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Casa de Galicia, el rol “mediador” de Manini Ríos y críticas a Salinas
El martes pasado el líder de Cabildo Abierto, Guido Manini Ríos, participó de la comisión de salud del Senado, que tenía que analizar la situación de Casa de Galicia. La comisión iba a recibir a la directiva de la institución y una delegación de trabajadores. El objetivo era buscar una solución a la crisis que vive la institución. El senador evitó allí hacer mención a un dato hasta entonces desconocido y él mismo se iba a encargar de divulgar, a través de su audición partidaria, casi en forma simultánea a la reunión que lo convocaba: el Ministerio de Salud Pública iba a disponer la intervención del prestador y el desplazamiento de autoridades.
Eso generó sorpresa y molestia, por ejemplo, en el Frente Amplio. “Quizás en un país donde el presidente informa cambios de ministros por Twitter en día feriado, no debería sorprendernos”, ironizó en diálogo con El Observador la senadora Sandra Lazo.
La legisladora, que integra la comisión de salud, sostuvo que Manini Ríos pareció haber actuado al frente de una “vocería política” con base en un partido de la coalición de gobierno.
Más allá de la pertenencia de Salinas al sector político que lidera Manini Ríos, Lazo sostuvo que “llama la atención” que una decisión de carácter institucional se diera a conocer mediante una voz partidaria.
Esa sesión de la comisión dejó también en evidencia la labor del líder de Cabildo Abierto como nexo del ministro Daniel Salinas en su relación con el presidente de Casa de Galicia,Alberto Iglesias.
Ante los legisladores, según consta en la versión taquigráfica, Iglesias puso de testigo al propio Manini Ríos de que el líder de Cabildo Abierto tuvo que “mediar” para que Salinas le concediera una entrevista para y le aclarara algunas “versiones” que recibió desde dentro del ministerio. “El decía que yo era un transgresor, que estaba manejando esto como si fuera un almacén y que tomaba decisiones a espaldas de los asociados”, comentó el presidente de Casa de Galicia.
La respuesta de Salinas también llegó por boca de Manini Ríos, contó Iglesias según la taquigráfica. El senador “tuvo la amabilidad de reafirmar lo que había escuchado por ahí: que podíamos haber dado un paso a espaldas de los socios”, dijo Iglesias.
Salinas acusaba a Iglesias de comprar para la institución y sin conocimiento de los socios la mayoría del paquete accionario. “Ni a un débil mental se le ocurre un disparate como ese”, graficó.
Salinas accedió a recibirlo e Iglesias le preguntó “si era cierto lo que él le había dicho a su jefe político”, en referencia a Manini Ríos. La respuesta del ministro fue que sí.
El presidente de Casa de Galicia también se refirió a las decisiones de Salinas que, en su visión, hacen que el ministro se crea con el derecho de “disponer” de la “válvula de oxígeno” de la mutualista para subsistir. Se refería a la negativa de Salinas a avalar el acceso de la institución a un nuevo fideicomiso por US$ 12 millones. También, a un convenio que el prestador pretendió firmar con el BPS por la cesión de los créditos Fonasa.
“Conmigo gratis no van nada de estas cosas”, señaló el empresario. “Esta batalla es hasta el final y que la aguante él y los que lo quieran ayudar”, agregó, para luego rematar: “Que estén dispuestos a pagar un precio muy alto”.
Iglesias aventuró que Salinas tiene un “plan para destruir” la institución y que prueba de ello es la reciente decisión del ministro de otorgarle un plazo de cinco días y con la “válvula de oxígeno cerrada” para presentar un nuevo plan de acción, bajo amenaza de intervención o liquidación. “Ya sabremos qué oscura intención tiene para llevar a cabo todos estos actos de la manera que han sido hechos”, concluyó.
Una lápida
Junto con Iglesias compareció ante la comisión una delegación de la Federación Uruguaya de la Salud (FUS), que compartió los cuestionamientos al accionar del ministerio.
El dirigente Jorge Bermúdez acusó a Salinas de desconocer a la Junta Nacional de Salud al negarse a entregarle los informes de los veedores sobre la institución. Según el sindicalista, las decisiones tomadas por el ministro ponen en duda la viabilidad de la institución y sus declaraciones afectan su credibilidad. Apuntó a la conferencia encabezada por el jerarca el 20 de octubre en la que, según dijo, el ministro dio a entender que Casa de Galicia “poco menos tiene sobre sí una lápida”, al darle un plazo de cinco días bajo amenaza de intervención o liquidación.
