Con un crecimiento del 2,9% en 2022 y una expansión estimada en el 3,1% para este año, Brasil superó a Canadá y se ubicó en la novena posición entre las mayores economías del mundo con un Producto Interno Bruto (PIB) de US$ 2,13 billones, según el ranking global que elabora el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Entre 2009 y 2014, es decir hacia el fin del segundo gobierno de Lula da Silva y el inicio de la gestión de Dilma Rousseff (2011-2016), Brasil llegó a ser el sexto PIB del mundo, superando incluso a Reino Unido, período en el que impulsó con otras economías emergentes la constitución de grupo BRICS, bloque que integra como miembro fundador con Rusia, India, China y Sudáfrica.
En los inmediato, y aunque las estimaciones dan cuenta una desaceleración del crecimiento durante 2024, los analistas coinciden en que la reducción de las tasas básicas de interés y las señales de futuras reducciones en Estados Unidos el próximo año contribuirán a que el país ingrese en un ciclo de crecimiento sostenible.
"Hoy fue un día significativo para Brasil, principalmente debido a las noticias alentadoras provenientes del extranjero, lo que genera un impacto positivo en el mercado y, en mi opinión, con razón. Estas noticias nos llevan a considerar la posibilidad de que en el exterior pueda comenzar un ciclo de reducción de tasas de interés", destacó la semana pasada el ministro de Economía, Fernando Haddad.
Fue poco después que el Comité de Política Monetaria (Copom) del Banco Central de Brasil redujera su tasa de interés de referencia en 0,5 puntos porcentuales, situándola en el 11,75% anual. El recorte, en línea con las expectativas de las instituciones financieras, se mantendría al mismo ritmo a principios de 2024.
"Es una buena señal para las familias brasileñas. Vamos a cerrar el año con indicadores alentadores en la bolsa de comercio, en el tipo de cambio y en las tasas de interés. Esto también será muy positivo para el conjunto de la economía", comentó Haddad.
El funcionario señaló que cuanto más rápido converjan la política monetaria y la fiscal, con una combinación de la reducción de tasas de interés y la disminución del déficit público, mejores serán los resultados para la economía del país, que registra una inflación interanual descendente que se ubica en el 4,68%.
Exportaciones en niveles récord
Las exportaciones de Brasil, la mayor economía latinoamericana, superaron en noviembre la marca histórica de los US$ 300.000 millones, según los datos oficiales. Acumularon un total de US$ 300.014 millones, dinámica que se explica por los mayores volúmenes vendidos, que compensaron la baja de los precios internacionales de las materias primas, como cereales, carnes y petróleo.
La información oficial agrega que hasta la fecha de corte, las importaciones se situaban en US$ 213.502 millones, lo que arroja un superávit de la balanza comercial de US$ 86.512 millones, por encima del récord de 2022, cuando las exportaciones superaron a las importaciones en US$ 61.525 millones.
Con estos resultados, y pese a la baja de los precios internacionales de las materias primas, el gobierno de Lula da Silva anticipó un superávit récord de US$ 93.000 millones para este año, proyección que supera la estimación de julio último, que situaba la cifra en US$ 84.700 millones.
El agronegocio, un tractor
El gigante sudamericano es el mayor productor y exportador mundial de soja, azúcar y café; además del principal proveedor global de carne bovina y de pollo, y el segundo de algodón.
Con su vasta producción, Brasil se ha erigido en una potencia mundial del agronegocio, un sector pujante que al mismo tiempo cosecha fuertes críticas, especialmente por la deforestación que provoca en la Amazonía el avance de la frontera agrícola.
El Ministerio de Agricultura anunció recientemente que se espera que el valor de la producción agrícola alcance este año un récord de US$ 234.000 millones, si se suman actividades conexas, como la venta de insumos y la industria alimentaria, monto que representa una cuarta del PIB y explica casi la mitad de las exportaciones.
El desarrollo de la agricultura sin tener que remover la tierra y la introducción a principio de los 2000 de variedades transgénicas, que hoy ocupan entre 80% y 90% de las superficies dedicadas a la soja, maíz y algodón, permiten al país encadenar dos y hasta tres cosechas por año. El resultado: los volúmenes de los cultivos se triplicaron en 20 años.
Alta aprobación
A poco de cumplir un año de gestión en su tercer mandato, en el marco de una recuperación del salario y el fortalecimiento de los programas sociales, el 34% de los brasileños considera que la economía brasileña mejoró en los últimos 12 meses y la aprobación de Lula da Silva alcanzó en octubre el 60%, 9 puntos porcentuales más que en abril, según la encuestadora local Quaest.
Sin embargo, hay datos más sorprendentes. La imagen del líder del Partido de los Trabajadores remontó en regiones en donde resultó derrotado en las presidenciales de 2022. Es el caso del centro-oeste y el norte del país, donde aumentó su imagen positiva en un 10%, dos regiones en las que actualmente alcanza el 56% de aprobación.
Los analistas vinculan al desempeño a que Lula da Silva ha hecho en los últimos meses algunos guiños al poderoso sector de los agronegocios, que suele influir en los votantes, especialmente en Mato Grosso, Mato Grosso do Sul y Goiás.
A poco de cumplir un año de sus tercer mandato, Lula da Silva también ganó terreno en el sureste. Su nivel de aprobación aumentó seis puntos porcentuales. Pasó del 45% al 51%, y el rechazo cayó tres puntos, hasta el 42%. Sin embargo, el nordeste sigue siendo la región en donde la actuación del gobierno es más sólida con una aprobación del 71%.
Otro dato destacado es el desempeño alcanzado por Lula da Silva entre el electorado evangélico, que representa cerca del 30% del padrón electoral, un espacio en donde siempre ha tenido dificultades para crecer. Por primera vez, la aprobación superó a la desaprobación, por 50% a 46%.
Según los analistas locales, la encuesta refleja la percepción por parte de amplios sectores de la sociedad de la mejora de la economía por la disminución de la inflación, el crecimiento y el aumento en los montos de los programas sociales. Pero también refleja el tono político que Lula da Silva la ha impreso a su gobierno de su asunción en enero de este año con la inclusión del poderoso Centrão, el espacio de centroderecha que integra la coalición de gobierno.
(Con información de Agencia Brasil y AFP)