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Así retrata el cine uruguayo al interior del país

En Uruguay la centralización del país en Montevideo aún es un problema, pero el cine nacional se ha encargado de mirar al interior de múltiples maneras
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08 de abril de 2018 a las 05:00

Mal día para pescar. 2009. Lugar: Santa María (ficticio). De: Álvaro Brechner.

César Charlone se ponía feliz cuando llegaba al Chuy. La luz de media tarde le daba otra textura al cruce de la frontera seca y marcaba el final del camino brasileño y el comienzo de sus vacaciones uruguayas. Después de manejar por varias horas desde San Pablo, la contaminada y populosa urbe en la que residía, la textura de esa zona del Uruguay lo recibía con una calidez que le anunciaba el regreso a casa. Él dice que lo mismo vio en Aceguá, en Melo, cuando comenzó a rodar El baño del papa. La emoción de ese reencuentro con el país

Con El baño del papa, una de las películas más exitosas del cine nacional reciente, Charlone quiso emular lo que sentía cuando llegaba al país. El sentimiento de que allí, cruzando la frontera, todo era más limpio, cristalino. Hoy, 11 años después de aquel estreno, no diferencia las producciones locales que se enmarcan en el interior o en la capital. Pero hay una cuestión que no debería tener discusión: El baño del papa marcó un punto alto en el retrato que el audiovisual uruguayo hizo y hace del Uruguay fuera de Montevideo.

"Tratamos de respetar ese interior tan limpio, tan transparente, tan característico. Para mí, que venía de San Pablo, esa luz contribuía mucho a la fotografía y la historia", dice Charlone desde Italia. El cineasta está allí filmando una película sobre los papas Benedicto XVI y Francisco junto al director brasileño Fernando Meirelles (la dupla ya había trabajado junta en Ciudad de Dios, El jardinero fiel, Ceguera).

Aquella película protagonizada por César Troncoso no fue, sin embargo, el primer retrato cinematográfico del interior. En la historia aparecen, por ejemplo, películas muy antiguas como el mediometraje Del pingo al volante. Presentada en 1929, mostraba a dos familias aristocráticas, una rural y otra urbana, compartiendo espacio en sus lugares de residencia. El interior y Montevideo, codo a codo, en una producción local.

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El baño del papa (2007)
El baño del papa (2007)

Pero si se enfoca la mirada en realizaciones recientes que tengan menos de 20 años, la cantidad de pueblos, ciudades y parajes del interior del país que aparecen pueden llegar a sorprender a más de uno. La prueba de la descentralización en el cine es contundente y algunos de los títulos más relevantes de los últimos años así lo muestran: Whisky (Piriápolis), Mal día para pescar (la Santa María de Onetti), El viaje hacia el mar (de Minas a la costa), Otra historia del mundo (Mosquitos, otro pueblo literario), Tanta agua (Arapey y sus termas), El ingeniero (las sierras fernandinas) y la lista sigue.

¿Cuál es el atractivo que ejerce el interior en los cineastas uruguayos? Para Guillermo Casanova, por ejemplo, es la posibilidad de explorar el submundo que se encierra en una ciudad o pueblo del interior. El realizador uruguayo consiguió una de las obras más notables del cine local con El viaje hacia el mar (2003), una epopeya rutera situada en la década de 1960 que ponía a un grupo de pueblerinos de Lavalleja en camino a una anhelada costa uruguaya.

Si bien la película se basó en una historia de Juan José Morosoli –escritor minuano–, Casanova buscó que la idiosincrasia del interior estuviera en cada plano y decisión narrativa de la producción. Lo logró. Su película es recordada como una de las primeras realizaciones de este siglo en marcar la ruptura con producciones intrínsecamente montevideanas, como lo fueron En la puta vida, de Beatriz Flores Silva (2001), o 25 Watts, de Juan Pablo Rebella y Pablo Stoll (2001).

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El viaje hacia el mar (2003)
El viaje hacia el mar (2003)

En su película más reciente, Otra historia del mundo, Casanova volvió a trasladar su cine al interior, esta vez a la localidad de Mosquitos, una creación del floridense Mario Delgado Aparaín. La película, como sucedió en su momento con El viaje hacia el mar, fue recibida con entusiasmo por la crítica. Además, el filme transita por estos días un recorrido muy interesante en el exterior (ver aparte).

"Los veteranos que hicimos y hacemos cine en Uruguay nos cargamos mucho con los pueblitos del interior. Hablo por mí, pero creo que contar la historia de un pueblito de acá es como contar una historia del far west (lejano oeste). Me da la sensación de que los personajes están más detallados y que todos confluyen en uno solo. No se dividen en varios, como puede pasar en una película más urbana", comenta Casanova. "Chéjov decía que si podés contar la historia de un pueblo, podés contar la historia del mundo", agrega.

Paternalismo y nostalgia


En las películas uruguayas, lo que está más allá de la capital tiene varias caras. El Piriápolis de Whisky, por ejemplo, mantiene el espíritu del filme: un balneario un poco perdido entre la soledad, en la rutina decadente y la monotonía invernal de los lugares que solo se activan en verano. Si bien no toda la película es en Piriápolis, la historia de Herman, Jacobo y Marta encuentra su sitio allí.

En Mal día para pescar, ópera prima de Álvaro Brechner, la Santa María de Juan Carlos Onetti aparece como un pueblo que se podría encontrar tanto de este lado del río Uruguay como del otro. Allí, los protagonistas extranjeros se mezclan con pintorescos pueblerinos, en un marco que presenta imágenes retratadas con sencillez y nostalgia.

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Mal día para pescar, con la ciudad ficticia Santa María de fondo
Mal día para pescar, con la ciudad ficticia Santa María de fondo

En El baño del papa, Aceguá es pobre pero intensa, y la frontera marca el pulso de la narrativa casi tanto como la inminente llegada del sumo pontífice a Melo. Y así sucesivamente, las múltiples visiones de cada rincón del resto del país que se han proyectado en el cine local.

"El interior del país tiene una melancolía limpia que es muy atractiva", explica Matías Ganz, uno de los nombres detrás de la serie El mundo de los videos. "Tenemos una visión un poco paternalista. Lo vemos como un lugar más virgen", dice. Ganz puede hablar con propiedad sobre la intencionalidad al retratar lo que sucede fuera de Montevideo porque, en estos momentos, desarrolla junto a Rodrigo Lappado una serie policial que tiene a la ciudad de Fray Bentos como locación (ver aparte).

"El mayor atractivo de Uruguay es su melancolía. Y el interior tiene mucho de ella. Pero todos estos retratos están hechos con cariño por parte del cine. Si parece más lindo o más feo es personal, pero el cariño está".

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Tanta agua se ubica en las Termas de Arapey
Tanta agua se ubica en las Termas de Arapey

Charlone, por su parte, recuerda el rodaje de El baño del papa con afecto, pero asegura que para él la división interior-Montevideo en el cine nunca se la planteó. "Una buena película tiene que ser una buena historia, y si una buena historia pasa en las termas de Arapey o en el Parque Rodó da lo mismo. El Uruguay tiene lugares increíbles para contar historias y para mí es un todo: los cañeros de Artigas, los palestinos del Chuy, los comerciantes de Colonia y el Parque Rodó".

El interior en 2018


Este año también tendrá narraciones del Uruguay profundo. Uno de los filmes que sigue esa línea es Las olas, que Adrián Biniez presentó en el pasado Festival de Cine de Punta del Este. En esta producción de Mutante Cine que se estrena en junio, el personaje de Alfonso Tort viaja por balnearios de Rocha en diferentes etapas de su vida.

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Whisky, con Piriápolis como escenario parcial
Whisky, con Piriápolis como escenario parcial

Con un estreno más próximo, y producida en el interior del país, aparece La noche que no se repite. Se estrena este jueves 12 y presenta una historia de violencia en la ciudad de San José. (Ver aparte)

Dirigida por los debutantes oriundos de la ciudad Manuel Berriel y Aparicio García, La noche que no se repite está basada en el libro homónimo del también maragato Pedro Peña y su elenco está compuesto por actores de San José.

Sin fecha de estreno está Neptunia, una realización que tiene al balneario homónimo de Canelones como locación. Producida por Finoli Finoli Films, dirigida por Gastón Armagno, la película cuenta con la presencia del polémico humorista argentino Alfredo Casero en su elenco.

Los tres filmes se suman a una lista que, dentro del cine local, parece no dejar de crecer. Si bien la producción desde el interior resulta aún más complicada que en Montevideo, los 18 departamentos extracapitalinos pueden estar tranquilos que, al menos en cuanto a narrativa, la descentralización es real. Como el Chuy a Charlone o la ciudad de San José a los debutantes de La noche que no se repite, el cine local demuestra que Uruguay sigue inspirando de punta a punta, de costa a costa.

Una historia maragata impulsada entre todos


En 2012, mientras Manuel Berriel y Aparicio García filmaban un corto, la madre del primero les alcanzó el libro de Pedro Peña La noche que no se repite. Ambos quedaron enganchados y decidieron filmarlo. Seis años después, con aportes de toda la ciudad, que contribuyó en diferentes aspectos de la producción, los dos jóvenes de San José estrenan la película que querían. De San José al resto del país.

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La noche que no se repite se produjo y se ubica en San José
La noche que no se repite se produjo y se ubica en San José

La noche que no se repite es pequeña pero violenta. En una sola noche, varias historias se cruzan luego de una broma pesada de dos adolescentes a un repartidor de pizza. En esa enredada noche maragata, todos quedan envueltos en una trama de mafias, sicarios y delincuentes sin escrúpulos.
"La novela de Pedro ya era violenta, pero le subimos el tono un poco más. Queríamos que fuera más real, queríamos mostrar una violencia incómoda. No pretendíamos mostrar que la violencia es entretenida, sino que puede molestar. San José, como otros lugares del interior, se ha puesto complicada y cuando estábamos filmando pasaron cosas muy feas que no salieron en los medios. Si bien no pensamos 'vamos a mostrar esta realidad', obviamente influyó", cuenta Berriel a El Observador.

"En San José mucha gente se colgó a ayudar. En Montevideo tal vez no hubiese sido posible. Acá sí, porque es una comunidad chica que se comprometió".

La noche que no se repite se estrena este jueves 12 en salas de Montevideo y el interior.

Asesinatos e investigaciones en Fray Bentos


Matías Ganz y Rodrigo Lappado se encuentran en etapa de desarrollo de una serie que, por el momento, tiene el título de El matadero. Cooproducida por Negro Jefe Cine y Nadador Cine (los mismos de Rec, El mundo de los videos y la todavía en producción Todos detrás de Momo), El matadero fue catalogada por Ganz como "un policial clásico en el interior".

"Estuvimos viendo lugares que nos parecieran interesantes, y en Fray Bentos encontramos uno con muchas características particulares pero también generales, que hablan de Uruguay. Se da que es un lugar donde hay muchos descendientes de inmigrantes, pero a la vez son gente de pueblo. Es como el mundo en un lugar muy chiquito. Además es una ciudad fronteriza. Nos gustó esa cualidad de ser un lugar donde se puede ver lo más profundo del interior, pero que está muy abierto al mundo", dijo Ganz.

Los directores planean rodar el año próximo y tratarán de que los actores, en su mayoría, sean de allí.

Otra historia del mundo, de gira


La película de Guillermo Casanova, que en Uruguay se estrenó en julio de 2017, vive un momento de gran repercusión en el primer mundo. La realización ganó dos premios en el Festival de Cine Sudamericano de Marsella y uno en el Festival de Cine de Miami. Casanova contó a El Observador que la película ya se estrenó en Argentina y espera por su llegada a Brasil.


Breve selección de películas uruguayas que retratan el interior del país

Whisky. 2004. Lugar: Piriápolis. De: Juan Pablo Rebella y Pablo Stoll.

El baño del papa. 2007. Lugar: Aceguá, Melo. De: César Charlone.

El viaje hacia el mar. 2003. Lugar: Lavalleja. De: Guillermo Casanova.

Otra historia del mundo. 2017. Lugar: Mosquitos (fict.). De: G. Casanova.

Tanta agua. 2013. Lugar: Termas de Arapey. De: Ana Guevara/Leticia Jorge.

Clever. 2015. Lugar: Las Palmas (Durazno). De: Federico Borgia / Guillermo Madeiro.

La noche que no se repite. 2018. Lugar: San José. De: Manuel Berriel / Aparicio García.

Miss Tacuarembó. 2010. Lugar: Tacuarembó. De: Martín Sastre.

El lugar del hijo. 2013. Lugar: Salto. De: Manolo Nieto.

Las olas. 2018. Lugar: Balnearios de Rocha. De: Adrián Biniez.

El ingeniero. 2012. Lugar: Sierra de las Ánimas (Maldonado). De: Diego Arsuaga.

Una noche sin luna. 2014. Lugar: Pueblo del interior. De: Germán Tejeira.

Rincón de Darwin. 2013. Lugar: Rincón de Darwin (Colonia). De: Diego Fernández.


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