente la consideración de los retornados ha cambiado y se ven más los beneficios de la reintegración que la supuesta deslealtad del abandono”, añadió.
El experto confirma que hay empresas que hacen de esta recuperación de antiguos empleados una práctica común, y advierte ventajas e inconvenientes en ello. Quienes siguen estas políticas muestran su incondicional apreciación del talento al no importarles la aparente deslealtad del empleado que se marchó buscando algo mejor. Por otro lado, dan fe de su seguridad en ellos mismos, en la competitividad y en el atractivo de su oferta de condiciones de trabajo. “Es una forma de decir: ‘no nos importa que se vayan, ya volverán cuando hayan podido comparar’”, subrayó San Andrés.
(Expansión - RIPE) l
Inicio de sesión
¿Todavía no tenés cuenta? Registrate ahora.
Para continuar con tu compra,
es necesario loguearse.
o iniciá sesión con tu cuenta de:
Disfrutá El Observador. Accedé a noticias desde cualquier dispositivo y recibí titulares por e-mail según los intereses que elijas.
Crear Cuenta
¿Ya tenés una cuenta? Iniciá sesión.
Gracias por registrarte.
Nombre
Contenido exclusivo de
Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.
Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá