Por Brian X. Chen
Hoy en día no es que compremos cosas. Solo nos suscribimos a servicios en línea.
¿Y cómo podemos resistirnos? La revolución de la emisión en continuo nos ha traído grandes cantidades de entretenimiento musical y de video con tan solo hacer clic en un botón. En una era de almacenamiento en la nube, en la que guardamos nuestros datos en servidores informáticos remotos, empresas tecnológicas como Google y Apple se encargan del dolor de cabeza de gestionar nuestra información para que ya no perdamos archivos importantes o el progreso de nuestro trabajo.
Para muchos de nosotros, el objetivo es ceder el control y la responsabilidad a estos servicios. Sin embargo, para otros, es una desventaja perder parte de la versatilidad y la libertad. Aunque Spotify quizá no tenga toda la música que queremos escuchar, si cancelamos nuestra suscripción, perdemos acceso a su enorme catálogo de música. Con los servicios de almacenamiento en la nube, poner nuestros documentos y otros archivos en línea es sencillo, pero sacarlos puede ser un martirio.
Esto puede hacer que algunas personas se sientan atrapadas. Siempre podríamos recurrir a los métodos tradicionales evidentes, como comprar discos de música y cargar con nosotros memorias USB llenas de nuestros archivos y documentos, ¿pero quién quiere hacer eso?
Afortunadamente, hay algunos enfoques para tomar el control de nuestros medios mientras disfrutamos los beneficios de los servicios de suscripción. Esas medidas van de lo obvio, como crear copias locales de tus datos, a los métodos más avanzados, como crear una nube personal usando un dispositivo de almacenamiento conectado a internet que funcione como servidor miniatura.
Todo lo que se necesita es un poco de planeación y conocimientos tecnológicos. A continuación te decimos lo que debés saber.
Los servicios de almacenamiento en la nube como Google Drive y iCloud de Apple –que te permiten almacenar pequeñas cantidades de datos en línea sin costo y que cobran unos cuantos dólares al mes por acumular grandes cantidades– ofrecen grandes beneficios. En concreto, podemos tener acceso a nuestros datos desde cualquier dispositivo conectado a internet, y, debido a que nuestros archivos se copian en los servidores de una compañía, no podemos perderlos.
No obstante, ten cuidado de no volverte demasiado dependiente de la nube. ¿Y si un día decides cancelar tu suscripción? Para cualquier cosa que esté almacenada exclusivamente en línea, después tendrías que descargar cada elemento a tu propio disco, lo cual puede ser frustrante y prolongado.
Por eso, como regla general, la gente debe seguir creando copias locales de sus datos para sus computadoras y celulares y almacenar solo archivos importantes en la nube.
Estas son las herramientas que necesitas:
De ahí, los pasos varían ligeramente según el dispositivo y las aplicaciones que utilizas, pero los procesos en general son los mismos. Para respaldar los datos de tu computadora, conectas tu disco duro externo a tu computadora y ejecutas el programa de respaldo. Para respaldar los datos de tu celular en tu computadora, conectas el celular en la computadora y ejecutas tu aplicación de respaldo.
De esa manera, si dejamos de estar satisfechos con un servicio en la nube, podemos cancelar la suscripción y tener la facilidad y la versatilidad de llevar nuestros archivos a otro lado.
Los servicios de emisión en continuo como Netflix, Apple TV Plus y Hulu ofrecen un banquete de series de televisión y películas para que te agasajes. De igual manera, Spotify y Apple Music te dan acceso instantáneo a millones de canciones. Sin embargo, los servicios de emisión en continuo no tienen acceso a todo el contenido que existe, como películas de arte poco conocidas o presentaciones en vivo de artistas musicales.
A continuación te mostramos la manera en que puedes tomar el control del contenido que transmites en tus dispositivos. Hay un enfoque inteligente que involucra crear tu propia nube de medios, que funciona como un casillero en línea para tu propio contenido.
Michael Calore, editor de Wired y DJ de tiempo parcial, dijo que, cuando Spotify no tiene su música favorita, extrae canciones de un disco y las carga a Google Play Music, el servicio de música en línea de Google. Después reproduce la música en la aplicación Google Play Music desde su celular.
“Básicamente es como mi propio servicio privado de música”, comentó. En general, la gente puede aplicar este enfoque a cualquier canción que no pueda obtener mediante los servicios de emisión en continuo.
Para las películas, compartiré mi configuración, que no es para los débiles.
Como estudiante de estudios cinematográficos, tenía una colección de cientos de DVD, muchos de ellos títulos independientes poco conocidos que no pueden encontrarse en ningún servicio de transmisión en continuo. Por eso convertí ese contenido a formatos de video digital, que después guardé en un dispositivo de almacenamiento vinculado a la red, básicamente un servidor miniatura.
Desde ahí, instalé la aplicación de transmisión de video Plex en mi Apple TV, y en mi celular, e instalé Infuse 6, otra aplicación de transmisión de videos. Configuré ambas aplicaciones para que extrajeran las películas de mi miniservidor. De esta manera, puedo seguir disfrutando la capacidad de transmitir mi colección especial de películas de arte a través de mi propio equipo.
Desde luego, para muchos jóvenes, los discos físicos no son algo habitual, y es más probable que los títulos poco conocidos más nuevos sean lanzados en un servicio de transmisión en continuo. Aun así, para los que quieran personalizar el contenido que ven, vale la pena explorar los medios físicos.
Esto es lo que necesitarás para crear nubes personales para tus películas y música:
Si todo eso suena complicado, es porque configurar tu contenido para tener fácil acceso a él en internet no es una hazaña sencilla. Sin embargo, existen estas opciones para la gente que quiere más libertad.
Calore dijo que, a pesar de tener una buena configuración para transmitir contenido a través de una nube personal, seguía consumiendo gran parte de su música y películas a partir de servicios de transmisión en continuo.
“Hemos perdido la emoción y lo especial de las alternativas físicas”, comentó. “Pero lo que hemos obtenido a cambio es la abundancia a una escala que jamás habríamos imaginado. Ese cambio vale mucho la pena”.
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