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Dueña de local de cobranza enfrentó a balazos a delincuentes y terminó acribillada a tiros
Eran las 9:30 de la mañana cuando varios ancianos hacían fila para cobrar su jubilación en el local de Redpagos de Delta del Tigre, ubicado justo frente a la terminal de ómnibus de este barrio de Ciudad del Plata, San José. El local comercial, que tiene además un supermercado y una carnicería, estaba casi repleto de clientes cuando tres hombres con sus rostros cubiertos y armados con pistolas, entraron a los gritos.
Los asaltantes -dos de los cuales llevaban cascos rojos y uno de ellos una máscara blanca de carnaval- se dirigieron a la caja y comenzaron a amenazar a los ancianos que esperaban cobrar su jubilación. A uno de ellos un delincuente lo tiró al suelo de un culatazo que le dio en la cabeza.
A otro hombre que se encontraba en el local, lo tiraron al suelo y le dieron varias patadas. Un vecino que vio aquella situación -y que no había llegado a comprender que se trataba de un asalto porque estaba en la otra punta del local que es grande- quiso interceder, pero quedó petrificado luego de que uno de los asaltantes le pusiera un arma en la cabeza.
Mientras los delincuentes amenazaban a los trabajadores, la dueña del local, Ivonne González, de 52 años, pudo ver lo que ocurría a través de la conexión de las cámaras de seguridad que tenía en su casa ubicada justo al lado. Fue en ese momento que decidió tomar su pistola y salir a defender su negocio y, sobre todo, a su hija, que era de una de las mujeres a las que los delincuentes apuntaban.
Con el arma cargada y dispuesta a disparar, la mujer logró colarse al comercio por una puerta lateral que da a la carnicería. Una vez que tuvo a los delincuentes en su mira, comenzó a disparar sin llegar a dar en el blanco.
En ese momento, los asaltantes respondieron el fuego con fuego y dispararon varias veces contra la mujer, llegando a impactar siete balas en su cuerpo.
El ruido de las detonaciones alertó a varios vecinos que se encontraban en los alrededores. Un comerciante que tenía un puesto ambulante al lado del Red Pagos se refugió en una casa contigua, y otro que tenía un puesto justo enfrente decidió levantar sus cosas e irse del lugar.
Con González gravemente herida en el suelo, los delincuentes comenzaron a rociar nafta en el local con el objetivo de prenderlo fuego. Durante algunos segundos intentaron sin éxito prender el combustible con su encendedor, por lo que decidieron huir y dejar el trabajo sin terminar antes de que llegara la policía.
Utilizando las mismas motos en las que habían llegado al local, huyeron logrando llevarse una suma de dinero que hasta el momento no pudo ser determinada.
González debió ser trasladada al Hospitalito de Ciudad del Plata (ASSE), y luego derivada al Hospital Americano, donde finalmente falleció.
Al cierre de esta edición la policía no había logrado identificar a los delincuentes. Personal de Policía Científica trabajó en el lugar en busca de material genético y huellas dactilares. El jefe de Policía de San José, William Martínez, dijo a El Observador que el área de investigaciones está abocada a dar con los responsables de este crimen “gravísimo”.
La vecina trabajadora y el temor de un barrio
El comercio de color verde que en la mañana de este martes estaba casi lleno, tenía sus pertas cerradas y varios carteles escritos a mano con la leyenda “cerrada por duelo”. El vidrio de una heladera destrozada y una caja registradora tirada en el suelo era lo que quedaba del caos que horas antes habían desatado los tres delincuentes.
“Tenemos que movilizarnos, no hoy, que tenemos que hacer el duelo, pero algo tenemos que hacer”, decía Ana, una vecina del barrio, ante unas diez personas sentadas en un banco de madera ubicado afuera del local.
Ana dijo a El Observador que escuchó los disparos, pero eso no la alertó puesto que allí los tiroteos son frecuentes. Lo que le hizo caer en la cuenta de lo que acababa de ocurrir fue ver a un hombre llevando máscara de carnaval arriba de una moto, y luego escuchar el relato de un comerciante que había sido testigo presencial de todo y que corrió hasta su casa para contarle lo que había visto.
Wilson, un vecino que vive justo al lado del comercio, coincidió en que no le sorprendió escuchar disparos, pero igualmente salió de su casa a ver qué ocurría. “Delta del Tigre últimamente es tierra de nadie, antes era tranquilo”, reclamó.
El comercio de González ya había sido robado meses atrás según contó Marina, quien tiene un puesto de venta de comida a pocos metros del local de pagos. “Era una persona muy trabajadora, tenía un Red Pagos y un supermercado pero hace poco la vimos lavando los baños de los ómnibus de la terminal, ella no tenía reparos en hacer ningún trabajo”.
