Jóvenes de la Lista 40 organizaron un taller de aprendizaje de los artículos de la LUC

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Así preparan a los jóvenes militantes del Partido Nacional para defender la LUC

Jóvenes de la Lista 40 del Partido Nacional realizaron un encuentro en defensa de la LUC, con un taller de artículo por artículo
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24 de octubre de 2021 a las 05:00

Por Joaquín Pisa.

No parece haber movimiento en la Casa de Residentes de Flores, en Magallanes y Maldonado, este sábado a las 15:00 horas. Tampoco parece haber movimiento en el Centro de Montevideo en general, como cualquier fin de semana. Entran dos personas y esa es la señal de que el Encuentro de jóvenes en defensa de la LUC, promocionado por la la lista Jóvenes 40 del Partido Nacional, es ahí.

El portero, de más de 70 años, de pocas palabras, no pregunta mucho y deja pasar. Una casa vieja clásica, bien cuidada: un pasillo corto pero alto en la entrada, con paredes amarillas, baldosas de color beige, amarillo y verde sapo. Un vitral celeste arriba, con una flor en su centro, vivos rosados, rojos y verdes y bastante mugre a los costados.

Y jóvenes, a las 15:00 horas, las estipuladas para el comienzo del evento, unos 30-40 jóvenes. 

En el pasillo hay cuatro, reunidos en ronda, que se preguntan de que va todo esto. “Vamos a leer un par de artículos y dar nuestra opinión”, dice un militante de no más de 20 años. “Ahora le tocaba el más difícil, el de combustibles”, le responde y ríe otra, de no más de 25 años.

“Talleres artículo por artículo”, dice el aviso. 135 artículos de la Ley de Urgente Consideración. Uno por uno. Lo que parece una actividad de sábado por la tarde hecha para cualquier target de público menos gente joven, ya tiene a casi 40 personas reunidas en la residencia prontas para instruirse.

Después del pasillo hay dos salones, uno más chico a la izquierda con un vitral mucho más grande encima, piso de baldosas verdes y rojas con detalles amarillos, un par de sillas y una mesa con mantel celeste, arriba yerba, café, cuadraditos de azúcar, saquitos de té y vasos de plástico. A un costado una silla banca un calentador. 

A la derecha un salón el doble de largo, con muchas mesas que tienen arriba sobres celestes para cada uno de los asistentes. Es más oscura, se ilumina por la luz que llega del salón pequeño y de una ventana que da a la calle. Antes de pasar a ese salón, conectado sin puertas, una mujer tacha los nombres de los presentes en una lista, y les da papelitos cortados con números. Cada número tiene una mesa. 

La LUC y Aparicio Saravia

Estuvieron presentes en el encuentro los diputados Goñi y Gianoli

Cerca de las 15:25 los jóvenes, que van a militar a favor de la LUC hasta el referéndum, empiezan a sentarse en las mesas que les tocan. Frente a todos una mujer presenta al diputado de la Lista 40, Rodrigo Goñi, que empieza con las posibles dos miradas de la LUC: “Ay que horrible el Frente Amplio”, por querer derogar la ley, o “una oportunidad de hacer política”.

Frente a los jóvenes militantes –en una proporción bastante equitativa entre hombres y mujeres– de los que muchos recién terminaron el liceo, o incluso todavía lo cursan, Goñi compara esta defensa a la batería de leyes impulsada por el gobierno de Luis Lacalle Pou con la situación de Aparicio Saravia, porque “la gente dejó todo y salió a pelear”, aunque en ese momento “era poner la vida en juego. Cruzabas un balazo y marchabas, como le pasó a Aparicio”.

Los mira a los ojos y les dice que esta es una “preciosa oportunidad” de saber “si nos gusta la política”, y les pregunta si están dispuestos a defender la ley “en serio, en la fe, en la discusión, en el debate, en la calle”. Y si no están dispuestos “no hagan política”, porque la política “no es del celular”.

Se mete en los temas que hace meses se vienen hablando sobre esta ley, que antes de la LUC los vecinos le decían que desde las 6 de la tarde no podían salir a trabajar ni volver a sus barrios. 

Que no pueden quedarse callados ante frases como “la LUC no es Uruguay”, o ante “son traidores de la patria”, porque ellos, el Frente Amplio, están haciendo la táctica de “dividir la sociedad al medio”.

“La patria nos llama”, concluye casi media hora después, con cada vez más gente por los pasillos, y cada vez menos lugar en las mesas.

Toma la palabra el diputado Gabriel Gianoli, y exclama que cree en los “jóvenes dirigentes”, no en los “dirigentes jóvenes” y que el compromiso de la agrupación es la cercanía con el vecino; que del referéndum el Partido Nacional va a salir fortalecido. 

Lo que parece un acto político con aplausos termina y pasa a la presentación de cuatro personas jóvenes que están situadas en la pared lateral, delante de un cartel de Uruguay no Deroga. Son integrantes de la sección juvenil de la Lista 40. Ninguno supera los 30 años, pero ellos son los encargados de rotar alrededor de las mesas de 11-12 jóvenes para irles explicando artículo por artículo la LUC.

“No se dispersen mucho”

La reunión tuvo más de 70 personas

La mesa más cercana al salón chico, la número 2, va a empezar a hablar de educación. “34 artículos quieren derogar de 35”, en educación, es lo primero que se escucha de una muchacha que habla segura y tranquila. 

Las 12 personas que la escuchan sacan los papeles del sobre celeste. Leyes. Bastantes. De lo primero que hablan es de la obligatoriedad de la educación inicial. El salón chico tiene a varios militantes conversando sobre la vida, sobre lo raro que es ver cubitos de café. Gianoli dice que antes era común verlos en los bares, que ustedes son muy jóvenes. La verdad es que los cubitos de café sí son raros de ver.

La gente anota, subraya, mira atenta y toma mate. Hay gente que ni siquiera tiene cerca la mesa para la mayoría de esas cosas. Cada 20 minutos los ponentes rotan de mesa, aunque en el primer caso se extendió a 30 minutos.

Algunas de las personas que están por fuera se acercan a conversar. Uno reconoce que este es un plebiscito contra el gobierno, que es como la votación a medio término que se viene en Argentina, las PASO, pero no reglamentada. Se va a fumar un cigarro al patio del fondo, al que se accede por un pasillo rojo desde el salón chico.
 
Cerca de las cuatro y media se da el primer cambio de mesas. A la mesa 2 le toca la temática de desalojos. Un muchacho de no más de 25 años, con un tapaboca del Partido Nacional en la mano, es el encargado de explicarle a 11 muchachos un poco menores que él cómo tienen que defender desde el discurso la política de desalojos que impulsa la LUC. 

Tiene la voz tomada, le cuesta hablar alto, y el ruido a su alrededor lo vuelve todavía más difícil. Algunos de los jóvenes que rodean al militante se ponen a hablar entre ellos, algunos miran para abajo algo cansados, otros agarran el celular cada vez más seguido.

Uno de esos muchachos, de remera salmón y un gorro con visera, no para de preguntar y repreguntar. "Te dicen desalojo, no te dicen la parte de garantía", le responde en la única ocasión audible.

La oradora que presentó a Goñi al principio vuelve a tomar el micrófono para pedir que “no sé dispersen mucho, así podemos seguir con la dinámica". El silencio ameno dura pocos segundos, antes de la tercera rotación.

En el medio varios de los militantes quieren colocar un flyer de Jóvenes 40, pero no lo logran. Cuando lo logran, se desploma y resuena. Una joven grita sorprendida. Ella también se asusta cuando el vitral gigante del salón chico se desplaza y deja a la habitación a cielo abierto. La humedad se va, el cielo que se ve a través de ese espacio no muestra una sola nube.

 "Loco, ¿violaste?”

Jóvenes de la Lista 40 conversan sobre artículos de la LUC

Casi a las 17:00 horas otro muchacho que no llega a los 27 años tiene la responsabilidad del tema caliente: la seguridad. Ahora sí, todos los que están sentados escuchan atentos. El “profesor” de esta “clase” lleva una laptop para todas partes con la información. La gente anota más atenta, sabe que este es uno de los temas centrales, que arrancó con un referéndum fallido, que ahora tiene una ley que, según el gobierno, dio seguridad a la policía y libertad a la población.

El profesor es Francisco Capandeguy, diputado suplente nacionalista, que arranca con “comparar” los números de 2019 con los de 2021. Sigue con que de 2005 a 2019, en la gestión del Frente Amplio, aumentaron 26% los hurtos, y que en el año del actual gobierno disminuyeron 15%. “Paramos el crecimiento del delito y empezamos a decrecer”, les dice convencido, sin levantar la voz.

Les da el dato de que la Policía tiene un récord histórico de confianza, un 71%, gracias a la gestión de Jorge Larrañaga, la de Luis Alberto Heber, y gracias a la LUC.

El joven de gorro vuelve con su batería de preguntas. Capandeguy responde sin parar. Hasta repregunta “por alguna mentira más que alguno sepa”. “Registro de violadores”, preguntan, “no se quiere derogar”, responde.

Otro militante se acerca y habla de que los militantes habían pedido salir a hacer contracampaña para defender a la LUC cuando la oposición salió a juntar firmas, pero que muchos prefirieron esperar. “Tenían razón los militantes”, se lamenta, tranquilo por saberlo desde un principio. 

Cuenta que esta es la octava reunión de este tipo que organiza la lista de jóvenes, que se postulará a las elecciones juveniles del Partido Nacional en 2022. Las anteriores tres o cuatro habían sido por Zoom, en el peor momento del coronavirus, pero esta es la primera de la campaña Uruguay No Deroga. Tenían 90 inscriptos, quedaron en más o menos 70.

El salón grande de la casa de Residentes de Flores

Capandeguy sigue hablando 15 minutos después. Continúa con la libertad anticipada y la reducción de penas por estudiar, que “se limita, sí”, pero “para los delitos gravísimos”. “Loco, ¿violaste? No me importa que hayas estudiado”, ejemplifica, y un joven que está a su costado le sigue con un “violaste a tres personas…” que intenta validar su punto.

Mientras empieza a hablar de las manifestaciones, que “si son pacíficas, ta todo bien”, el murmullo del salón chico se dividió con el del patio del fondo, lleno de jóvenes que fuman sin parar. El humo nubla la visión de lejos, y un olor a cigarro llega fuerte, intenso.

Cerca de las 17:30 horas una familia aparece con una bebé, y toda la atención del salón chico se desvía por naturaleza. La bebé sonríe, la oradora se olvida del tiempo mientras la carga en brazos y le da besos en la mejilla.

En las mesas hay jóvenes que ya gastaron casi tres horas de su sábado en aprenderse 135 artículos de una Ley de Urgente Consideración. Algunos escuchan callados, algunos no entienden, algunos preguntan todo el tiempo. Jóvenes que van a militar por el gobierno durante los próximos meses, o al menos eso quieren en este momento. El olor a humo se vuelve insoportable, pero a nadie parece molestarle. La mezcla de ruido y atención no para. Ya se fueron la mitad de los cubitos de café. La tarde va a ser larga.

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