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Crufi volvió con un institucional de trama familiar

Con un impasse en 2014, la empresa de helados apostó nuevamente a un corto publicitario de casi dos minutos de extensión donde apela a reivindicar valores familiares, y con un presupuesto que ronda los US$ 500.000
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09 de diciembre de 2015 a las 05:00

Por Aníbal Falco

El recuerdo de una familia que canta en un coche mientras se va de vacaciones, deja lugar a escenas en las que aparecen todos en la misma habitación pero abstraídos por diferentes dispositivos tecnológicos que les impiden prestarse atención. Con el tema "Hold on forever", de Rob Thomas, el integrante más pequeño de la familia junto a su cómplice, el perro, comienzan a diagramar y ejecutar diferentes formas de deshacerse de los aparatos electrónicos que "desconectan" a la familia.

El director de la agencia y productora 4 Monos, Gabriel Cattoni, explicó que la idea central era proponer al menos un mínimo de reflexión. "Salir del mundo virtual para vivir en el mundo real. Desconectarse para conectarse", indicó.

Excepto por la primera vez que Crufi sacó un comercial al aire en televisión, la empresa y la agencia han trabajado siempre juntos. La forma de trabajar es de intercambio constante, y a partir de la salida del Crufi Bom en 2010, se le concedió a 4 Monos el control total de la parte creativa.


Explorar otro género

"Campeones de la vida" fue el primer comercial institucional de Crufi en 2010, que reivindicaba desde el humor al oficio de los heladeros.

El resultado del spot llevó a realizar una segunda parte al año siguiente con los mismos protagonistas, donde los heladeros debían "salvar al mundo", en una apuesta aún más ambiciosa. Apelando al sentir uruguayo y la utilización de paralelismos futboleros, cada año (con excepción de 2014) Crufi sorprende con un comercial de no menos de dos minutos donde busca romper con lo convencional.

Para este año, la agencia y Crufi pensaron en apostar a un mensaje más reflexivo, más intimo, "sin renunciar a poder sorprender a la gente".

El gerente de Marketing y Ventas de Crufi, Edgar Da Silveira, sostuvo que aunque este tipo de propuestas lleven indefectiblemente al recuerdo de la marca y fidelidad, la idea es brindar una vez al año tres minutos al aire como parte de un reconocimiento a la gente: "El objetivo es que lo disfruten, y nos pareció un buen momento para resaltar el sentimiento familiar".

Por su parte, Cattoni agregó que lo que se busca es generar empatía con el producto y la marca; y aunque lo que se persigue no es elevar las ventas, se logra hacerlo de todas formas. "Tanto nosotros como Crufi no tenemos miedo de correr riesgos. Vamos viendo por donde ir con un ida y vuelta constante. Por supuesto que después de la primera en 2010, todo fue más fácil", comentó.


Una situación complicada y la ausencia en 2014

Para Crufi el final del año 2014 no fue el mejor, debido a que el 26 de diciembre la IMM le notificó que el Servicio de Regulación Alimentaria había encontrado bacterias en dos muestras de sus helados luego de haber analizado cremas heladas de vainilla, dulce de leche y chocolate.

A pesar de que las muestras correspondían al mes de setiembre y se trató de un hecho aislado, la empresa sintió el bajón en las ventas para las fiestas de fin de año. El gerente de Marketing y Ventas, Edgar Da Silveira, explicó la reacción de la empresa una vez que la noticia trascendiera en los medios. "Salimos al otro día con un comunicado de prensa fuerte, claro y dirigido al consumidor", recordó. También el director de Salud de la IMM, Pablo Anzalone, aclaró a nivel de prensa que las irregularidades fueron específicas y que no hubo reiteraciones.

Con respecto a la ausencia del aviso institucional en 2014, Da Silveira descartó cualquier relación con ese hecho, e indicó que la decisión fue tomada debido a la cercanía con las elecciones nacionales. "La gente estaba con otro tema, y esto lleva una inversión, por lo que decidimos que no era el año indicado", finalizó.


El niño argentino y la perra Negra

El niño protagonista del rodaje es argentino. Fue su primera experiencia en actuación, y a partir de material generado en casting que se realizó en Buenos Aires, la agencia que lo representa logró que una semana después de filmado el comercial para Uruguay, fuera a realizar una nueva pieza a Brasil.

La mascota, que en el comercial aparece bajo el nombre Toto, es en realidad una hembra llamada Negra. Se decidió hacerla pasar por macho porque no se quería que el público la asociara con una figura materna, si no como un perro compinche. El entrenamiento del animal llevó 20 días y estuvo a cargo de Santiago Devincenzi, de la escuela Canina Colmillos.





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