Conforme se recupera el número de pasajeros, el crecimiento ha vuelto a ser el foco de atención. Las compañías dominantes del sector se han enfrascado en combinaciones corporativas y han lanzado nuevas rutas, y los inversionistas han inyectado miles de millones de dólares para contribuir a la recuperación.
Este espíritu lo encarna el recién creado Grupo Abra, una sociedad de inversiones panlatina que reúne a Avianca y Gol bajo una propiedad común. Desafiará a Latam, líder del mercado regional por tamaño de flota y resultado a su vez de una fusión hace más de una década.
Aunque las dos marcas seguirán siendo independientes y con administraciones separadas, Abra dice que permitirá ahorrar costos y aumentar las economías de escala, al tiempo que se incrementan los ingresos y las inversiones.
"Se ha visto consolidación en EEUU y Europa. Compañías como Lufthansa y Air France-KLM dominan ahora la región, con rivales de bajo costo que crean competencia y las mantienen honestas", dijo Adrian Neuhauser, presidente ejecutivo de Avianca. “El viejo modelo de una aerolínea que sirve a un solo mercado ya casi no existe. Y creemos que lo mismo está empezando a ocurrir en América Latina".
Sin embargo, las ambiciones de Abra sufrieron un revés el mes pasado, cuando Avianca abandonó la adquisición de su asolada homóloga colombiana Viva Air. Culpó las condiciones impuestas por los reguladores.
Aun así, los analistas dicen que estas colaboraciones empresariales tienen su lógica, teniendo en cuenta la posibilidad de aumentar la influencia a la hora de negociar adquisiciones de combustible y aeronaves.
Los promotores del sector también señalan el potencial para ampliar el transporte aéreo en una región con 660 millones de habitantes pero un número relativamente bajo de vuelos per cápita. Las deficientes infraestructuras viales y ferroviarias hacen que los aviones sean vitales para el transporte entre muchos territorios.
A lo largo de 2022, la región ocupó el primer puesto mundial en recuperación de pasajeros y ahora prácticamente ha regresado a los índices anteriores a la pandemia, según la Asociación Latinoamericana y del Caribe de Transporte Aéreo (ALTA).
Su presidente, José Ricardo Botelho, dijo que uno de los factores era el "turismo de venganza": veraneantes en busca de escape tras el confinamiento del distanciamiento social. Los grupos europeos Air France-KLM y Lufthansa han registrado recientemente buenos resultados en Sudamérica.
Sin embargo, en toda la región el panorama es heterogéneo, según datos del sector. México ha superado ya a Brasil como mayor mercado, con un aumento del número de pasajeros en el primer trimestre del 17 por ciento respecto al mismo período de 2019. Colombia también subió, pero Brasil, Argentina, Chile y Perú se situaron por debajo del nivel de hace cuatro años.
En el caso de las grandes aerolíneas latinoamericanas, esto está contribuyendo a una mejora de los resultados financieros, con un aumento de los ingresos y los beneficios, aunque los precios de muchas acciones todavía no se han recuperado de las fuertes caídas.
A pesar de la disminución de las pérdidas, el conjunto del sector en América Latina seguirá en números rojos en 2023, según la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA, por sus siglas en inglés), aunque dijo que algunas aerolíneas registrarán "sólidos beneficios".
A diferencia de lo que ocurre en Europa y Norteamérica, lo que se destaca es la ausencia de ayudas financieras estatales específicas durante la pandemia de Covid-19. (Una excepción fue Aerolíneas Argentinas, aunque ya era de propiedad estatal).
"Las aerolíneas de América Latina tuvieron luchar para sobrevivir", dijo Botelho. "Tuvieron que reinventarse para ser aún más eficientes".
En señal de confianza, Aeroméxico ha hablado de regresar a los mercados públicos. Abra ha dicho que planea una oferta pública inicial (OPI) y Latam sugirió que intentará volver a cotizar sus recibos de depósito estadounidenses en la Bolsa de Nueva York, después de que fueran suspendidos durante su proceso de quiebra.
Sin embargo, la convalecencia no es general. Al menos 10 aerolíneas latinas — en su mayoría marcas económicas — han cesado su actividad desde 2020, cuatro de ellas este año.
Algunas han luchado contra competidores tradicionales que adoptaron un "modelo híbrido" de boletos baratos y cobro de extras como el equipaje y la facturación en el aeropuerto.
Sin embargo, los proveedores de bajo costo también se encuentran entre los que han obtenido mejores resultados en América Latina desde el inicio de Covid-19. La categoría aumentó su cuota de capacidad en el sector — medida en asientos disponibles por milla — de alrededor del 30 por ciento al 42 por ciento, según datos de Cirium.
Una de las compañías que se mantiene al margen de la consolidación es Azul, que hizo un intento fallido de adquirir a su rival más grande Latam en 2021.
El director ejecutivo, John Rodgerson, dijo que ahora no tenía planes de fusiones y adquisiciones y que, en cambio, estaba enfocada en añadir nuevas ubicaciones a su red, que pasará de 119 ciudades en 2019 a 170 a finales del año. Sus rutas incluyen Fort Lauderdale y la capital de la selva amazónica, Manaos.
"Es emocionante; hay demanda para todas estas ciudades remotas de Brasil", añadió. "La mayor oportunidad es seguir creciendo en el mercado nacional".
Otra opción, aparte de las fusiones, son las asociaciones comerciales con empresas homólogas estadounidenses, con la intención de impulsar los vuelos entre los continentes.
American Airlines invirtió el año pasado US$200 millones en una participación del 5 por ciento en Gol, y ambas profundizarán en un acuerdo de código compartido (en virtud del cual las compañías venden asientos en los vuelos de la otra).
Delta tiene una empresa conjunta con Latam y fue uno de los accionistas que aportaron fondos para una inyección de liquidez de US$5.4 mil millones como parte de una reestructuración el año pasado. La compañía chilena dijo que hora era más "fuerte y más competitiva" que antes de la pandemia de Covid.
Sin embargo, a pesar del entusiasmo del sector, el debilitamiento de las divisas en varios países latinos ha encarecido aún más el costo del combustible — cotizado en dólares estadounidenses — en términos locales, lo que ha obligado a subir el precio de los billetes.
Con la previsión de una desaceleración económica en 2023, los viajes aéreos pueden seguir siendo un lujo inasequible para los millones de personas que la pandemia ha expulsado de la clase media de la región.