Un estudio realizado por primera vez en Uruguay por la Facultad de Química en el Centro Universitario Regional Literal Norte, en Paysandú, detectó presencia de pesticidas en el agua de la lluvia.
El análisis, realizado en la ciudad de Paysandú, registró presencia de los insecticidas imidacloprid, malaoxón (degradación del pesticida malatión) y el fungicida propiconazol menores de 15 nanogramos por litro, según informó el semanario Búsqueda este jueves.
“De algún modo el pesticida ingresó en el ciclo del agua”, expresó la química Natalia Besil, asistente del Laboratorio de Análisis de Contaminantes Traza en el Polo Agroalimentario y Agroindustrial de la Facultad de Química en el Centro Universitario Regional Litoral Norte.
Las muestras fueron tomadas en la ciudad de Paysandú y a 10 kilómetros de allí, en la Estación Experimental Mario Cassinoni, en una zona de praderas mejoradas, en un tambo y el cuarto en un espacio destinado a estudiantes de Agronomía en la estación. Se analizaron 18 muestras, que fueron tomadas entre mayo y julio de 2018.
¿Cómo llegan a estar en la lluvia? Cuando la dosis del pesticida que se aplica sobre el cultivo es muy pequeña, el viento hace que vuele, se integre a las nubes y así cae en forma de lluvia. Esto sucede en todo el mundo y se debe a las formas en las que se aplican los pesticidas, explicó a Búsqueda Horacio Heinzen, uno de los autores de la investigación y profesor titular de Farmacognosia y Productos Naturales de la Facultad de Química de la Universidad de la República.
Fueron varios los puntos de recolección de muestras: uno en la ciudad y los demás a unos 10 kilómetros. Uno donde se encontró fue la Estación Experimental Mario Cassinoni en un área de laboratorio y oficinas, otro en una zona contigua en la que hay praderas mejoradas, un tercero en un área de tambo y otro en un área destinada a estudiantes de Agronomía dentro de la estación.
El imidacloprid se usa en el control de plagas y para la producción de cereales, en huerta y para granos. Es “moderadamente tóxico”, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). En Francia, por ejemplo, está prohibido desde hace unos 20 años, recoge la nota de Búsqueda.
El propiconazol se usa para combatir hongos en los cultivos, particularmente en cítricos.
Luego, el malaoxón no se aplica, pero se produce a partir de la transformación del malatión, El malaoxón es más tóxico, dijo el investigador al semanario.El malatión se usa para combatir las hormigas y para evitar insectos en los cereales almacenados. La OMS lo considera “probablemente cancerígeno”. En Argentina su uso está extendido.
Las concentraciones encontradas están por debajo de los límites autorizados, pero si se calcula la carga de pesticidas que cae por hectárea, es una cantidad "considerable" en determinados casos, dijo Heinzen. En el caso del imidacloprid, se encontraron unas 100 veces menos que el que se usa en una aplicación normal, pero “hay que destacar que no siempre llueve lo mismo ni se encuentra lo mismo”, señaló el investigador.
En el estudio se señala que los pesticidas encontrados en la lluvia de Paysandú pueden haber sido aplicados tanto en Uruguay como en Argentina.
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