Los autores abordan distintas situaciones a las que se enfrentan las personas a lo largo de sus vidas.

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Cómo elegir mi profesión y qué debo tener en cuenta a la ahora de tener (o no) un auto

El libro Educación Financiera asignatura pendiente de Mainzer y Natali aborda distintas aristas donde las decisiones financieras y el uso del dinero tienen un rol central
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16 de agosto de 2021 a las 13:46

¿Cuándo conviene tomar deuda? ¿Cómo sacar el mejor provecho de una tarjeta de crédito, y hacerlo de forma segura? ¿Cómo cumplir mis objetivos financieros? ¿Cómo ahorrar? ¿Cómo tomar decisiones financieras más acertadas?

Tomamos decisiones financieras todos los días. Y, en general, no estamos preparados para tomarlas. El dinero está muy presente en nuestras vidas cotidianas. Cada día nos enfrentamos a nuevos desafíos financieros. Prepararse con tiempo y aprender a pensar en estos temas aumenta las chances de mejorar nuestra calidad de vida. Permite tener más oportunidades y más opciones, dicen los autores del libro Educación Financiera asignatura pendiente -Penguin Random HouseBárbara Mainzer y Eugene Natali. 

"Este libro tiene como objetivo ayudarte a tomar decisiones de manera más informada y, así, mejores decisiones, para que puedas construir un futuro mejor. Es una caja de herramientas con la que aprenderás conceptos esenciales sobre educación financiera, una materia poco tenida en cuenta en la formación escolar en nuestro país, pero que consideramos fundamental", explican. 

A continuación la transcripción de 2 capítulos seleccionados del libro. 

Capítulo 2

Cómo elegir mi profesión

Una de las características de los seres humanos es que tenemos la capacidad de tomar decisiones sofisticadas y racionales. De revaluar las decisiones que tomamos y, a veces, cambiar de opinión. ¿Cuántas veces te equivocaste? Si eres como nosotros, muchas. Una de las decisiones más importantes que tomas cuando terminas el liceo es si estudiar o trabajar y, si decides estudiar, qué estudiar...

Cuando estudias, dejas de ganar dinero para ganar más más adelante. ¿Conoces a alguien que invirtió tiempo y dinero en estudiar una carrera para luego trabajar en otra cosa? ¿O que estudió algo que no le gusta y luego estudió otra carrera?

Uno toma decisiones con información. Y la decisión de qué estudiar es una decisión clave. Tú no solo inviertes tiempo y dinero en estudiar, sino que lo haces con el objetivo de trabajar en eso por el resto de tu vida laboral. ¡Qué desafío! Todos queremos trabajar en algo que nos guste. ¿Y cómo sabemos si nos gusta?

La mejor forma de averiguarlo es haciendo... trabajando en eso...Y es algo que no es fácil de hacer antes de recibirse. Ya ves que no hay una solución fácil. Junta la mayor información posible. Infórmate de en qué trabajan las personas que decidieron estudiar las carreras que te interesan. Interactúa con profesionales de diferentes sectores (hoy la tecnología te da la posibilidad de tener esta interacción) y aprende sobre las oportunidades que
hay. Fíjate cuáles son las posiciones más demandadas y cuáles parecen ser las que tienen más futuro. Conéctate con redes de exalumnos, asesórate con familiares, amigos o directores académicos de diferentes universidades.

Una opción que tienes es comenzar a trabajar, ver qué te gusta, ir ganando experiencia y luego, con más información, tomar la decisión. O estudiar y trabajar a la vez.

De hecho, muchas empresas apoyan que sus empleados estudien y progresen. No malinterpretes este capítulo como un incentivo a no estudiar. Por el contrario, no hay sustituto para la educación. Simplemente estamos sugiriendo que cuando se trata de educación terciaria, mira antes de saltar.

Invertir en educación es rentable. Estudios1, 2 encontraron que en Uruguay los ingresos aumentan por cada año de educación. Y el salto más pronunciado se da cuando se termina la universidad. De hecho, los graduados universitarios ganan mucho más que el promedio de los trabajadores.

Una mayor educación no solo permite tener ingresos superiores y más oportunidades, sino que, a su vez, aumenta la probabilidad de tener empleo. En Uruguay, la tasa de desempleo entre los graduados universitarios equivale a menos de un tercio que la del resto.3 En otras palabras, la educación de alguna forma opera como un seguro contra el desempleo. Las personas con mayor nivel educativo también estuvieron mucho mejor preparadas para enfrentar la crisis del coronavirus. Son quienes tu- vieron la posibilidad de pasar al teletrabajo, que permite seguir trabajando y protegerse del virus.

Los trabajos han ido evolucionando a lo largo de la historia. Pero las transformaciones tecnológicas están acelerando este cambio. Hoy se crean puestos de trabajo que antes no existían. La oferta académica es enorme, ¡seguro hay algo que te gusta! Las certificaciones profesionales son otra alternativa práctica y pueden, también, ser un gran complemento a un título universitario o un posgrado.

El mundo cambia muy rápido. A lo largo de tu vida laboral, seguramente cambie significativamente lo que haces. Eso significa que tendrás que capacitarte y actualizarte permanentemente para tener buenos trabajos e ingresos. El aprendizaje permanente se ha convertido en un imperativo económico.

No es fácil estudiar. Requiere esfuerzo, disciplina, postergar... pero vale la pena. Otro aspecto importante son las relaciones que construyes a lo largo de tu vida académica y laboral. Los contactos y las relaciones que vas formando son de los aspectos más valiosos de la vida laboral y social.

1 Retornos a la educación y dotación de habilidades cognitivas en Uruguay. Diagnóstico y algunas recomendaciones de política para el sector educación. Claudio Sapelli, agosto de 2009.

2 Un motor a diferentes velocidades. Un análisis del capital humano y su composición en los últimos 20 años. Centro de Investigaciones Económicas, noviembre de 2013.

3 Tasa de desempleo por nivel educativo, Instituto Nacional de Estadística.

Capítulo 6

Hablemos de préstamos para automóviles

Coche nuevo, coche usado... ¿o ningún coche?

Todos manejamos un coche usado y no dejes que nadie te diga lo contrario. En el momento en que el comprador saca un coche nuevo de la automotora, se convierte en un coche usado. La reducción inmediata (y sustancial) en el valor del vehículo refleja esta dura realidad.

Si vives en una ciudad que te permite vivir sin auto, considera seriamente hacerlo. Es una excelente manera de ahorrar el dinero ganado con tanto esfuerzo. Si vas a comprar tu primer auto, considera adquirir uno usado que se mantenga como atado con alambres.

Bueno, no es para tanto. Fuera de bromas, el propósito de tu primer coche es llevarte de forma segura y confiable de un lado a otro, nada más.

Contrariamente a la creencia y la práctica populares, el propósito de tu primer coche no es impresionar a tus amigos. Tampoco debería contribuir con ponerte en el camino de los problemas de dinero. Dale a ese pedazo de metal usado un nombre original y que te lleve por el mundo. Llénate de hermosos recuerdos, que te acompañarán por el resto de la vida.

El dinero que te ahorras lo podrás gastar de otras maneras (reducir tu deuda, ahorros, inversiones, incluso la cita perfecta). Mira siempre tus posibilidades y no lo que hacen tus vecinos. Este es el momento de construir un patrimonio, no de aparentar.

Si tienes la suerte de tener un sobrante de entre 2.000 y 4.000 pesos por mes, el consejo sigue siendo el mismo: sé inteligente en cuanto a la compra de un coche.

Compra un vehículo no muy costoso. Esa es una oportunidad para obtener una ventaja financiera. Entender el impacto de las tasas de interés te ayudará a visualizar esa ventaja.

Ejemplo de préstamo automotor.

Si pides un préstamo de 15.000 dólares a una tasa de interés de 10%, para cuando canceles el préstamo habrás pagado 4.122 dólares en intereses. Dinero que podrías haber gastado en otra cosa. Nunca subestimes el impacto de las tasas de interés. Conocer el costo real antes de hacer una compra —más si se trata de una de esta magnitud— es clave.

Y recuerda: si tu ingreso es en pesos y te endeudas en dólares, corres el riesgo de que el monto de la cuota en pesos suba significativamente, en caso de que el dólar suba. Es un riesgo que te recomendamos que no corras. ¿Sientes que ya tienes toda la información que precisas? Solo resta entrar al concesionario, negociar el precio de un auto, acordar una tasa de interés baja y comprar el auto. ¡Absolutamente no!

Tener un auto conlleva muchos costos. Patente, seguro, combustible, mantenimiento...

Hay personas que precisan un auto. Si es tu caso, haz  bien las cuentas para saber cuánto puedes gastar. La tentación de gastar en exceso es mayor cuando vas a la automotora y te encandila ese auto que quieres...

Ponte lentes de sol cuando vayas y piensa varias veces antes de comprar. Analiza cuidadosamente las condiciones, evalúa todas las opciones de crédito disponibles y toma la que tenga el menor costo total (y no elijas un crédito por que tenga la cuota más baja, ya que esto seguramente conlleve un mayor pago total de intereses). A mayores plazos, más intereses. Hay una excepción a esta regla: los préstamos a tasa cero. Si la tasa es cero, puedes negociar la opción de financiamiento más larga disponible. Y si tú no calificas, quizá alguien de tu familia sí lo haga y pueda ser fiador solidario de tu préstamo. En caso de que alguien salga en tu garantía, tienes la responsabilidad de cuidar no solo tu historial crediticio, sino también el de esa persona.

Recuerda: el cotitular o garante asume la misma obligación que tú, y se enfrenta a las mismas consecuencias.

Si calificas para un préstamo a tasa cero o tasa muy baja, más debes resistir la tentación de comprar un coche más caro del que precisas; cómprate un coche que te resulte práctico. Y si te gustan demasiado los coches y te desvela tener el coche de tus sueños, considera que es un sacrificio temporal. Al resistir la tentación de comprarte ese coche (caro) de tus sueños hoy, estarás en mejor posición financiera el día de mañana para comprarte (y
pagar) ese coche de tus sueños.

¿Recuerdas esa caída inmediata del valor mencionada al principio del capítulo? El valor de un coche nuevo cae entre 10% y 15% en el instante en que lo sacas de la automotora. ¿Tu auto nuevo te costó 15.000 dólares? ¡Ahora vale 12.750 dólares y ni siquiera has llegado a casa! ¿También bajó el préstamo que sacaste para comprar el auto? ¡No!

Tienes que pagar todo el préstamo del coche que compraste por 15.000 dólares y que ahora vale 12.750 dólares. ¿Se te ocurre una forma más fácil y rápida de hacer desaparecer tu dinero? Y esto es solo el comienzo, pues tu coche nuevo perderá entre 25% y 40% de su valor en solo tres o cuatro años.

Resumiremos algunos beneficios de un coche usado:
• menor precio de compra,
• menor depreciación (disminución de valor),
• menor costo de patente,
• menor costo del seguro.

Los costos de mantenimiento pueden ser más altos, así que asegúrate de averiguar y hacer bien las cuentas antes de comprar.

Comprar un coche puede ser divertido y emocionante. La tentación de gastar más de lo que deberías a veces es elevada. No dejes que esto te distraiga del
objetivo principal: tu bienestar financiero.

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