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Cabildo Abierto pone en jaque la gobernabilidad de Lacalle Pou tras cese de Irene Moreira
Habiendo atravesado con éxito varias tempestades, la coalición corre serios riesgos de naufragar. El cese de Irene Moreira como ministra de Vivienda puede significar la ruptura de Cabildo Abierto con el gobierno, una posibilidad que será meditada durante el fin de semana y definida en una reunión de la mesa política el lunes.
Se trata de la crisis más importante de estos 42 meses de administración, y la indecisión tiene en jaque a Luis Lacalle Pou, que puede perder la gobernabilidad si los cabildantes resuelven dejar los cargos –una opción impulsada por Guillermo Domenech– y pasar a analizar una a una las votaciones en el Parlamento, algo que les permitirá la posibilidad de interpelar y votar censuras contra los ministros porque el gobierno estará en minoría.
Según supo El Observador a partir de fuentes políticas, este extremo es manejado en Cabildo Abierto y es considerado “posible” en la interna de la coalición a partir de la virulencia de los mensajes enviados por Manini Ríos y Moreira durante todo el viernes, aunque hay confianza de que el tiempo permita bajar los decibeles hasta encauzar la situación.
En el oficialismo entienden que, más allá de la decisión que termine tomando Cabildo Abierto, la relación quedó severamente dañada debido a que se cuestionó públicamente a Luis Lacalle Pou e incluso se lo desafió, obligándolo a realizar un ejercicio de autoridad impensado.
Es que mientras Manini Ríos habla de que hay “mucha gente que está apostando a romper la coalición desde dentro de la coalición”, en Presidencia consideran que “todo” depende de los liderados por Manini Ríos, ya que el mandatario nunca planteó la ruptura sino que solo se limitó a pedir que fuera sustituida tal como lo realizó en otros casos.
“La situación distinta es que no lo comparten y presentan un escenario alternativo”, valoró una fuente, mientras que otra agregó que "son ellos quienes van a tener que mover".
Uno de los informantes enfatizó en que era “inédito” que el presidente tuviera que disponer tres veces un cese, en referencia a que primero le pidió a Manini Ríos que la sustituyera, luego le dijo que como se negaba entonces le pedía la renuncia, y en tercer lugar debió llamar a Moreira para decirle: “te comunico que ya no sos la ministra de Vivienda”.
12 horas de tensión
Al igual que lo hizo en los casos de Adrián Peña y Germán Cardoso, lo primero que realizó el presidente cuando radio Universal informó que Moreira había adjudicado una vivienda del programa “alquiler con opción a compra” a una militante de Cabildo Abierto que trabaja en el semanario La Mañana, fue convocarla a la Torre Ejecutiva para conocer de primera mano la situación.
“Me entienden perfectamente”, dijo Moreira a la salida de ese encuentro, aunque tanto Lacalle Pou como el secretario de la Presidencia, Álvaro Delgado, –con quienes se había reunido– se mantuvieron en silencio.
Ese silencio obedecía a que la ministra había asegurado que tenía normativa que respaldaba su decisión, por lo que durante todo el jueves en Presidencia esperaron que la jerarca pudiera exhibir esos documentos.
De esa forma, el tema iba camino a aclararse, y el ruido y la desconfianza de que fuera un caso de clientelismo político podían llegar a su fin.
Pero al no aparecer esos documentos, sobre las 8.10 de la mañana el presidente decidió llamar desde Suárez y Reyes a Manini Ríos –en calidad de líder partidario– para pedirle que la sustituya.
El senador se enfureció. Se negó "rotundamente" a hacerlo y planteó que era una medida "contra Cabildo Abierto". El presidente le transmitió que entonces le pediría la renuncia, lo que aumentó aún más la molestia de Manini Ríos.
El líder cabildante comunicó la decisión del presidente a los integrantes del partido, quienes pusieron sobre la mesa la posibilidad de irse de la coalición. Todavía no eran las diez de la mañana. En caliente, Manini Ríos dijo que no pondrían “a nadie” en lugar de Moreira y que "tal vez” había “llegado la hora” de salir del gobierno.
En el gobierno consideraban que con el paso de las horas las tensiones podían bajar, y esperaron con expectativa una comparecencia de Manini Ríos pautada para el mediodía. Lejos de calmar las aguas, el senador redobló la apuesta. Defendió el accionar de Moreira, manifestó que había una resolución de 2009 que reglamentaba el proceso y emplazó al presidente a reconsiderar su decisión.
Lacalle Pou no lo toleró. Ni bien terminó la declaración, llamó a Moreira –que estaba en el Ministerio de Vivienda– para cesarla. La jerarca se fue al Parlamento, dialogó con los cabildantes, y volvió al Ministerio para brindar una declaración en la que manifestó que “volvería” a realizar la adjudicación.
Recién ahí, doce horas después del primer llamado, reconoció que dejaría el cargo y volvería al Parlamento. Las palabras volvieron a ser escuchadas con atención en Presidencia y fueron las esperadas, más allá de la dureza de todo el discurso.
En este momento el cargo está vacante, y el presidente maneja designar a José Luis Falero (ministro de Transporte y Obras Públicas) de forma interina hasta que esté el sustituto.
Abroquelados y con hipótesis
Durante toda la jornada, blancos, colorados e independientes se abroquelaron detrás del presidente, manifestando que había actuado bien ya que era su potestad disponer el cese de los ministros, tal como lo indica el artículo 174 de la Constitución.
A su vez, reiteraron que la coalición era una herramienta necesaria y que había sorteado otros casos complejos, como la reforma de la seguridad social, el episodio del desafuero y leyes de Presupuesto y Rendición de Cuentas.
Pese a esto, reconocieron que la última votación había dejado heridas abiertas debido a cómo se dio la negociación.
En el gobierno, ahora esperan que el fin de semana aporte la calma necesaria para tomar decisiones trascendentes, aunque ya –entre blancos y colorados– circulan hipótesis acerca del futuro.
Una –la máxima– es que Cabildo Abierto se vaya de todos los cargos y los deje sin gobernabilidad. Otra es que se repita la situación de 2002, cuando los blancos se fueron de los cargos del Poder Ejecutivo pero le permitieron a Jorge Batlle seguir adelante con el gobierno. Una tercera es que –como dijo Manini Ríos– Cabildo Abierto no reponga el cargo –como medida de discrepancia– pero se mantenga en la coalición, mientras que la última –y más esperada– es que “aflojen” y que la coalición continúe hasta el final.
