Dos hombres interceptaron a una de las camionetas de la escuela Roosevelt este lunes en el barrio Hipódromo de Maroñas y dispararon contra el vehículo. Mientras uno de los delincuentes se paró de frente, el otro intentó abrir la puerta corrediza de uno de los lados para ingresar a la camioneta, donde viajaban —además del conductor— una auxiliar y cinco niños que estaban siendo trasladados hasta sus casas luego de la jornada escolar, informó a El Observador Enrique Singlet, el titular del consejo directivo honorario de la institución.
Los hombres dispararon cinco veces contra el vehículo. Una de las balas entró por el parabrisas y atravesó ambos brazos del chofer mientras conducía, intentando escapar de los delincuentes. Tiene movilidad en ambos brazos, pero sigue internado por precaución.
Por su parte, los niños estaban incluso más atemorizados de lo que podría esperarse: como tienen discapacidades motrices, la auxiliar de servicio debe trasladarlos "a upa" desde la camioneta hasta sus casas, sostuvo Singlet. Además dijo que la profesional entró en estado de shock y este martes no pudo ir a trabajar porque seguía conmocionada.
Días atrás, el conductor, que también se desempeña como taxista, había solicitado a las autoridades de la escuela Roosevelt que extendieran su horario laboral: quería dejar de conducir el taxi por temor a la inseguridad, dijo Singlet.
A la escuela especializada en personas con discapacidad asisten 82 niños y también, desde este año, 20 jóvenes que cursan diversos talleres técnicos, "una especie de UTU que les enseña distintas habilidades", indicaron a El Observador fuentes del centro de enseñanza. Los alumnos reciben sin costo el desayuno, el almuerzo y la merienda. De mañana tienen los cursos curriculares; y de tarde, actividades técnicas como hidroterapia. La escuela cuenta con tres camionetas para trasladar a los estudiantes, que en su mayoría viven en contextos críticos.
Sin embargo, el vehículo que fue baleado quedó inhabilitado de momento, por lo que los 20 alumnos que dependen de él para asistir a clase no pudieron ir el martes, dijo Singlet. La camioneta hace un "vasto recorrido" que empieza en el Prado, donde está la escuela, continúa por distintos puntos periféricos de la capital y termina en Pando.
Las autoridades del centro de enseñanza esperan que el vehículo quede en condiciones el jueves, pero igual sienten "preocupación" por que un episodio de inseguridad se repita. Por este motivo solicitaron una reunión con el jefe de Policía de Montevideo, Ricardo Pérez, y esperan recibir asesoramiento sobre qué pasos dar en un hipotético caso similar.
A su vez, Singlet explicó que el equipo multidisciplinario de técnicos está trabajando en una estrategia de abordaje del caso, tanto para los cinco niños que viajaban en la camioneta como para los demás, sus familias y el personal de la escuela.
La escuela tiene gastos mensuales de $2.700.000, según el director honorario. Quienes integran el consejo directivo no perciben dinero y los ingresos para enfrentar los costos vienen de diversas fuentes: un convenio con el INAU (Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay), ayuda de empresas privadas, el aporte voluntario de las familias de los alumnos y una cuota fija que pagan cerca de 700 socios. Ancap dona combustible, una empresa se encarga de mantener la piscina sin costo y, además, realizan actividades para recaudar dinero.
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