El Banco Mundial (BM) publicó este miércoles un informe en el que insta a los países de América Latina y el Caribe a replantear las prioridades del gasto público, realizar un gasto más eficiente y potenciar los ingresos para acelerar el proceso de recuperación de las economías de la región pospandemia.
Según el informe Recobrar el crecimiento: Reconstruyendo economías dinámicas pos-covid con restricciones presupuestarias, las secuelas de la crisis de covid-19 llevarán años en desaparecer si los países de América Latina y el Caribe no toman medidas inmediatas para impulsar el proceso de recuperación de la pandemia, con la pobreza en su mayor nivel en décadas.
Si bien el BM prevé que el crecimiento regional se va a recuperar un 6,3% en 2021, junto a una aceleración de la vacunación y una caída en las muertes por covid-19, la mayoría de los países no logrará revertir del todo la contracción de 6,7% que tuvo lugar el año pasado.
Incluso las previsiones de crecimiento para los próximos dos años son menores a 3%, lo que implica un retorno a las bajas tasas de crecimiento de la década de 2010, generando preocupación de una nueva década perdida en términos de desarrollo.
En el caso de Uruguay, el BM prevé un crecimiento de 3,4% para 2021, de 3,1% para 2022 y de 2,5% para 2023.
Para alcanzar el ritmo de crecimiento necesario para hacer avanzar a la región y reducir las tensiones sociales, esta debe llevar a cabo de forma urgente reformas muy postergadas aunque viables en el ámbito de la infraestructura, la educación, la salud, la política energética y la innovación, además de encarar los nuevos desafíos planteados por el cambio climático, según el informe.
No obstante, según el BM, la recuperación a nivel regional enfrenta múltiples obstáculos. Cualquier resurgimiento del virus impactará sobre el crecimiento, mientras que la persistencia de las presiones inflacionarias a nivel mundial podría derivar en tasas de interés más elevadas, reduciendo la demanda. A su vez, el elevado nivel de endeudamiento del sector privado podría acotar su capacidad de liderar la recuperación, mientras que los crecientes niveles de déficit público y endeudamiento limitan el potencial de cualquier intervención pública futura.
“Los esfuerzos por mitigar los efectos de la crisis dieron pie a un aumento significativo del gasto, resultando en mayores niveles de déficit y deuda pública”, dijo William Maloney, economista en jefe del BM para América Latina y el Caribe.
Maloney agregó que el nivel promedio de deuda pública aumentó en 15 puntos porcentuales, hasta alcanzar un 75,2% del PIB. “Dado el imperativo de impulsar un crecimiento más dinámico, inclusivo y verde dentro de un contexto de escasez de recursos, los gobiernos deberán replantearse cuál es la mejor y más eficiente manera de utilizar los recursos públicos”, sostuvo.
Según el economista en jefe del BM para América Latina y el Caribe, en un contexto de “espacio fiscal reducido”, los gobiernos tienen la “oportunidad histórica” de “hacer el esfuerzo para usar sus recursos fiscales más efectivamente, para avanzar en una agenda de reformas en materia de infraestructura, educación, política energética e innovación”.
Mediante un aumento de la transparencia y la rendición de cuentas en el sector público, y aprovechando la disciplina del sector privado, el informe del BM insta a promover el crecimiento sostenible y equitativo en tres grandes áreas:
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