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El ascenso de los grupos de odio en la era de Donald Trump
La cantidad de grupos de odio que operan en Estados Unidos aumentó un 7% a un máximo histórico en 2018, lo que refleja el acalorado debate que afronta el país sobre cuestiones como inmigración y cambio demográfico, según un estudio de la ONG Southern Poverty Law Center (SPLC) , difundido esta semana.
El SPLC, que ha rastreado grupos de odio desde 1971, encontró que había 1.020 operando en Estados Unidos el año pasado, rompiendo el récord de 1.018 establecido en 2011. El número de grupos identificados refuerzan la tendencia en alza por cuarto año consecutivo que se reflejan en las estadísticas de la organización desde 2015.
El informe anual del grupo sobre las actividades de odio atribuyó el aumento en parte al presidente republicano Donald Trump, cuyo gobierno se ha centrado en reducir la llegada de inmigrantes al país. Esta ONG que se define como “progresista”, fundada en 1971 para la defensa de los derechos civiles, acusa a Trump de avivar las llamas del resentimiento en sectores radicales de raza blanca.
“Los números cuentan una historia sorprendente: que este presidente no es solo una figura polarizadora, sino radicalizadora”, dijo Heidi Beirich, director del Proyecto de Inteligencia del SPLC, que publicó los datos.
“En lugar de tratar de suprimir el odio, como lo han hecho presidentes de ambos partidos, Trump lo eleva, con su retórica y sus políticas”, agregó el SPLC, que define los grupos de odio como organizaciones con creencias o prácticas que demonizan a una clase de personas.
El tono violento de Trump en contra de los inmigrantes ha despertado los “peores instintos” de miembros de grupos sociales que resisten a los cambios demográficos del país.
Beirich cree que el presidente estadounidense no está solo en esa cruzada de difusión del miedo por la mayor diversidad étnica y religiosa del país: apuntó a las bases del Partido Republicano y a medios de comunicación de extrema derecha. Todos ellos “están alimentando a la bestia”.
El estudio advierte acerca de líderes de grupos raciales blancos que se sienten decepcionados por la falta de concreción de proyectos antiinmigrantes como el de la construcción del muro en la frontera de Estados Unidos y México que enfrenta a la Casa Blanca y el Partido Republicano con el opositor Partido Demócrata.
Beirich cree que Estados Unidos enfrenta el “peligro muy real” de que supremacistas blancos decepcionados empiecen a atacar a minorías raciales por su cuenta a quienes culpan de los problemas del país.
Como ejemplo, citó a Robert Bowers, quien está acusado de matar a 11 fieles en una sinagoga de Pittsburgh en octubre pasado mientras gritaba “todos los judíos deben morir”.
El estudio asegura que la gran mayoría de los grupos de odio adhieren en algún grado a ideologías de la supremacía blanca de la sociedad estadounidense, que se han disparado casi un 50% en 2018.
No obstante, se registran grupos nacionalistas negros, que aunque también ampliaron sus filas, ha sido en menor grado que los blancos, un 13 % a 264 en 2018, un alza que el SPLC atribuyó a una reacción a las políticas de Trump.
La directora citó como ejemplo de sucesos que han enervado a la comunidad afroamericana los presuntos insultos del presidente a algunos países africanos o sus constantes ataques a los jugadores de fútbol americano que optan por arrodillarse cuando suena el himno nacional como forma de protesta ante la violencia policial.
“Todos estos son episodios que los grupos supremacistas negros aprovechan para reclutar a nuevos miembros”, alertó Beirich, y precisó que ningún de ellos tienen partidarios ni influencia en la política en general, y mucho menos en la Casa Blanca.
La Casa Blanca ha rechazado repetidamente los cargos de sesgo de Trump, a menudo citando los efectos que ha tenido la fortaleza de la economía en las comunidades minoritarias. No respondió a una solicitud de comentarios sobre el informe del Southern Poverty Law Center.
(En base a agencias)
