¿Qué pasa con la sub 17?

Ronald Marcenaro, Fabián Coito, Santiago Ostolaza y Alejandro Garay, los técnicos de las sub 17 desde 2006 a la actualidad, analizan lo que sucede con las diferentes generaciones de esta categoría. Destacan que las selecciones juegan más partidos amistosos internacionales de preparación pero el nivel de la competencia interna sigue siendo un déficit e insuficiente para que los jugadores logren una rápida maduración antes de los 17 años.

Más partidos, peores resultados

Hasta 2006, la preparación de las selecciones juveniles para los torneos quedaba reducida a un proceso de algunas semanas previo al torneo. “No había dinero ni para los pasajes para salir a jugar”, reveló el DT de aquel equipo, Marcenaro, a Referí. Desde entonces, se desarrolla un ciclo de preparación que en el caso de todas las selecciones incluye un trabajo de 20 meses (si llegan al Mundial). El de esta sub 17 se interrumpe porque no se preparará para el Mundial.

En orden cronológico, en los últimos siete Sudamericanos –de los que Uruguay fue solo a tres–, en 2007 en Ecuador la selección terminó en octava. El golpe dejó enseñanzas, según recuerda Marcenaro. A partir de ese momento la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) empezó a competir por entender que la forma de crecer de los más chicos es jugando. “Para el Sudamericano de 2009 jugamos 24 partidos internacionales. En ese proceso clasificamos al Mundial de Nigeria”, recordó Marcenaro.

La inversión en selecciones juveniles pasó a ser prioritaria, porque comenzó a nutrir la mayor.

Marcenaro 2007 y 2009

El exconductor celeste comenzó contando un hecho anecdótico que vivió en aquel momento. “Recuerdo que en 2007 se generó un mala racha con Venezuela, pero les ganamos 4 a 1 y nos daban por campeones. A la noche, en la charla, le dije a los chiquilines que esto recién empezaba, que no se creyeran nada de lo que se decía después de la victoria”. Finalmente Uruguay quedó eliminado de la primera fase en el clásico con Argentina, que anotó un gol en la hora.

En 2009, Uruguay llegó de otra manera. Se multiplicaron la cantidad de partidos amistoso. “Pasamos de no jugar a enfrentar a los mejores. Recuerdo haber ido a jugar a Francia. Eso nos hizo crecer”.

Consultado acerca de por qué razón Uruguay no clasificó al Mundial sub 17 de Brasil de este año, explicó: “Todos jugamos para ganar y salir campeones, pero en un proceso tenés que ver otras cosas, no pasa solo ser campeones. Entiendo a la gente le puede preocupar porque en los últimos años no fuimos al Mundial sub 17, y acepto que es raro que suceda”, reflexionó Marcenaro.

Coito 2011 y 2013

El ahora técnico de la selección de Honduras vivió la cara opuesta a lo que vive la sub 17 en la actualidad. Con sus equipos clasificó en los dos períodos y en 2011 perdió la final del Mundial en México.

¿Cuál es su explicación para los últimos resultados de la sub 17? “Por mi experiencia diría que las selecciones juveniles de otros países han crecido, se trabaja cada vez más y mejor. Los entrenadores son importantes en la capacitación, las expectativas, los deseos, de las inseguridades que provoca una derrota y de las euforias que provoca un triunfo. No sé cuál de las dos es más peligrosa. También el tema generacional puede ser pero es una edad complicada, están saliendo de ser niños y transformándose en futbolistas grandes, y por ahí las expectativas que se centran en ellos, en su entorno no están en condiciones de absorberlas y de responder a esas expectativas”.

Coito agregó: “Tanto la euforia en un triunfo como la inseguridad que genera una derrota son muy duras en los adolescentes. Ser campeón es lo mejor pero no es lo único”.

Ostolaza 2015

El Vasco Ostolaza estuvo un solo período al frente de las selecciones juveniles. El equipo arrancó con resultados como para ser campeón en el torneo de Paragay. Finalmente se desmoronó.

“Capaz que es una edad donde a los chicos les cuesta un poco mantener el equilibrio, que es lógico y normal. No sé por qué razón a los de Uruguay les cuesta un poco más”, dijo a Referí. El Vasco no atribuye el tema a la presión. “No, no creo que sea por eso. La presión es algo lógico que a veces se da que impongamos que debemos salir campeones en todas las categorías”.
Ostolaza destaca el valor de jugar con la presión de tener que ser campeón. “A mi me parece bárbaro tener esa presión que uno mismo se la impone”.

Garay 2017 y 2019

Garay, entrenador de los últimos dos procesos que no lograron clasificar, expresó que la razón de lo que sucedió lo atribuye a la maduración.
“No tengo un análisis certero, pero entiendo que existen varios factores. Al respecto tengo una opinión: creo que hay varias aspectos que se conjungan, como la maduración tardía del futbolista uruguayo en sub 15 y en sub 17, donde fuimos campeones. Y todos los elementos que aparecen a esta edad, el primer contrato, las novias, hay todo un combo ahí. Es todo el contexto. También existe un detalle importante: el nivel de la competencia interna que no permite un desarrollo. Cuando hablamos de los chicos que van al Mundial andan en los 55 partidos al año cuando en sus clubes llegan a 35 en el mejor de los casos. Y de esos 35, solo 10 al año son de alta exigencia”.

Para el técnico de la sub 17, la escasa calidad de la competencia interna es un freno para la evolución de esos jugadores.
¿Qué dejó la sub 17 desde 2006 a la fecha? Uruguay participó en siete Sudamericanos, clasificó tres veces y quedó eliminado en cuatro, las últimas tres de forma consecutiva. También el aporte a la mayor desde la sub 17 es reducido, porque llegaron solo siete: Sebastián Coates, Jonathan Urretaviscaya, Diego Polenta, Emiliano Velázquez, Gastón Silva, Marcelo Saracchi y Federico Valverde.