Cómo prevenir el estrés de fin de año en el trabajo

Hay aspectos culturales que influyen en esta sobrecarga, entre ellos: el querer llegar a cumplir con todo y todos; la exigencia interna o ajena de cerrar temas que requerirían mayor tiempo; alcanzar metas comerciales; acumular incertidumbre acerca de la renovación de contratos; la sensación de que, si no lo hacemos ahora, mañana será tarde; y, por debajo, el hilo invisible de los balances en las distintas áreas de la vida.

Diez estrategias para prevenir el estrés de fin de año

Sí al balance, razonablemente. Balance viene de balanza, equilibrio. Es importante hacer una recapitulación de los hitos del año, aunque no es conveniente cargar las tintas sobre lo que falta. Herramientas: focalizarse en agradecer por lo que sí ha experimentado y aprendido. Ante situaciones dolorosas del año, buscar ayuda profesional y trabajar internamente en resignificar para darle un nuevo sentido a esa experiencia.

Evitar las polaridades bueno / malo. Cada vez que se coloca en un extremo calificando y rotulando todas las vivencias, aparece un juicio subjetivo, e incluso una tendencia a exagerar -sobre todo en lo que considera como negativo-. Herramientas: ser más equilibrados. Hacer una lista de las cosas buenas vividas en cada ámbito de la vida, y otra, donde se coloquen las dolorosas como experiencias, específicamente sobre qué aprendió de aquello.

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Planificar con tiempo. En muchas empresas dejan todo para último momento; por ejemplo, la planificación anual por áreas. Este es un proceso que lleva tiempo, y querer resolverlo en unos pocos días escapa de lo sensato. En lo personal, las celebraciones, encuentros, días con amigos y familia, sería ideal programarlos para evitar perder espacio personal. Herramientas: haga acuerdos anticipados; establezca a qué celebraciones va a ir, sin necesidad de querer estar en todas. Verifique las políticas en su trabajo acerca de días de fiesta, para colocarlas en su agenda. Releve con los interlocutores clave cómo trabajarán esos días festivos, para ajustar sus acciones de trabajo a una programación que resulte de mutua conveniencia.

Evite discutir por temas del pasado. Por preponderancia de los balances internos y del entorno suelen aparecer rencores, culpas y resentimientos de vieja data. Herramientas: Si son fundamentales para su salud y la sana convivencia, puede establecer charlas sinceras y honestas. De lo contrario, es una buena etapa para soltar y seguir adelante. Esto incluye ser directo sin agredir evitando caer en la falsedad encubierta de buenos deseos navideños.

Programar un festejo que incluya a todos. En las organizaciones conviven personas de distintas generaciones, distintos estados de salud. Herramientas: Si se encarga de organizaciones internas, e incluso a nivel familiar, debe tener en cuenta a las parejas de los colaboradores si hay festejos abiertos, alimentación adecuada para personas con dietas especiales, alergias y todo tipo de cuestiones especiales. Recordar también considerar a las personas que pasarán las fiestas trabajando: ellos también merecen celebrar.

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Determinar objetivos razonables. Otro tema de fin de año con las metas personales y profesionales. Quizás las haya cumplido y superado; aunque posiblemente quedaron algunas en el camino. Herramientas: piense su plan de metas del nuevo año como un proceso, y divídelas en mini-metas que podrá alcanzar más rápido. Deben ser creíbles, medibles, concretas y sostenidas en el tiempo. Es preferible que se plantees dos o tres propósitos sensatos, a tener una lista interminable que acabará por abrumarlo.

Estructurar la operación de días críticos. En las empresas, los días festivos necesitan planificación especial de turnos, horarios, guardias, asuetos, provisiones, atención automatizada, equipos de refuerzo. Herramientas: se recomienda realizar al menos dos reuniones cortas específicas para diagramar estos esquemas, establecer niveles de responsabilidad, supervisar el cumplimiento, y comunicarlo a toda la organización en forma clara y efectiva.

No dejar todo para último momento. Saludos, tarjetas, llamados, festejos con clientes, mensajes de agradecimiento, deben estar programados en la agenda de cada colaborador. Herramientas: proveer a toda la empresa de los elementos para llevar adelante esta tarea como máximo diez días antes de las fiestas. Si organiza un evento con distintos públicos, es necesario llevar un cronograma que evite superponerse con acontecimientos dirigidos a la misma gente.

Mantener equilibrio entre lo profesional y lo personal. El estrés de fin de año aparece también por la imposibilidad de sostener una vida equilibrada entre los compromisos y las jornadas laborales, con lo personal. Herramientas: Ponga límites; diga que no en aquellas situaciones donde no sea imprescindible que esté; incluso puede alternarse con otros colegas la representación de la empresa en eventos a los que sean invitados. Dedíquese un tiempo para usted: gimnasio, caminar, estar al aire libre, en familia y con amigos; evitar la ingesta exagerada de alcohol y comer en exceso, mantener las 8 horas de sueño por día, más una buena hidratación con agua, ayudarán a que sobrelleve mejor el estrés de esta época.

Desconectarse en vacaciones. Si toma su descanso anual, establezca un protocolo para dejar todo organizado antes de su partida. Herramientas: determine el equipo que lo reemplazará esos días; programe un auto contestador en el correo electrónico; haga listas de pendientes categorizados en urgente e importante, para dejarlas a los colegas. Determine sólo una persona que podrá comunicarse con usted por urgencias reales durante su descanso.

Fuente: Daniel Colombo (coach) - El Cronista / RIPE