"¡Hail Trump! (...) ¡Hail nuestra victoria!". El encantamiento por el presidente electo es demostrado en el edificio Ronald Reagan de Washington, a dos pasos de la Casa Blanca, con saludos nazis que reflejan el radicalismo de una parte de la nueva extrema derecha estadounidense.
Menos de dos semanas después de la elección de
Donald Trump, simpatizantes de ese movimiento híbrido bautizado "alt-right" ('derecha alternativa') se reunieron para saborear el instante y soñar con un
Estados Unidos blanco, viril y anti-inmigración, en torno a uno de sus líderes informales, Richard Spencer.
"En el futuro, la 'alt-right' puede, en tanto que vanguardia intelectual, completar el trabajo de Trump", dijo en el escenario este treintañero de traje y cuidadosamente peinado y al ras en los costados, como muchos de sus compañeros de ruta, al estilo "fascio".
A la cabeza de un oscuro think tank, el National Policy Institute, este diplomado en estudios superiores es una de las caras visibles de esta nebulosa que nació y se desarrolló en internet, a la que se unieron jóvenes más bien educados y que entre sus aliados cuenta al recién nombrado asesor especial del presidente electo Trump, Steve Bannon.
"La emergencia de Trump cambió la situación. El movimiento alt-right ve su victoria electoral como un gran avance que les ofrece un escenario que les permite tener una amplia audiencia", explicó Nicole Hemmer, experta en movimientos
extremistas de la universidad de Virginia. "Eso los hace más visibles y les da una sensación de mayor poder político".
El movimiento, que irrumpió recientemente en la escena pública, no tiene una estructura formal y su ideología abreva en la extrema derecha tradicional y en la teoría de la supremacía blanca así como de la denuncia del libre comercio.
"La 'alt-right' piensa que es necesario cierto grado de separación entre los pueblos para preservar la cultura", escribieron dos figuras vinculadas a ese movimiento en un manifiesto publicado en marzo en el sitio Breitbart News, dirigido entonces por Bannon.
Esta separación debe sin duda, ser racial y religiosa: el movimiento, que reivindica una filiación con la extrema derecha y principalmente la Nueva Derecha francesas, es prolífico en teorías pseudocientíficas sobre la supuesta jerarquía entre las razas y profesa un profundo odio a los judíos y musulmanes.