<p>La banda argentina Divididos se presentó ayer en Landia con un show que repaso éxitos propios y ajenos</p><p></p>
El público estaba ansioso esperando que Divididos saliera a escena. Los aplausos y silbidos de impaciencia se sumaban a los periódicos cánticos.
Nicolás Tabárez

Nicolás Tabárez

Periodista de cultura y espectáculos

Espectáculos y Cultura > MÚSICA

Divididos fue rock

La banda argentina se presentó ayer en Landia con un show que repaso éxitos propios y ajenos
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09 de julio de 2017 a las 11:37

El público estaba ansioso esperando que Divididos saliera a escena. Los aplausos y silbidos de impaciencia se sumaban a los periódicos cánticos que son parte de la liturgia de la banda y que dicen: escuchenló, escuchenló, escuchenló/la aplanadora/del rock and roll/es Divididos la puta que los parió.

Finalmente, a las 21.20, las luces de Landia se apagaron y los asistentes (que llenaron el recinto) dieron la primera ovación al trío conformado por el guitarrista y vocalista Ricardo Mollo, el bajista Diego Arnedo y el baterista Catriel Ciavarella. "Gracias por esperar cinco años" dijo Mollo antes de empezar, en referencia al período entre el show de ayer y la última visita de la banda.

Los cinco años se extendieron unos segundos más, porque un problema eléctrico obligó al cantante a cambiar uno de los cables de su guitarra. "Parece nuestro primer show, se rompió algo", explicó con una risa.

Finalmente, con banderitas y globos se disparó una selección de canciones sólida, poderosa y con todos los imprescindibles de los casi treinta años de carrera de Divididos (fundada en 1988). La primera decena de canciones tuvo como destacados a ¿Qué ves? y Perro Funk, así como una exhibición de parte de Arnedo con un solo utilizando la técnica del slap (las cuerdas se pulsan y sueltan con rapidez mientas que se golpean con la palma).

Tras uno de los momentos que mayor fervor y pogo generó, una cruza entre Azulejo y La rubia tarada, el hit de Sumo – banda que fue integrada por Mollo y Arnedo – acabó la primera parte del show, que abarcó 28 canciones y se extendió durante dos horas.

La segunda etapa fue más tranquila, con Mollo y Arnedo sentados y la colaboración de Diego Florentín en guitarra acústica para interpretar Pepe Luí, que dio paso a Dame un limón, Spaghetti del Rock y Par mil, coreados por todo el recinto de Landia.

Antes de Dame un limón, Mollo pidió que se encendieran las luces del escenario y explicó que había encontrado una billetera. Tras leer la cédula del propietario, bajó de su ubicación y se acercó al público a devolverla, desatando una ovación y una catarata de fotos y selfies, a las que respondió pacientemente. Una segunda víctima no respondió al llamado, pero Mollo pidió a los asistentes "guarden las cosas en los bolsillos de adelante, no tanto por la plata, sino por los documentos, que cuesta un montón recuperarlos".

Ese segmento fue continuado con Huelga de amores, una chacarera rock inspirada por la obra de Eduardo Galeano, a quien Mollo recordó antes de interpretar la canción, que dio paso a la versión del trío de El Arriero, tema de Atahualpa Yupanqui que el grupo integró a su repertorio hace décadas.

Tras un solo frenético de Ciavarella, Divididos encaró la racha final del espectáculo que arrancó con algunas de sus canciones más recientes, como Hombre en U y Amapola, así como versiones de Salgan al sol (de La Pesada) y Sucio y Desprolijo (de Pappo).

Allí Mollo agradeció nuevamente la paciencia del público uruguayo, y detalló que este año se pudo solucionar "un problema" que les impidió venir antes y dio a entender que podía tratase de una cuestión sonora, al comentar que "la idea es que nos vengan a escuchar, no a ver, queremos sonar bien para ustedes".

Si bien hubo algunos leves defectos de sonido (la voz de Mollo no se escuchaba todo lo fuerte que debía en algunos sectores) no fueron relevantes y la calidad e intensidad de la banda compensó. Además, la presentación incluye el uso de cinco pantallas, que siguen en vivo a los integrantes del trío sobre el escenario.

El tramo final del setlist estaba minado de hits: Paisano de Hurlingham, El 38 y Ala Delta sonaron en ese pasaje, con un cierre a todo Sumo: Crua Chan y Nextweek.

En un momento del show, una remera voló desde el público y acabó en las manos de Mollo. Tenía un estampado del disco Que sea rock, de Riff. "Es menester que sea rock", dijo el cantante argentino al verla. Y Divididos, más allá de sus cruces con el funk y el folklore, presentó ayer un show que fue eso. Potencia, fuerza, diversión y distorsión. Divididos fue rock, una vez más.

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