La radio festeja 100 años de transmisión en Uruguay

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Disputas por el decanato, un partido de fútbol, discursos de Batlle y una antena en un hotel: así empezó la radio en Uruguay

Hace 100 años comenzaban las transmisiones regulares de radio en Uruguay, que incluyeron en sus inicios deporte, música, noticias y entretenimiento
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05 de noviembre de 2022 a las 05:04

Eran las cinco de la tarde del lunes 6 de noviembre de 1922, y todos quienes contaban con uno de aquellos novedosos aparatos receptores de radio, lo hubieran instalado sin grandes problemas y sintonizado en el 930 kHz del dial, escucharon una voz desde el parlante. El locutor Luis Viapiana dijo “transmite la radio Paradizábal, Montevideo”, y empezó todo.

Las transmisiones radiales en Uruguay festejan, este domingo, su primer centenario. De los aparatos a válvula a la escucha por internet, de la telegrafía sin hilos al podcast, de la novedad a la incertidumbre, el medio ha cambiado su papel y sus métodos a lo largo del último siglo, aunque mantiene su cualidad de acompañante y de presencia cotidiana. Y también mantiene una cierta estructura básica de programación, ya que aquellas radios primigenias llenaban sus horas de transmisión con un menú que hoy no resulta tan ajeno: noticias, entretenimiento y música.

Dicen que a Uruguay todo llega tarde, aunque lo cierto es que en el caso de la radio la tardanza fue relativa. En 1920 comenzaron a transmitir las primeras emisoras estables en Estados Unidos, y ese mismo año lo hizo la primera radio argentina. Un año después, en Montevideo ya eran frecuentes las transmisiones de aficionados y las primeras pruebas formales, que se concretarían con el debut de radio Paradizábal al año siguiente, lo que pone a Uruguay en la lista de países que adoptaron de forma pionera este nuevo medio.

Radio Paradizábal llevaba ese nombre por su dueño y fundador, Sebastián Paradizábal. El empresario era dueño de una talabartería que luego se expandiría a una tienda de distintos rubros que tenía su sede en la calle Andes, entre Colonia y 18 de Julio. Allí vendía, también, receptores de radio, e intrigado por la novedad –y acicateado por la empresa que proveía los aparatos, la General Electric, que ya había estado a cargo de algunas emisiones anteriores– fundó el medio.

El diario La Mañana detalló así, en su edición del 7 de noviembre de 1922, el acontecimiento: “Ayer a las 5 pm fue inaugurada la nueva estación radiotelefónica propiedad del señor Paradizábal. Se trata de una estación de primer orden y con todos los adelantos más recientes en esa novel rama de la ciencia”. La antena de la emisora estaba ubicada sobre el edificio del hotel Florida, ubicado en la calle homónima y su esquina con Mercedes, donde hoy se ubica el Auditorio Adela Reta del Sodre.

La antena tenía tal potencia que las transmisiones de Paradizábal se escuchaban no solo en todo el territorio uruguayo, sino que incluso era captada en Buenos Aires e incluso más lejos, en el norte argentino.

Bajo la dirección técnica de Carlos Sirighelli, la emisora tenía una programación diaria que incluía un noticiero vespertino, grabaciones de obras de teatro y música (en vivo y grabada, es decir, se emitían discos). La emisora tenía un equipo estable, pero también participaban artistas invitados, como el escritor Felisberto Hernández, que demostraba ocasionalmente su talento frente al piano.

El escritor y periodista Alfredo Ferreiro fue uno de los primeros visitantes de la flamante emisora, en su sede sobre el hotel. En su testimonio escrito de esa visita, recuerda que la radio se resumía en “un piano enorme, una victrola, varios hombres con instrumentos de música, dos señoras sentadas, una mesilla, un teléfono sin auricular, un micrófono sostenido por dos espirales casi invisibles de alambre de cobre”. Todo en una sala completamente acolchada para generar una mejor acústica, entre techo, suelo y paredes.

La disputa por el decanato

El comienzo de las transmisiones de esta emisora se ha tomado oficialmente como fecha del inicio de la radiotransmisión en Uruguay, ya que fue la primera en lograr no solo un alcance verdaderamente nacional, sino también regularidad en sus transmisiones. Fue, en todo caso, el primer broadcaster radial del país.

Sin embargo, puede discutirse que ya había otra emisora en el aire, aunque se limitó a realizar pruebas y ensayos tanto antes como después de que radio Paradizábal ocupara las ondas: radio General Electric.

La empresa estadounidense era la encargada principal de vender los aparatos receptores, para lo que necesitaba que Uruguay tuviera, aunque fuera un pequeño mercado disponible para ellos. Además de llamar la atención de los clientes con sus pruebas para atraerlos hacia esta invención, la empresa también buscaba que se crearan emisoras para justificar la compra de los electrodomésticos en cuestión.

Es más: fue a ellos a quienes Paradizábal compró su transmisor y su antena, que se sumó a la que la propia firma tenía instalada en la azotea de la redacción del diario El Plata, ubicada al lado del Teatro Solís.

El Teatro Solís fue el escenario de uno de los primeros eventos radiales masivos

Sin embargo, cuando llegó el momento de pasar a las transmisiones regulares, la multinacional decidió desligar su nombre del proyecto, y en 1923 radio General Electric pasó a llamarse radio Sud América, hasta que tomó su denominación definitiva en 1931, cuando el nombre de su noticiero terminó bautizando a toda la emisora: radio El Espectador, con el que continúa hasta hoy. La radio, de hecho, se presenta como “la primera radio”.

Fútbol y política

Poco tiempo después de la emergencia de estas primeras emisoras, la radio empezó a posicionarse como un elemento central de la vida cotidiana, sobre todo doméstica. Como los televisores algunas décadas después, los aparatos receptores se convertirían en el centro de las salas de estar, donde las familias se reunirían a escuchar música, pero también eventos deportivos, como partidos de fútbol o carreras ciclistas, o incluso transmisiones de noticias.

De hechos, entre algunas de las transmisiones pioneras de la radio en Uruguay se cuentan algunas centradas en dos de los temas dominantes de la actualidad del país incluso un siglo después: el fútbol y la política.

El primer evento radial “masivo” ocurrió el 1º de octubre de 1922, poco más de un mes antes del inicio de las transmisiones regulares. En ese momento, se estaba disputando en Río de Janeiro la quinta edición del Campeonato Sudamericano de Selecciones, la posterior Copa América, y Uruguay estaba jugando contra el equipo local.

El partido congregó a una multitud en la explanada del Teatro Solís, donde con un megáfono se iban contando las novedades del encuentro, mientras que, desde el edificio de El Plata, la General Electric transmitía el relato, que tenía mucho de imaginado: los locutores se basaban en radios brasileñas, cables de agencias de noticias y mucha inventiva para recrear los movimientos de los futbolistas en un partido que terminó 0 a 0. A cargo de la transmisión estuvo Claudio Sapelli, quien luego trabajaría en radio Paradizábal y fundaría una tienda de electrónica —Casa Sapelli— que terminaría siendo legendaria.

Batlle y Ordóñez fue de los primeros políticos uruguayos en apostar a la radio para hacer campaña

Al mes siguiente del partido, y ya con la primera emisora estable en funcionamiento, llevó poco tiempo para que la campaña política se metiera en el nuevo medio. El batllismo apostó por la radio para hacer propaganda de cara a las elecciones generales del 26 de noviembre, que serían las primeras elecciones directas y con sufragio universal (masculino, claro está).

El sector más potente del Partido Colorado compró espacios en la emisora, a la que usaban para transmitir discursos del propio José Batlle y Ordóñez, así como segmentos de alocuciones en el Parlamento de figuras del movimiento, como Domingo Arena. Hay una anécdota, prácticamente inchequeable, que dice que en uno de esos discursos Batlle no se dio cuenta y soltó un “sáqueme por favor esta porquería” al aire, en referencia al micrófono que debía usar. Quedará como un eslabón más del mito de un medio que, este fin de semana, festeja los 100 años en el país y que sigue presente en los hogares y en los oídos uruguayos. 

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