Opinión > COLUMNA/EDUARDO ESPINA

Dolly Parton: la reina aún no ha abdicado

A los 73 años de edad, la extraordinaria cantante triunfa ahora en las discotecas
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23 de noviembre de 2019 a las 05:01

Si necesitáramos una prueba más para reiterar la idea de que vivimos tiempos extraños, diría yo, de los más extraños de la historia, aquí va este dato proveniente de la industria musical; a los 73 años de edad, Dolly Parton llegó a los primeros lugares en el ranking de Billboard de Música Electrónica Bailable con su nueva canción Faith, en la que cuenta con la colaboración del grupo sueco Galantis y del vocalista holandés Mr. Probz. 

No solo es la primera vez que la superestrella de la música country llega al tope en la lista de música electrónica, sino que es la primera vez que alguien de esa edad alcanza la cima en una categoría dominada por los jóvenes más jóvenes. A fines de 1998 muchos se sorprendieron de que Believe llegara al número uno en el mismo ranking, por la edad de quien la interpretaba. Sin embargo, cuando la canción Believe se transformó en la más popular del mundo, Cher tenía 53 años, 20 menos que Parton en la actualidad.

Autora de 3.000 canciones, casada desde hace 53 años con un constructor de caminos, estrella de cine con una nominación para los Globos de Oro como Mejor actriz (por la película Cómo eliminar a su jefe, que la tuvo de protagonista), la cantante country vive un momento excelente, pues, además de sus nuevos éxitos musicales, Netflix estrenó el viernes 22 de noviembre Heartstrings, serie que en ocho episodios cuenta “las historias, recuerdos e inspiraciones detrás de las canciones más queridas de Parton”.

A lo largo de su extensa carrera, Parton se ha cansado de romper estereotipos y establecer marcas inauditas en varios aspectos relevantes. A decir verdad, si hoy mismo se hiciera una compulsa para saber cuál es la cantante estadounidense con mayor prestigio, imagen y durabilidad, seguramente Parton ocuparía el primer lugar, por delante de figuras con muchos menos años de edad, como Beyoncé y Taylor Swift, las dos que primero destacan. Parton es un mito, pero no un mito cuyos mejores logros están en el pasado, tal como su nueva marca para el libro de récords lo destaca.

El 90% de los amores terminan mal, por eso los jukebox están llenos de canciones notables sobre los romances fallidos, entre ellas, una cantidad perteneciente a la música country. En las rocolas son inquilinas permanentes una infinidad de canciones country, en las cuales las derrotas en asuntos del amor (y sin posibilidad de revancha) crean un sentimiento sublime que contiene la soledad cuando entiende lo que significa estar sin nadie, ese nadie que es justo el ser amado. 

Parton es un hito y mito dentro de la historia de género. Su carrera es extraordinaria por lo prolongada y productiva que ha sido, sin haber conocido casi altibajos, salvo un corto periodo a principios de la década de 1990, hasta que volvió a hacer lo que siempre ha hecho: reinventarse. Aunque la palabra ‘revolucionario’ ha sido utilizada con peligrosa inexactitud a lo largo de los tiempos, y más en la época moderna cuando tantas revoluciones artísticas y tecnológicas tuvieron lugar, no es exagerado afirmar que Parton es una artista revolucionaria por las contribuciones que ha hecho para tirar abajo una cantidad de estereotipos relacionados con el lugar de la mujer en la sociedad.

Claro está, no habría que considerar al artista como creador funcional, es decir, como alguien cuyos productos estéticos deban tener una utilidad social específica. El artista debe crear belleza, esa es su misión ideológica y política, pues, tal como lo dijo tan bien el personaje cinematográfico de la película argentina, “un bolero es más importante para la humanidad que la Marsellesa o la Internacional Socialista”. Las canciones country son para la cultura estadounidense, lo que boleros y tangos son para la cultura hispana: una usina de emociones acumuladas que no pueden ser expresadas de otra manera. 

Parton ha escrito unas cuantas de las canciones de amor de mayor popularidad en la historia, entre otras I will always love you, que llegó al número uno en el ranking de canciones country en dos ocasiones, en 1974 y en 1982, en ambas en versión de la autora, algo muy inusitado.

En 1992 Whitney Houston hizo un cover para la película El guardaespaldas, que la tuvo como protagonista junto a Kevin Costner. La versión de Houston estuvo en el primer lugar de ventas de Billboard por 14 semanas consecutivas, récord en su momento. Sigue siendo hasta la fecha la canción proveniente de una película que más semanas ha estado en el tope del ranking de Billboard.

I will always love you tuvo infinidad de versiones, entre otras las de Linda Ronstadt (de 1975, en mi opinión, la mejor), Kenny Rogers, Beyoncé, Jennifer Hudson, la del cantante inglés Rik Waller (su versión llegó a la posición 6 del ranking de Gran Bretaña), y este año el grupo alemán Parcels agregó su cover a la ya larga lista. En el libro Country Music Culture: From Hard Times to Heaven (1995), Curtis W. Ellison escribió: “A principios de la década de 1990, cuando la ambigüedad en las relaciones románticas acompañaba las expectativas cambiantes tanto para hombres como para mujeres, esta canción (I will always love you) demostró el atractivo de Dolly Parton como compositora en el mercado de la música pop”. I will always love you apareció incluida en Jolene, 13º álbum en la carrera de Parton, y es sin duda una de las obras maestras del género. Es la canción escrita por Parton que tuvo mayor cantidad de covers, entre otros, los de Olivia Newton-John, The Sisters of Mercy (astros del rock gótico), Miley Cyrus, y el del dúo de rock The White Stripes. Uno de los tipos más creativos e influyentes en la industria musical, Jack White es gran admirador de Parton. 

Por esas cosas que no son explicables con facilidad, la canción homónima, Jolene, es quizá la que más ha sido identificada con la cantante. Figura en el ranking The 500 Greatest Songs of All Time (las mejores canciones de todos los tiempos) de la revista Rolling Stones. Como muchas de sus canciones, Jolene está “basada en hechos reales”. Es Parton cantándole a una mujer pelirroja muy hermosa, que trabaja en un banco y que coquetea con el marido de la cantante al poco de tiempo de que ambos se casaran. La canción ha trascendido fronteras creativas, inspirando el cuento Jolene: A Life, de E. L. Doctorow, en el cual se basó la película Jolene (2008), con Jessica Chastain. Carlos Dumpiérrez, quien fue fundador de Eldorado FM 100.3 y director musical de la discográfica RCA, y que hoy radica en Madrid, aporta esta anécdota: “En la inolvidable época de Radio Panamericana de los años 70, Hamlet Faux comenzó un programa que se llamaba Autopista 61. Debió ser el primer programa dedicado exclusivamente al country en Uruguay. RCA tenía, quizá, el mayor catálogo del género, así que se me ocurrió y le propuse hacer un disco. Nos pusimos a trabajar en la selección del repertorio. En algunas canciones discrepábamos, pero hubo una en la que estuvimos de acuerdo casi de inmediato y fue la primera que escogimos, Jolene”.

Por el solo hecho de haber compuesto y cantado dos de las canciones más populares y admiradas por críticos y públicos de todos los tiempos, Dolly Parton tiene un lugar garantizado en el Parnaso de las estrellas con eternidad permanente, porque además en cada canción da lecciones de cómo se debe cantar. Pero en su currículo hay más, mejor dicho, hay una vida de creación única que ha durado ya seis décadas y que no muestra indicios de que la inspiración vaya a desaparecer pronto. Su currículo es impresionante, por decir poco. Desde el primero, Hello, I’m Dolly, de 1967, Parton grabó hasta la fecha 50 álbumes, ha vendido 160 millones de discos, y cuenta con la admiración de cantantes de todos los géneros musicales, una exclusividad para muy pocos. En 1985, Peter Gabriel la invitó a ser la voz femenina en Don’t Give Up, una de las grandes canciones del álbum So (y de la historia, diría), publicado al año siguiente, pero la cantante declinó la invitación sin dar nunca explicaciones, aunque allegados a Gabriel dijeron medio en broma, medio en serio, que “quizá no sabía quién era Peter”. El dúo lo terminó haciendo con Kate Bush, para redondear una versión extraordinaria de uno de los mejores temas que se han escrito sobre el desempleo.

En uno de los conciertos de Pulp, Jarvis Cocker, líder y compositor de la banda inglesa, comentó respecto a Common People: “Si me recuerdan solo por esta canción, no me preocupa, pues es una buena canción”. Parton será recordada por no menos de una decena de canciones (9 to 5 es otro de sus clásicos, en su momento número uno en una decena de países), que la tienen como autora e intérprete de las mismas. A la lista se agregó Faith, que ya casi terminando el año aparece en la lista de las diez mejores canciones bailables de 2019. Que alguien logre eso a los 73 años de edad, destaca la vigencia del artista, quien ha cautivado a una nueva audiencia, y que regresó a los primeros planos para enseñarles a los jóvenes cómo hacer música nueva. 

 

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