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Así fue el show de Abel Pintos en el Antel Arena
El sábado 15 de diciembre Abel Pintos se presentó en el Antel Arena, el escenario de varios de los grandes shows que se llevaron a cabo en estos últimos meses del año. Con localidades agotadas, el cantante argentino –acompañado de seis músicos– hizo corear y bailar a las cerca de 7500 personas que asistieron a verlo en el marco de su gira La familia festeja fuerte.
Tras interpretar Juntos – canción de su disco Único (2015)– el argentino de 34 años se dirigió al público y aclaró: “Este show va a ser muy largo”. Y lo fue. Las tres horas de música fluyeron al ritmo del pop latino, el folclore, el pop-rock y un sinfín de estilos que atraviesan al artista.
Con un repertorio de casi 35 temas, el cantante y compositor oriundo de Bahía Blanca, recorrió varios de sus discos. No faltaron hits como Pájaro Cantor, La llave, Oncemil, Motivos y Como te extraño. Tampoco faltaron covers de grandes temas como Pensar en Nada de León Gieco y La Flor azul de Mercedes Sosa –donde demostró que también tiene las herramientas para interpretar una chacarera–. También cantó y bailó con mucha gracia Mariposa, un tema con el que, se convirtió en un discípulo de Fito Páez.
El concierto fue para sus seguidores una montaña rusa de sensaciones. Y hubo espacio para todo.
Porque a Abel Pintos le sienta bien un amplio espectro de géneros musicales y, en este espectáculo, presumió de ello.
Solo por las canciones que habitualmente suenan en la radio, era de presuponer que el público que lo acompañaría en el concierto iba a a ser mayoritariamente mujeres adolescentes o jóvenes. Sin embargo, Pintos esta idea parte de un preconcepto; quedó demostrado que su música es un imán para un grupo enorme de seguidores y que, entre ellos, hay hombres veteranos, mujeres adultas y niños que acompañaron a sus padres.
La última vez que el artista argentino estuvo en Uruguay se presentó en Landia –que ofrece casi la mitad de localidades que este nuevo escenario–, así que la familia de Pintos crece también en Montevideo.
