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Con todas las letras

Es bienvenido el cambio de discurso por parte de algunos políticos del FA
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30 de julio de 2019 a las 05:01

Los líderes del Frente Amplio ahora se animan a decir que Maduro es un dictador. Era hora.

“A mí no me cuesta nada: lo de Venezuela es una dictadura, y es una dictadura tremenda, con impactos humanitarios muy graves”, respondió, sin titubeos el ministro de Economía, Danilo Astori, en una entrevista radial y provocó un efecto dominó en el Frente Amplio.

“Así como digo esto digo también que valoro enormemente los esfuerzos que ha hecho nuestro gobierno por evitar lo peor, porque hay cosas peores que esta, y las peores son el baño de sangre, en primer lugar”, remató para tamizar una declaración largamente esperada por los frenteamplistas demócratas –y la mayoría de los uruguayos– que observaban con pavor y espanto como el gobierno y el FA tenían un bozal que le impedía nombrar al régimen sangriento, opresor y violador de los derechos humanos de Nicolás Maduro en Venezuela como lo que es: una dictadura.

Totalmente fuera de juego quedó la posición manifestada días atrás por el vicecanciller de la República, Ariel Bergamino, que utilizó toda clase de eufemismos y metáforas patéticas para evitar llamar a la tiranía salvaje como la dictadura que es.

A pocos meses de las elecciones presidenciales y justo cuando se celebraba en Caracas el antidemocrático Foro de San Pablo, que enviaba mensajes de apoyo a la fórmula del oficialismo integrada por Daniel Martínez y Graciela Villar, Astori arremete con esta frase para desmarcarse de una posición infame que venía sosteniendo el gobierno de Tabaré Vázquez.

Pese al poco peso político que le queda, el líder de Asamblea Uruguay obligó al expresidente José Mujica a definirse. 

Ni lerdo ni perezoso, el viejo líder que supo posar sonriente con una campera del ejército bolivariano de Venezuela y hacer alarde de su amistad con el extinto Hugo Chávez, progenitor del desastre que vive su país, sentenció con esa altanería que lo ubica más allá de las contradicciones y los papelones: “Es una dictadura sí, en la situación que está no hay otra cosa que dictadura, pero dictadura hay en Arabia Saudita con un rey absoluto, hay en Malasia donde matan 25 tipos por día y en la República Popular China, ¿qué me dicen?”.

¿Qué se le puede decir a Mujica? Que tanto él como el FA han sido cómplices de una tiranía que comete las peores atrocidades y crímenes de lesa humanidad. Que su silencio y su mirar para el costado no solo no ayudaron a enderezar la situación, sino que incrementaron el poder político para que Maduro siguiere violando los derechos humanos y hambreando a la población que dice defender.

El candidato a presidente por el FA que balbuceaba explicaciones anodinas para no decir la palabra prohibida no tuvo más remedio que decir la verdad. Por medio de Twitter escribió que “el informe Bachelet es lapidario respecto a Venezuela y se trata de una dictadura. Hay que seguir trabajando en una salida negociada y que el centro sean los venezolanos”.

Quedan los incorregibles comunistas que nunca van a admitir que Maduro es un dictador de la peor calaña. Por el resto, sea por conveniencia electoral, vergüenza, sentido de responsabilidad o lo que sea, es bienvenido el cambio de discurso y que las cosas se llamen por su nombre. Por más que Maduro desde el Olimpo de su tiranía llame estúpidos a los que ahora le dicen que es un dictador. 

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