Las consecuencias del cambio climático pueden parecer lejanas para algunos, pero para las poblaciones de Fiyi, Tuvalu, Kiribati, Vanuatu e Islas Marshall es cuestión de tiempo. En los últimos años, los ciclones, sequías y otros desastres naturales se han convertido en lugar común para países insulares del Pacífico.
Si los niveles del mar continúan subiendo en sus tasas actuales, algunas de estas islas quedarán completamente sumergidas en menos de 50 años, según un informe de la ONU. En el Pacífico occidental, el nivel del mar está aumentando unas cuatro veces más rápida que el promedio mundial.
"Estamos siendo golpeados por estos fenómenos meteorológicos extremos y tan pronto como nos recuperamos de uno, otro se produce", Christopher deBrum, miembro del gobierno de Islas Marshall a Business Insider.
Preparándose para lo peor, estos países están elaborando planes para reubicar a toda su población. Kiribati, por ejemplo, ya ha comprado tierras en Fiji –ubicada a más de 3.200 kilómetros de distancia– para trasladar a sus más de 100.000 habitantes. La mayoría del archipiélago se eleva tan solo a tres metros sobre el nivel del mar; y el agua sube 1,2 centímetros por año debido al flujo de las corrientes oceánicas.
A diferencia de Kiribati, las Islas Marshall aún no están considerando un traslado masivo para sus 70.000 personas, pero no por ese no tienen problemas. En 2013 se declaró el estado de emergencia después de meses de sequía. Un año después, una marea alta obligó a evacuar a 600 personas y, tiempo después, un tifón dejó a la mitad del territorio sin electricidad. El pronóstico es que este tipo de eventos aumenten su frecuencia e intensidad en los próximos años.
Tuvalu, ubicado cerca de Kiribati, Samoa y Fiyi, consta de cuatro arrecifes de coral y cinco atolones, y su población es de poco más de 11.000 personas. "La mayoría de los habitantes de Tuvalu tiene el concepto de que un día Tuvalu se irá bajo el agua", dijo a Bloomberg Afa'ese Manoa, activista que dejó Tuvalu en 1989 y ahora vive en Auckland, Nueva Zelanda.
Para estos países, la conferencia de París adquirió una urgencia sin precedentes. En una reunión con el presidente de EEUU, Barack Obama, la Alianza de los Pequeños Estados Insulares abogó por un tratado para limitar el calentamiento mundial global en 1,5 grados por encima de los niveles preindustriales. El acuerdo final, un acuerdo histórico entre 195 países, pide un límite "muy por debajo" de 2 grados.
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