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Así nos ven, la serie de Netflix que expone el abuso de poder en la justicia estadounidense

Estrenada hace pocas semanas, esta durísima docuficción rememora incidentes ocurridos en New York en abril de 1989, cuando equivocadamente acusados de violación cinco adolescentes negros y latinos fueron condenados
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13 de julio de 2019 a las 05:00

Escribir sobre Así nos ven es complicado. Ver Así nos ven es complicado. La miniserie de cuatro episodios escrita y dirigida por Ava DuVernay –la misma responsable de Selma y una clara militante política por la igualdad– reconstruye con dureza los sucesos ocurridos en abril de 1989 en New York y consigue que mirarla por momentos sea tan díficil como tratar de tragar un rollo de alambre de púas. A medida que se desarrolla la historia y crece la desesperación, uno ruega por estar ante una exageración de los hechos, una distorción narrativa, pide porque aquello que ve sea un maniqueísmo, una simplificación a efectos de la serie de TV, pero no. Alcanza con buscar apenas un poco en Internet para descubrir que –más allá de decisiones artísticas y, claro está, políticas– Así nos ven no se aleja demasiado de la horrible realidad.

El hecho real

La noche del 19 de abril de 1989, un grupo de entre 30 y 40 adolescentes integrado por hombres de etnias negras y latinas se reunió en Central Park para “salvajear” (wilding out en el original). Esto implicaba esencialmente correr por el parque en patota, saltar, patear cosas y divertirse, pero en el ímpetu y calor del momento la cosa se desbandó y se registraron actos de vandalismo e incluso ataques a un ciclista y una paliza a un maestro de escuela que hacía jogging (ambos blancos). Pero todo empeoró cuando a altas horas de la madrugada se encontró a una mujer joven en coma, que había sido atacada y violada en el mismo parque, cerca del horario en que la “salvajeada” se realizaba. 

Aunque la policía no unió los hechos al principio, la asistente del Fiscal de Distrito Linda Fairstein pronto resolvió que los sucesos no habían sido independientes y entre los muchos detenidos por los actos de vandalismo se acusó a cinco jóvenes de la violación. Cuatro de esos cinco –Antron McCray, Yusef Salaam, Korey Wise, Raymond Santana y Kevin Richardson– eran menores de edad, a quienes la policía interrogó sin presencia de padres o abogados para conseguir, luego de varias horas de detención, confesiones firmadas. Las declaraciones de los acusados no coincidían y, de hecho, no había pruebas de que se conocieran entre sí previamente, pero eso no impidió que ante el clamor popular de justicia, seguridad y restauración de la pena de muerte (encabezado nada menos que por Donald Trump), se los condenara con casi ninguna prueba a distintas penas que variaron entre cinco y trece años, dependiendo del acusado. 

En 2001, Matías Reyes, el verdadero violador (como constataron luego las pruebas de ADN) confesó su crimen y los cinco fueron exonerados unos años después. Como colofón de este breve resumen, decir que en 2011 se les otorgó además una indemnización por 41 millones de dólares por la injusticia recibida.

La serie de Netflix

Cinematográficamente, la realización de DuVernay es un inmenso éxito. La reconstrucción de los hechos, los personajes, la recreación de época y la narrativa en la que se presenta todo lo que ocurre, es un logro total. Lo cierto es que es tan duro lo que cuenta que, al estar tan bien presentado, a veces le juega en contra, ya que no pocas veces dan ganas de apagar todo y ponerse a mirar a los pajaritos por la ventana. 

Pero he ahí la intención política de lo que se cuenta: representar una injusticia, recordarla, remarcar la impunidad con la que actuó el poder, el racismo imperante en su accionar para que, así sea desear de manera utópica, no vuelva a ocurrir jamás (aunque me permito aquí un paréntisis: ante la gran cantidad de producciones que recrean injusticias legales y penales en los EEUU, alcanza con ser pobre para que te lleven puesto más allá del color de la piel, como lo muestran el caso de los Memphis Three o el éxito de Netflix Making a Murderer). Es por ello es que esta miniserie machaca y machaca recreando los horribles interrogatorios que sufrieron los jóvenes, los abusos realizados por la policía y la oficina del fiscal y lo irregular del juicio que se realizó poco después.

Pero lo político –o propagandístico, para qué negarlo– no tendría peso sin el valor cinematográfico de la buena mano de DuVernay en la realización, de lo dinámico de su propio guión recreando no sólo los hechos iniciales sino también del procedimiento policíaco después, así como los juicios y, posteriormente, la brutalidad del sistema de detención juvenil. 

Y lo que destaca furiosamente en esta estupenda serie son las actuaciones, tanto los jóvenes detenidos –en su adolescencia y en su versión adulta–, como los distintos personajes de uno y del otro lado de la situación: la villana de la función Linda Fairsten (estupenda como siempre Felicity Huffman), la fiscal a cargo del juicio Elizabeth Lederer (Vera Farmiga), William Sadler, Joshua Jackson, o, especialmente, los padres: Kylie Bunbury, Marsha Stephanie Blake, John Leguizamo, Niecy Nash y Michael Kenneth Williams. Incluso en estos tiempos de tan buenos elencos en TV, el seleccionado para esta miniserie hace un trabajo ejemplar.

Consecuencias

Si uno piensa que el alegato político y acusatorio de Así nos ven no tiene consecuencias más de allá de ser una miniserie televisiva tan excelente como desesperante, se equivoca. Evidentemente la dureza con la que narra lo sucedido caló hondo entre el público y repercutió duramente entre los involucrados en los sucesos reales. Así, Fairstein –reconvertida en escritora de best-sellers para adultos y niños apenas un par de años después del juicio– ha visto como su editorial, su agente, su agencia de publicidad y el colegio donde daba clases cortó puentes con ella, sin importar lo mucho que ella ha acusado a la serie de imprecisa; Lederer lo ha sufrido también, pero menos, ya que perdió su cargo docente en Escuela de Leyes de Columbia; y son los policías que ayudaron a procesar rápidamente la acusación los que probablemente hayan salido mejor librados, ya que para este momento se encuentran o fallecidos o retirados.

Por su parte, los acusados viven ahora sus vidas en diferentes partes de EEUU –ninguno de ellos en New York– y el confeso violador Matías Reyes espera por su posible libertad bajo palabra en 2022. 

La directora Ava DuVernay

Claves
1- Así nos ven se divide en cuatro episodios de hora y fracción. Sin embargo –y por si no quedó claro ya– no se recomienda maratonear, dada la cantidad de información que hay por capítulo y la contundencia dramática de cada uno de ellos.
2- DuVernay profundiza aún más sobre la problemática del sistema legal estadounidense y su relación con el racismo en su documental La 13a Enmienda de 2016.
3- Entre sus próximos proyectos, la directora se aleja por completo de su trabajo de contenido social para orquestar The New Gods, una nueva película sobre superhéroes de DC Comics.

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