Unas 27 personas murieron hoy en una iglesia bautista de Texas (Estados Unidos) como resultado de un tiroteo iniciado por una persona sin identificar, informaron hoy autoridades locales. El episodio ocurrió en Sutherland Springs, una pequeña comunidad a unos 50 km al sureste de la ciudad texana de San Antonio de apenas 400 habitantes.
Funcionarios de la policía local informaron a CNN que la cifra de muertos era de 27, pero advirtieron que el número podía variar en las siguientes horas. Confirmaron también que al menos una veintena de personas resultaron heridas.
"Que Dios esté con la gente de Sutherland Springs, Texas. El FBI & agencias de la ley están en la escena. Estoy monitoreando la situación desde Japón", escribió en su primera reacción pública el presidente estadounidense Donald Trump.
Un testigo le dijo a la cadena de televisión KSAT que un hombre entró a la iglesia alrededor de las 11:30 a.m y abrió fuego contra la multitud. La iglesia tiene servicios por la mañana a los que asisten usualmente unas 50 personas.
Según la Policía de la localidad citada por el canal KSAT12, el autor del crimen está muerto.
"Hemos aceptado a varios pacientes del tiroteo", dijo a Fox News Megan Posey, una portavoz del Connally Memorial Medical Center en Floresville, a 24 kilómetros de la iglesia. Posey dijo que no tenía un número específico de víctimas y que los doctores están evaluando a los pacientes.
Un niño de dos años figura entre los heridos, indicó el sitio web del diario Dallas Morning News.
El responsable fue identificado como Devin Patrick Kelley, de 26 años y proveniente del condado de Comal.
Según informó el congresista Henry Cuellar, se trata de un joven blanco que sirvió en la Fuerza Aérea estadounidense entre los años 2010 y 2014.
El Gobernador de Texas, Greg Abbott, tuiteó poco después de que se informara sobre el incidente: "Nuestras oraciones están con todos los que fueron perjudicados por este acto malvado. Nuestro agradecimiento a las autoridades por su respuesta. Más detalles de DPS pronto ".
El tiroteo ocurrió un mes después de que un hombre armado disparara desde una habitación de un hotel de Las Vegas, Nevada, matando a 58 personas e hiriendo a centenares de personas que asistían a un concierto al aire libre. Por otro lado, se cumplen dos años desde que un supremacista blanco, Dylann Roof, entrara a una iglesia negra de Charleston, Carolina del Sur, y matara a tiros a nueve personas.
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