La brecha fiscal se redujo levemente en mayo luego de alcanzar un pico en abril, principalmente por una disminución en las existencias de crudo de ANCAP no fue compensada por nuevas compras por parte del ente. Según los datos divulgados este viernes por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), el déficit fiscal se ubicó en el equivalente a 4,6% del Producto Interno Bruto (PIB) en los 12 meses finalizados en mayo.
Esto implicó una disminución de dos décimas respecto al registro de 4,8% que tuvo lugar en el año móvil a abril, cuando alcanzó un máximo desde mayo de 2003, en medio de la peor crisis económica de la historia uruguaya reciente.
El dato considera la totalidad del Estado –incluye gobiernos departamentales, entes y servicios descentralizados– y corrige el efecto del Fondo de Seguridad Social, creado para darle respuesta a las demandas de los llamados “cincuentones”.
Este fondo implicó para el Estado uruguayo en los últimos 12 meses ingresos equivalentes a 1,7% del PIB. Sin embargo, se trata de ingresos que están ligados exclusivamente al pago de jubilaciones del grupo de trabajadores que decidieron abandonar el régimen de AFAP para volver al sistema anterior de solidaridad intergeneracional.
La principal diferencia respecto a abril fue una caída en las existencias de petróleo en poder de ANCAP. El uso de reservas no repuestas mediante compras genera –a nivel contable– una reducción en el gasto y por lo tanto, incide positivamente en un retroceso de la brecha fiscal.
Otro cambio significativo respecto al mes anterior es una reducción de prácticamente dos décimas de punto en los ingresos del Gobierno Central debido a que en mayo del año pasado, UTE transfirió a Rentas Generales un monto extraordinario en concepto de dividendos y cuando se consideran los últimos 12 meses a mayo de este año, ese monto desaparece.
Sin embargo, a nivel contable, el efecto sobre el déficit es nulo porque se compensa con una mejora en el resultado primario corriente de la empresa pública energética.
Los analistas privados no esperan una disminución significativa del déficit fiscal ni este ni el próximo año. Por el contrario, esperan que permanezca por encima del equivalente a 4% del PIB.
La mediana de expertos que contestaron a principios de mayo la Encuesta de Expectativas Económicas de El Observador anticiparon un desequilibrio fiscal de 4,5% del PIB para fines de este año y de 4,1% del PIB para el cierre del año próximo.
Eso incorpora una expectativa de leve ajuste fiscal por parte de la próxima administración, pero los expertos descartan políticas de shock en materia fiscal.
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