Gabriel Boric, presidente de Chile

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El 4 de setiembre se vota una nueva Carta Magna para reemplazar la que impuso Pinochet

Los sondeos electorales mostraron mayoría por el Rechazo. Sin embargo, oficialistas y opositores se inclinan por distintos modos de retomar el trabajo de la Convención Constitucional con reformas
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26 de agosto de 2022 a las 05:03

El jueves 1° de setiembre termina la campaña de las distintas fuerzas políticas que abogan por el Apruebo y el Rechazo en Chile. Ya no se pueden publicar sondeos electorales aunque los últimos mostraron que la balanza se inclina por la negativa al proyecto de Constitución Política elaborado por la Convención Constituyente que surgió de una votación popular

El 27 de diciembre de 2019 fue convocado el plebiscito para el 26 de abril de 2020. Sin embargo, como consecuencia de la pandemia de COVID-19, se postergó para el 25 de octubre y participó la mayor cantidad de electores de la historia chilena: 7.560.000 sufragios de los cuales surgió una mayoría consistente a favor de crear la Convención Constitucional compuesta exclusivamente por constituyentes surgidos de las urnas. La otra opción era crear una Convención Mixta, con un 50 % por legisladores en ejercicio y un 50 % de miembros electos. La primera tuvo 79% de votos, mientras que la mixta logró apenas el 21%. ​

Con el triunfo del “Apruebo”, en mayo de 2021 se eligió la Convención Constitucional de 155 integrantes, con paridad de género y 17 escaños para pueblos originarios. Las sesiones se iniciaron el 4 de julio de 2021 y el proyecto de Constitución debía estar listo en nueve meses. El inicio de la sesiones fue el 18 de octubre de 2021, al cumplirse dos años del inicio del estallido social. ​

Tras la redacción de un nuevo texto, la Convención Constitucional se disolvió el 4 de julio de 2022. El plebiscito de Apruebo o Rechazo del 4 de setiembre establece el voto obligatorio, a diferencia del tradicional voto voluntario en Chile.

El humor de los chilenos fue cambiando y de aquellas mayorías abrumadoras se pasó a un escenario desfavorable para la coalición gobernante. De allí que los partidos que respaldan al presidente Gabriel Boric firmaran un acuerdo para introducir cambios si gana la opción "apruebo". Según los firmantes, el objetivo del compromiso es precisamente "mejorar" el texto para ser sometido a votación. El texto que se votará tiene el espíritu de las protestas de 2019 y las modificaciones serían para que resultara menos radicalizada la Constitución porque si ganara el "rechazo", la Constitución de 1980 seguirá vigente.

La coalición gobernante señaló que las modificaciones propuestas se deben a “combatir una millonaria y brutal campaña de desinformación que llega desde la derecha" y sería el Congreso el que tenga un rol fundamental para realizar los cambios.

Desde la oposición, uno de los voceros de la opción "rechazo", Claudio Salinas, declaró que la actual propuesta constitucional es "mala para Chile". "Eso debemos votar el próximo 4 de setiembre, no las triquiñuelas de último minuto para salvar sus intereses políticos y que no resuelven los temas de fondo, que es la agenda social que tanto importa a todos los chilenos", apuntó Salinas.

 

Los puntos de fricción más relevantes del “rechazo” son la eliminación del Senado, las atribuciones a los pueblos indígenas, el derecho al aborto, el "derecho humano al agua" y una amplia garantía de derechos sociales en relación a los sistemas de pensiones, salud y educación.

 

A medida que se acerca la fecha del referéndum, con una gran cantidad de indecisos, el día después será una prueba para ver si la puja entre izquierda y derecha, o de oficialismo y oposición, se atenúa y se buscan caminos para evitar la continuidad de la Constitución de Pinochet o el diálogo y la búsqueda de un proceso constituyente les permite a los chilenos salir de un laberinto.

Boric propuso una nueva elección de miembros de la Convención destinada a redactar la Constitución si gana el rechazo. Esa renovada Convención sin dudas no tendría las mayorías por cambios profundos y es probable que las derechas tengan una representación consistente que sería un contrapeso para la coalición gobernante de izquierda. Si, por el contrario, en los últimos días previos a la elección ganara adherentes el “apruebo”, también el gobierno deberá estar atento. Así como en octubre del 2020 las mayorías fueron de un contundente 80% a favor de una nueva Carta Magna, a partir del lunes 5 de setiembre los dirigentes de uno y otro lado deberán mirar cuál es el veredicto de las urnas para encontrar un camino.

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