"¿Con quién te estás mandando mensajes?", me preguntó mi esposo un tanto celoso. "Con un astronauta", le respondí. No era una exageración. Esa es la idea detrás de
Lifeline, un juego en el que se intercambian mensajes de texto con Taylor, un sobreviviente de un accidente en una luna desconocida. Casi sin comida, sin agua y sin compañía, la única persona con la que puede hablar es: usted.
Ante la desesperación, Taylor pide consejos: ¿entierra o no a sus compañeros?, ¿acampa en los restos de la nave o duerme junto a una fuente de calor que emite radiación potencialmente letal? ¿O se aventura a una montaña? Cada respuesta lo mantendrá con vida o lo matará. Al principio, Taylor es un poco sarcástico, pero a medida que avanza el juego, se vuelve cada vez más humano. Taylor tiene miedo.
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Lifeline, un juego para iOS y
Android, no tiene gráficos. Solo son mensajes entre dos desconocidos que se envían en tiempo real. Si Taylor dice que tardará una hora en cruzar un cráter, recién a la hora avisará si pudo hacerlo. La narración llega a un punto de tensión en el que se espera la notificación para saber que está a salvo. Lamentablemente, Taylor se me ha muerto varias veces. "Tengo que ser honesto. Estoy muy nervioso por esto. Supongo que no lo sabré hasta que me despierto por la mañana", me escribió Taylor una vez, sin saber que era la despedida.