Javier Conde
Es periodista de la sección Mundo de El ObservadorMundo > Historias mínimas
Clima extremo, la resurrección de Bibi y el miedo sube edificios, las imágenes de la semana
El corazón de la música country, Nahsville, en el sureste de Estados Unidos, fue azotado por dos tornados inclementes que lo cruzaron y sembraron la destrucción a su paso: edificios dañados, carreteras, puentes, servicios públicos y negocios en varios condados. Y muerte, demasiada muerte."Nashville sufre y nuestra comunidad ha quedado devastada", dijo el alcalde de la ciudad, John Cooper, tan desolado quizás como este hombre bajo esos cielos de ira. Fue una semana de eventos climáticos. A miles de kilómetros al sur, lluvias de récord se batieron contra San Pablo, en el sudeste brasileño. Son, consignan los expertos, nuevos patrones climáticos. La estridente música de estos tiempos.
Nashville enrojecida
Yo soy Bibi
Entre tantos decesos por el coronavirus, también hay resurrecciones. Una desde la tierra prometida. Porque nadie lucía más enterrado que Benjamin Netanyahu. Pero Bibi, como lo llaman sus fans, es un duro de verdad. Acusado de corrupción y acosado en el sendero político por el implacable Benny Gantz, el exjefe del estado mayor, volvió a ganar y se encamina a seguir su mandato sin fin en Israel. Y este hombre con el rostro de su ídolo lo celebra sin palabras porque, por unas horas, o días, él dejó de ser él. Es Bibi y basta.
Quién dijo miedo
Cuando tenía 11 años a Alain Robert se le olvidaron las llaves en la casa y no había quien le abriera. Así que se trepó los ocho pisos del edificio y entró por una ventana abierta o vaya a saber por dónde. Ahora con 57, y unas cuantas caídas que lo han puesto en coma un par de veces, este tipo que se viste de hombre araña solo sabe ver para arriba: torre que se encuentra, torre que subyuga. Entre tantas, el Empire State,el Golden Gate y también, porque tampoco lo detienen barreras ideológicas, el hotel Habana Libre en Cuba y las Torres de Parque Central en Caracas. Esta semana se merendó la torre Agbar de Barcelona de 145 metros de altura en 47 minutos. Y dejó un mensaje: "Hoy en día, lo que es más contagioso no es el coronavirus, es el miedo".
Goodbye
La esperanza de ver a otra mujer compitiendo por el cargo más poderoso del mundo se desvaneció por completo la tarde del jueves. Elizabeth Warren, la hija de un conserje de Oklahoma City, se bajó de la carrera por la nominación presidencial demócrata tras los magros resultados del supermartes. La primera senadora por Massachusetts, abogada experta en derecho de quiebras, tenía un plan para imponer un tributo al patrimonio de los ricos, muy ricos y riquísimos y financiar así el medicare, idea que la emparentaba con Bernie Sanders. Sin embargo, Warren dejó en veremos su apoyo electoral. Donald Trump la volvió a llamar Pocahontas en su despedida, recordando una vieja polémica sobre los ancestros nativos de Warren. Ella prometió seguir en la lucha. Aún le quedan flechas.
Un hombre discreto
Un hombre pueden ser sus palabras. "Son grupos pequeños los que celebran, pues tienen valores equivocados, incluyendo los patrióticos". Un hombre pueden ser sus viajes. "Una cosa es pasear como turista y otro como político. Los pueblos, lamentablemente, siguen pidiendo lo mismo". Un hombre puede ser su inconformidad. "Si se quiere hacer de la globalización una especie de uniformización, entonces yo me resisto". Este hombre desde muy pequeño decidió ser de centro y fue creyendo en las personas serenas que huían de los extremos. Se codeó, en su época, con Indira Ghandi y con Nelson Mandela y fue el único latinoamericano que ejerció la secretaria general de la ONU. El diario El Comercio de Lima, además de estas frases, editorializó sobre la figura ida de Javier Pérez de Cúellar: "Discreto como fue, las noticias sobre él no eran frecuentes. Pero todos sabíamos que estaba allí, tranquilo en su casa".
