Cuando la pandemia comenzó, el director de Finanzas de una empresa uruguaya tuvo que decidir entre dos caminos: enviarse a seguro de paro o ser despedido. Tenía claro que el segundo no tenía vuelta atrás, por eso decidió ir de lleno por la primera opción. “Había que poner la casa en orden. Recortar gastos nos era indispensable para que la empresa pudiera proyectar un futuro”, contó el ejecutivo.
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