Doctor Strange 2 es el primer estreno del 2022 de Marvel
Nicolás Tabárez

Nicolás Tabárez

Periodista de cultura y espectáculos

Espectáculos y Cultura > ESTRENO DE LA SEMANA

Doctor Strange 2 desde adentro: sus protagonistas y director cuentan los desafíos de lo nuevo de Marvel

La nueva aventura del mago superhéroe se estrenó este miércoles en los cines uruguayos
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05 de mayo de 2022 a las 05:00

El mastodóntico Universo Cinematográfico de Marvel, esa maraña cada vez más compleja de películas de superhéroes interconectadas entre sí –una narración que, además, desde el año pasado también incluye series de streaming–, estrenó este miércoles su nuevo capítulo y elevó la complejidad del asunto, porque de Universo se pasó a Multiverso.

Doctor Strange en el Multiverso de la locura ya avisa desde el título que las realidades paralelas en las que las cosas son diferentes (un héroe es un villano, ciertos sucesos derivaron en desenlaces opuestos, incluso el aspecto del mundo puede ser distinto, y por lo tanto, hay muchas versiones de cada personaje) es el nuevo chiche de moda en el cine de superhéroes, como ya lo anticipó la última película de Spider-Man, Sin camino a casa, o la serie Loki. Y como también lo imitará su competidor, el universo de superhéroes de DC Comics, con la próxima película de Flash.

Este concepto, procedente de la narrativa de los cómics, pasó ahora a las adaptaciones audiovisuales y es el eje de esta segunda parte de las aventuras individuales del neurocirujano devenido en hechicero devenido en superhéroe que interpreta el británico Benedict Cumberbatch.

En el comienzo de esta película, el mago Avenger se topa con una adolescente, América Chávez (Xóchitl Gómez), que tiene el superpoder de viajar entre los distintos universos y que está siendo perseguida por unas criaturas sobrenaturales que quieren robarle esa habilidad. Strange recluta a su colega Scarlet Witch (Elizabeth Olsen), que destapó sus poderes mágicos más potentes en la muy buena serie WandaVision, en la que también padeció un gran trauma, un duelo que sigue buscando resolver. El personaje también se perfiló como una potencial villana, noción con la que esta nueva película también ha coqueteado.

Como ya pasó con Spider-Man: Sin camino a casa, Doctor Strange en el multiverso de la locura también se convirtió en una de las películas más convocantes de la pospandemia al influjo de la promesa de una lluvia de sorpresas, apariciones especiales y retornos muy anticipados. En los últimos estrenos de Marvel estos golpes de efecto han sido el sustento narrativo principal, más que el interés por generar coherencia, por lo que la responsabilidad de no caer ante los mandatos corporativos y no picarse los dientes con el dulce de estas sorpresas cae sobre el director Sam Raimi. Ícono del cine de terror, Raimi vuelve a los encapotados después de la consagratoria trilogía de Spider-Man de los años 2000 (bueno: las dos primeras películas fueron consagratorias, la tercera no tanto), una de las sagas que encumbró las historias de superhéroes como el género más taquillero y de moda en el Hollywood del siglo XXI.

En una conferencia de prensa con el elenco, el guionista Michael Waldron, el productor Kevin Feige –mente maestra del Universo Cinematográfico de Marvel– y el director en la que participó El Observador, Raimi explicó cómo fue enfrentarse a esta nueva producción dos décadas después de haber sentado las bases para el éxito actual de este tipo de personajes, en particular con el salto tecnológico que hubo en ese ínterin.

“Se hizo mucho más fácil. Pero la gran diferencia tecnológica que me permitió trabajar en esta película con efectividad fue Zoom”, comentó con humor el cineasta responsable de Evil Dead y mecenas de los uruguayos Fede Álvarez y Rodo Sayagués en Hollywood, que se sumó a este proyecto luego de que el director de la primera película de Strange, Scott Derrickson, alegara “diferencias creativas” y se bajara.

Con la aplicación de videollamadas que se popularizó con  –y gracias a– la pandemia, Raimi pudo hablar con decenas de miembros del equipo al mismo tiempo. "Podíamos mostrar un storyboard, el montajista podía mostrar un corte de alguna secuencia. Fue fantástico. Pero lo más importante es tener grandes actores como estos. Y que ellos sepan que lo más importante es lo que pueden hacer consigo mismos, porque así es cómo la gente se conecta con estos superhéroes”, comentó.

Estos son grandes actores, y tienen una vasta cantidad de experiencias que no les asusta poner en sus actuaciones. Y también conocen muy bien a sus personajes. Los han interpretado por tantos años, en tantas películas importantes de Marvel, y es genial ver cómo usan ese conocimiento. Porque con lo que se encuentran es con el multiverso, que básicamente es un espejo. Y les arroja versiones alteradas de ellos mismos”, agregó el director.

Ese conocimiento de los personajes, agregó, fue clave en el contexto de una producción complicada y apresurada, con un guion que se cambiaba regularmente y que se filmaba pocos minutos después de que se hubiera retocado. “Ellos reconocen si la forma en la que se desarrolla una escena no es veraz. Pueden notar si se siente como manipulación o si podría ser más real. Y cambiábamos cosas en el momento, intentando aprovechar esas buenas ideas”, dijo Raimi.

La cuestión del dichoso multiverso es uno de los terrenos de juego que los actores comentaron haber disfrutado más, pero también notan el paso que esta nueva historia marca para las versiones principales de sus roles, que han sido acompañados por el público desde el comienzo. Benedict Cumberbatch afirmó que para su personaje esta secuela se trata “sobre examinar su capacidad de liderazgo y encontrar sus fallos, sus defectos, su humanidad, pero también sus fuerzas. Y renovar nuestro entendimiento sobre él y profundizar ese entendimiento”, contó el actor inglés. “Ponerle un espejo adelante a través de esta increíble estructura narrativa de sus otras versiones que le planta delante el multiverso, más que examinar directamente su capacidad de mando. Es mejor colaborando, trabajando con otros, dándose cuenta que no puede ser el que siempre tiene el sartén por el mango y controlando todo él mismo. Esas son cualidades de líder, pero todavía está evolucionando”.

Mientras que el protagonista todavía está en un trabajo en proceso, en esta aventura está acompañado por dos mujeres que se encuentran en lugares diferentes de su camino de autoconocimiento y madurez. De un lado está Wanda Maximoff, la Scarlet Witch, dueña de una asertividad inédita pero también con la carga del dolor de la pérdida de su familia que está decidida a revertir. La actriz Elizabeth Olsen, que estuvo nominada al Emmy y al Globo de Oro por su interpretación en la serie WandaVision, consideró que su personaje “aprendió tanto y tiene un sentido de confianza que hasta ahora no le habíamos visto”.

Elizabeth Olsen como Scarlet Witch

Por el otro lado está la nueva incorporación, la viajera entre universos América Chávez, interpretada por la actriz mexicana-estadounidense Xóchitl Gómez, que se refirió como mayor desafío de su papel, pero también como la carta que la diferencia de sus compañeros de elenco, a su juventud y al fervor adolescente que comparte con su personaje (Gómez tiene 16 años, mientras que la nueva heroína tiene 14). “Esta es una película muy adulta, hay muchos adultos en ella. Y es muy densa. Entonces quise asegurarme de que América tuviera todavía esa frescura y esa actitud juvenil de pretender saber lo que está haciendo, una resiliencia. Pero cuando hay tantas locuras a su alrededor es difícil mantener esa fachada”, contó.

Cumberbatch, que viene de estar nominado al Oscar por su trabajo en El poder del perro, consideró que el papel de Doctor Strange ha sido uno de esos que definen una carrera, y comentó la necesidad y la posibilidad de que esos dos tipos de película puedan –y deban– coexistir. “Este personaje me ha dado la perspectiva y la libertad para poder apoyar y financiar obras más pequeñas. Historias difíciles y delicadas. O destacar temas sobre los que de otra forma no podría haber llamado la atención como productor o actor. Y aunque hacer películas de esta escala acarrea cierta carga, porque es más una maratón que una inversión breve durante un período corto de tiempo en un personaje, es muy satisfactorio. Tiene un nivel de inventiva y de alegría infantil que se asocia con el juego y con crear, con imaginar estando delante de una pantalla verde que estamos en un lugar diferente. Es un gran músculo para ejercitar, el de crear algo partiendo de literalmente nada. Y al mismo tiempo, trabajamos en lugares reales que son fenomenales”.

Y concluyó: “Me cruzo con fanáticos del universo Marvel que me dicen que les encantó mi trabajo en El poder del perro. Y así es como debería ser. Creo que mi carrera prueba que hay lugar en nuestra cultura para obras que estén en cualquier extremo o en el medio de un espectro que las necesita a todas. Todo nutre. Si Spider-Man hace que la gente vaya al cine a ver El poder del perro, es genial”.

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