El flamante gobernador de Virginia Ralph Northam, ayer en Fairfax.

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Demócratas reviven y derrotan a Trump en Virginia y Nueva Jersey

Ayer, también Nueva York reeligió a Bill de Blasio, cercano a Bernie Sanders, como alcalde
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08 de noviembre de 2017 a las 10:40

El alcalde demócrata de Nueva York, Bill de Blasio, obtuvo una fácil reelección este martes en la capital financiera estadounidense e inmediatamente prometió combatir a Donald Trump.

De Blasio, que durante toda la campaña se mostró como defensor de los neoyorquinos ante el presidente estadounidense, superó ampliamente con 66,1% de los votos a su rival republicana Nicole Malliotakis, que sumó el 28,1% de los sufragios tras el escrutinio del 97% de los centros de votación, según los medios locales.

Pese a una escasa participación, el alcalde saliente, un ítalo-estadounidense de 56 años, estimó que el ser reelecto por los neoyorquinos "envía un mensaje a la Casa Blanca", a un año exactamente de la elección de Donald Trump.

"Si usted se vuelve contra los valores de su ciudad natal, su ciudad resistirá", dijo De Blasio dirigiéndose al presidente, nativo de Nueva York, bajo los aplausos de sus seguidores reunidos en el Brooklyn Museum.

"Vamos a defender el sistema de salud", precisó el alcalde demócrata, en alusión a los esfuerzos de Trump por desmantelar el denominado Obamacare. "Vamos a defender a los inmigrantes (...) ¡Cuando los inmigrantes son atacados, somos todos nosotros los atacados!".

"¡Victoria en Nueva Jersey! ¡Victoria en Virginia!"

De Blasio también celebró la victoria de los candidatos demócratas en otras dos elecciones locales de este martes, vistas como una prueba antes de los comicios nacionales de medio mandato en 2018.

En Virginia, el vicegobernador Ralph Northam ha sido electo gobernador, superando al republicano Ed Gillespie, y en Nueva Jersey el demócrata Phil Murphy sucederá tras ocho años al impopular gobernador republicano Chris Christie.

"¡Gritemos victoria para que nos escuchen en Nueva Jersey! ¡Gritemos victoria para que nos escuchen en Virginia!", se congratuló De Blasio.

Este demócrata de 1,97 m de estatura, oriundo de Brooklyn, fue en su primera elección en 2013 el primer demócrata en ganar en Nueva York después de 20 años. Este martes, se transformó en el primer demócrata en ser reelecto desde que lo hizo Ed Koch en los años 1980.

Aunque fue criticado por ser demasiado aburrido o muy de izquierda para la primera ciudad estadounidense, que tiene 8,5 millones de habitantes y un presupuesto de US$ 85.000 millones, la reelección de De Blasio en el bastión demócrata de Nueva York era ampliamente esperada, ante la falta de pesos pesados que la amenazaran.

La joven legisladora republicana Nicole Malliotakis, de 35 años, que solo lo superó en uno de los cinco grandes barrios de Nueva York, en Staten Island –de donde es oriunda–, reconoció rápidamente su derrota.

"Podremos haber perdido la elección pero hicimos escuchar nuestra voz y continuaremos luchando por aquellos que creyeron en nosotros", dijo ante sus seguidores.

Los observadores destacaron sin embargo que esta mujer de origen greco-cubano había realizado una campaña más que honorable, al ser una desconocida del gran público hasta hace pocos meses. Y que los republicanos deberían contar con ella.

De Blasio, un demócrata más cercano a un detractor de Wall Street como Bernie Sanders que a Hillary Clinton, prometió trabajar para poner en marcha sus promesas de campaña: comenzando con la continuación de su programa de apertura de escuelas públicas a niños de 3 años, una minirrevolución en Estados Unidos que constituyó su mayor éxito durante su primer mandato.

También prometió modernizar el metro neoyorquino, ante los fallos que generan cada vez más desprestigio, a través de "un impuesto a los millonarios".

Pero tendrá por delante un duro trabajo para no perder a su electorado blanco y a las grandes fortunas que representan un componente clave de la vitalidad neoyorquina.

Este alcalde casado con una mujer negra, que introduce en sus discursos públicos algunas palabras en español, es muy popular entre la población negra e hispana, que representa al 53% de los neoyorquinos.

Pero entre los blancos, que suman el 33% de la población, ha sido muy criticado.

Muchos no vacilan en señalar que no está a la altura de su predecesor Michael Bloomberg, el millonario etiquetado como independiente que estuvo 12 años al frente de la alcaldía de la ciudad.

"De Blasio no es malo, generalmente hace lo que debe hacerse", precisó antes de la elección Kenneth Jackson, especialista en historia de Nueva York en la Universidad de Columbia. Pero su predecesor, Michael Bloomberg, "colocó la barra muy alta" y su sucesor "no pudo convencer a la élite financiera de la ciudad de que tomaba en serio sus intereses".

Grandes derrotas para candidatos de Trump en Virginia y Nueva Jersey

El Partido Demócrata estadounidense logró este martes una crucial victoria en las elecciones a gobernador en el estado de Virginia, en un duelo que era visto como una puesta a prueba de la popularidad del presidente Donald Trump para los comicios en 2018 y 2020.

La disputa por el cargo de gobernador de Virginia tiene ramificaciones de alcance nacional para dos partidos sumergidos en intensas divisiones internas.

Al fin de una áspera campaña, el demócrata Ralph Northam derrotó al republicano Ed Gillespie, quien había adoptado la agresiva y divisiva retórica utilizada por Trump para llegar el año pasado a la Casa Blanca.

Instantes después de que redes de televisión anunciaron que las proyecciones indicaban la victoria de Northam, el gobernador saliente de Virginia, el demócrata Terry McAuliffe, dijo a la prensa que "el miedo, la división y el odio no funcionan", en una referencia directa a la campaña de Gillespie.

Con casi el 85% de los distritos escrutados, Northam aparecía con el 53,15% de los votos, al tiempo que Gillespie exhibía el 45,66%.

"Esta noche hemos probado que somos más fuentes cuando valoramos y luchamos por todos", publicó Northam en la red Twitter.

Simultáneamente, las proyecciones indican que el Partido Demócrata también logró la victoria en las elecciones para gobernador en el estado de Nueva Jersey.

En el momento justo

Estos resultados llegan en un momento en que a nivel nacional el Partido Demócrata atraviesa una grave crisis como resultado de la derrota ante Trump en las presidenciales de 2016.

Visiblemente divididos, los demócratas tenían la urgencia de recomponerse para las elecciones legislativas de medio término, en 2018, ya que el partido es minoría en las dos cámaras del Congreso.

El director del Comité Nacional del partido, Tom Pérez, afirmó en una nota oficial que los electores rechazaron la visión del mundo defendida por Trump y su vicepresidente, Mike Pence.

Según Pérez, esa visión "retirará la protección de salud a millones de personas, pretende reducir los impuestos de los millonarios y las corporaciones a costa de la clase media, y fomenta la división en un momento en que nuestro país necesita unidad".

Virginia votó dos veces por el presidente anterior Barack Obama, y Hillary Clinton se llevó este estado en la presidencial del año pasado.

Así, una victoria de Gillespie habría sido vista como la validación del agresivo estilo político de Trump, con efectos impredecibles para las próximas elecciones para gobernador o para el Congreso.

El costo de la alianza

Esta elección era vista también como la primera puesta a prueba de la popularidad del presidente, de forma que el resultado de las urnas podrá convencer a los sectores del Partido Republicano más próximos a Trump que esa alianza tiene un precio, y ese precio es elevado.

Además, poco después de conocerse el resultado de la elección en Virginia, el propio Trump –quien se encuentra en gira por Corea del Sur– marcó distancia de Gillespie, sugiriendo que perdió por no plegarse suficientemente al trumpismo.

"Ed Gillespie ha trabajado muy duro, pero nunca realmente se abrazó a mí o a lo que yo represento", publicó el presidente, en un sorprendente mensaje que seguramente servirá de alerta a los que estén considerando pedir el apoyo de la Casa Blanca.

Para algunos votantes, la de este martes era claramente una pulseada contra Trump.

"Si voy a tener algo que decir en todo lo que está pasando, lo menos que puedo hacer es votar por un gobernador que refleje las visiones que yo tengo", había dicho a la AFP Connor Dunwoody, un estudiante de 25 años que votó por Northam.

El norte de Virginia, fronterizo con la ciudad de Washington, tiene una próspera economía con miles de empleados federales y un robusto sector tecnológico.

Aparte de la capital, Richmond, y condados orientales, el resto del estado está ocupado por áreas rurales ampliamente conservadoras.

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